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Pepe Solla, cocinero: «Es la primera vez que convivo conmigo mismo y he descubierto que me aguanto bastante bien»

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Emilio Moldes

El chef Michelin pasa la cuarentena en solitario, pero aun así, se siente un privilegiado: «No creas que estoy trabajando mucho en la cocina». Él ha encontrado en este tiempo otras vías de escape

15 abr 2020 . Actualizado a las 14:48 h.

No está Pepe Solla acostumbrado a cocinar para uno solo. Es una más de las muchas cuestiones a las que está debiendo acomodarse en estos días de confinamiento. Le toca pasarlo en solitario. Aunque se confiesa, «en cierta manera, un privilegiado». Su casa, ubicada justo debajo de su restaurante Casa Solla, en Poio, cuenta con terraza, jardín y espacios amplios. Como el parking para clientes, que en estos días le sirve de improvisado circuito de ciclismo. Su situación también le permite mantener cierta actividad profesional y trabajar en cuestiones como la renovación de las cartas de sus establecimientos u otras ya más relacionadas con la gestión de sus negocios.«Pero no creas que estoy trabajando mucho en la cocina», apunta. Ha encontrado su principales vías de escape en otras dos de sus pasiones: el deporte y, sobre todo, la música.

-No hablemos de lo económico ni de lo profesional. A nivel personal, ¿cómo o en qué le está afectando el confinamiento?

-Pues supongo que más o menos igual que a todos. Pero sí que me ha pasado algo que no me había ocurrido en la vida: he empezado a perder la noción del tiempo. Nunca jamás me había pasado el no saber en qué día de la semana o de mes estoy. Y ahora me pasa.

-¿Qué recursos está utilizando para enfrentarse a esta situación?

-Lo que hice desde el primer día fue imponerme determinadas rutinas. Obligarme a ciertos ritmos y rigores. Procuro madrugar, levantarme a las siete y medio u ocho. También es cierto que me acuesto mucho antes que cuando trabajo. Desayuno con mucha calma y ¡buah! eso es un lujazo tremendo. Aprovecho también ese momento para leer las noticias. Y después hago ejercicio. Hora y media como mínimo. Eso no me lo salto ni el domingo. Después trabajo un rato. Es importante que este tiempo perdido para la parte profesional no lo sea del todo. Hoy, por ejemplo, voy a preparar recetas para la nueva carta de La Radio (su nuevo restaurante, en Santiago). Y luego, la tarde y la noche las dedico más al tema de redes sociales, a hablar con mis amigos y mi familia, y a mi gran hobby, la música. Lo cierto es que creo que estoy descubriendo cosas muy importantes en estos días.

-¿Cómo por ejemplo?

-Pues que con ritmos y rutinas se funciona mejor. Va todo más tranquilo y eres mucho más eficaz. Yo era bastante caótico y perdía mucho tiempo. Empezaba tres cosas y no acababa ninguna. Ahora me hago un calendario de actividades y me doy cuenta de que aprovecho mucho más el tiempo. Nunca en la vida había tenido tanto tiempo para pararme y recapacitar tanto. Qué hacer, qué dejar de hacer, qué ordenar… Todo eso lo estoy aprendiendo ahora. Y también estoy aprendiendo a dosificar la información.

-¿Ah, si? Cuente.

-Los primeros días cometí un error, que fue intentar recabar y procesar demasiada información. En estos días estamos expuestos a una sobresaturación informativa, como no lo hemos estado en la vida. Intentar asumirla y administrarla es imposible. Así que me he autolimitado. Leo por las mañanas las ediciones digitales de los periódicos y el resto del día trato de inhibirme. Sobre todo de lo que me llega a través de las redes sociales. Eso sí que es peligroso. Se está enviando mucha información errónea, cuando no manipulada.

-Sin embargo usted es muy activo en redes sociales.

-Lo soy pero desde un punto de vista lúdico. Es un esparcimiento. Si te fijas, estos días ni siquiera estoy poniendo posts relacionados con la cocina. Hago mis concursos, como el de adivinar que canción toco, o presento mis vinilos favoritos. Intento levantar el ánimo de la gente gracias a esas pequeñas aportaciones pero procuro no entrar en otro tipo de debates.

-¿Qué es lo que más está echando de menos?

-Mi vida profesional. A mi me apasiona mi profesión. Y, por supuesto, socializar. Somos seres sociales, vivimos en sociedad. Y la sociedad implica relaciones sociales. Estoy echando mucho de menos tener esas relaciones humanas.

-¿Qué es lo más relevante que está descubriendo de usted mismo durante este confinamiento?

-Estoy descubriendo que la vida personal es muy importante. Yo creo que a partir de ahora voy a saber dosificarme mejor, a compaginar más, y que me voy a relacionar con quien me apetezca y me enriquezca. Creo que voy a saber priorizar. Éste está siendo un buen momento para replantearme mi escala de valores. Y también he aprendido algo muy importante: a ser capaz de estar completamente solo. Es la primera vez en mi vida que convivo conmigo mismo y he descubierto que me aguanto bastante bien.

-¿Cuál es su mejor antivirus?

-No sé qué va a pasar ni en qué situación vamos a quedar cuando acabe todo esto, pero la mejor medicina siempre es seguir manteniendo la ilusión.