Una misteriosa y bonita inscripción sorprende a los senderistas que caminan por la ruta del Padre Sarmiento a su paso por Pragueira, en Sanxenxo. Esta es la razón de la dedicatoria
06 oct 2020 . Actualizado a las 13:38 h.Esta no es la historia de un banco más, y eso que su protagonista tiene todos los atributos. El asiento, de piedra, dispone de unas vistas inmejorables, con la imponente isla de Ons de frente; el entorno no puede ser más agradable, con la playa de Pragueira a un lado y en plena ruta del Padre Sarmiento.
Desde hace algo más de un año y medio, los senderistas que pasean por estos acantilados situados en Noalla, en el municipio de Sanxenxo, se detienen en este punto con una expresión de admiración. Algunos también se sientan y fotografían el banco. Y a todos les ronda una pregunta: «¿A quién estará dedicado tan bonito mensaje?».
Relato de un rescate
La historia de amor, o la de una despedida, son las más comentadas. Sin embargo, pocos sospechan que la frase inscrita en el costado, «Grazas pola vida», es totalmente cierta y literal. «Foi unha forma que tivo de agradecerlle un veciño desta vila o seu rescate ao dono da casa que está detrás do banco. Salvouno de morrer afogado», cuenta Fernando Martínez, el impulsor de la iniciativa, así como de los otros dos bancos de Noalla, en punta Faxilda y en la playa de Area Gorda, en A Lanzada.
La frase «Grazas pola vida» es totalmente cierta y literal
Fue el restaurador, que regenta el bar A Nova Ponte, el que animó a Manolo Piñeiro a colocar el asiento. En el año 2014 las olas casi lo tragan en Pragueira cuando se daba un baño. Fue un 2 de octubre de muy buen tiempo y altas temperaturas, con la playa llena de gente, pero también con un engañoso mar de fondo.
Daniel, que estaba en la casa, fue uno de los primeros que se tiraron a salvarlo. Un acto valiente dada la resaca del oleaje. Ya en la arena, los efectivos de emergencias pudieron atender a Manolo antes de trasladarlo al hospital.
Pillounos cando o estabamos a colocar, foi moi emotivo
Hecho el banco hubo que llevarlo hasta el lugar señalado. No fue fácil, por el peso, es de piedra, pero lo consiguieron sin levantar sospechas.
La instalación se hizo de forma discreta y el destinatario del homenaje, Daniel, fue el primero que vio la sorpresa. «O rapaz pillounos cando o estabamos a colocar e, aínda así, foi moi emotivo. Emocionámonos todos», dice Fernando.
Pegados al Atlántico
Las Cíes al sur, Onza y Ons en línea recta y Sálvora al norte, detrás de punta Faxilda, el saliente continental más próximo a Ons. La dedicatoria se contempla con esta panorámica. Un litoral donde la ría de Pontevedra se abre al Atlántico, la razón por la que estas aguas resultan tan peligrosas con mar de fondo y días de temporal. Los rescates de marineros o percebeiros aquí no son la excepción, como atestiguan los cruceiros que salpican la ruta senderística.
Los vecinos cuentan anécdotas de naufragios y en una de las playas contiguas, la de Foxos, pegada a la ermita de A Lanzada, permanecen bajo el mar los restos del galeón que transportaba los cañones más antiguos fundidos en España. Muchos fueron rescatados en una misión en la que participaron adolescentes en 1974. Algunas de estas piezas se pueden ver expuestas hoy en el puerto de Pedras Negras, en San Vicente do Mar, y en O Grove.
Con este «Grazas pola vida» se cierra un suceso que tuvo un final feliz. También se advierte que las aguas atlánticas son tan bellas como incansables y se reconoce el más gentil de los actos, el que salva una vida. El desgaste del respaldo da fe de que muchos ya lo han apreciado, y disfrutado.