Miguel Mosteiro: «Hay personas que vienen a la farmacia tres veces al día... ¡todos los días!»

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MARCOS MÍGUEZ

Los farmacéuticos son los primeros que reciben las «toses» en la cara, porque la gente recurre a ellos antes que al médico: «Algunos clientes se han vuelto obsesivos»

24 abr 2020 . Actualizado a las 19:21 h.

Miguel Mosteiro lleva  25 años trabajando en farmacia siempre en el área de A Coruña, donde estuvo primero en Vilaboa, después once años en la calle de la Torre y ahora  lleva 13 al frente de la de Labañou. Allí trabajan cinco personas, en un horario extenso, de la mañana a la noche, todos los días del año. Desde el pasado 13 de marzo despachan a través de una ventana y han bajado la reja de acceso, porque durante los primeros días de ese mes, sin mascarillas y con la gente entrando sin respetar la distancia, se vieron en la necesidad de tomar medidas como han hecho otros compañeros de profesión. Desgraciadamente la semana pasada conocieron la noticia de que el responsable de una farmacia vecina, la de Los Rosales, falleció por COVID, aunque no por ello han dejado de seguir ejerciendo su trabajo. Las farmacéuticos son, como los sanitarios, los que están en primera línea, jugándosela cada vez que un cliente cruza la puerta mostrándoles síntomas.

-¿Tenéis miedo?

-Miedo no, mantenemos la distancia, estamos despachando por un ventanuco y tomamos precauciones. Ahora lo que sí hemos notado es más estrés, las llamadas de teléfono, si antes teníamos diez, estos días son 200, la gente nos pregunta por mascarillas, guantes, antisépticos, todos los días. Además ahora todo el mundo controla de mascarillas, si la FFP2, la FFP3… Antes no sabíamos nada, pero nos tuvimos que poner al día.

 -¿La gente llega entonces con mucha información?

-Sí, algunos son especialistas. Pero también ya me ha acostumbrado a que me pidan las mascarillas de todas las maneras. Los latinoamericanos les dicen tapabocas, esta semana una señora me dijo: :'¿Tenéis caretas?.' Otra: '¿Tenéis bozales?'…

-¿Cuánto cuesta la mascarilla más cara y cuánto la más barata?

-La semana pasada la más cara costaba 19,50 euros, son lavables unas 135 veces y se denominan FFP2. Y después las más baratas estaban a 2,50, pero su precio podía ser de 20 céntimos, estaban veinte veces más caras. Esta semana han bajado: la más cara 6,55 y la más barata 0,96.  Me he hecho un máster en mascarillas y guantes, no te creas. Ahora estamos aprovisionados, hemos conseguido todo, también alcohol y geles. Lo más difícil de encontrar son los termómetros, en eso hay desabastecimiento general.

 -¿Qué has notado en este mes?

- Que la gente está desquiciada, y noto dos tipos de personas: los que se lo toman muy a pecho, y los que pasan de todo. Hay personas que vienen a la farmacia dos y tres veces al día: por la mañana, al mediodía y por la tarde.

-¿La misma persona?

-Sí, y todos los días. Vienen con la tarjeta, ven que le salen cinco cosas y te dicen: ‘Llevo esta solo’. Por la tarde te llegan: ‘Es que solo me quedaba una pastilla’… Aparecen con disculpas para salir a la calle. Y tú ya les intentas decir que se lleven todo de una vez, pero nada, te ponen excusas. Al principio hubo algunos que quisieron hacer acopio de medicamentos, que pedían por ejemplo varias cajas de Frenadol, por lo que pudiera pasar. Fueron los primeros días en que sufrimos lo mismo que en el supermercado, luego la gente ya se fue calmando.

 -¿Vendes otro tipo de cosas? Más ansiolíticos…

-No, lo que quizás he notado es que ya no se venden cremas, ni nada de maquillajes… Todo son mascarillas, antisépticos, guantes, alcohol y termómetros, esos son los productos estrella. Como curiosidad, sí puedo decirte que vendo mucho menos son preservativos.

 -¿Habrá menos relaciones sexuales entonces?

-Yo creo que lo que hay son menos contactos esporádicos, la gente joven no sale, entonces eso se ha notado.

 -Hemos sabido del fallecimiento de un compañero, ¿cómo lo vivís?

-Bueno, te afecta, porque es una farmacia cercana, de un perfil similar; pero yo personalmente no tengo miedo, aunque como es lógico tomo mi precaución. Sabemos que somos un grupo de riesgo, porque la gente viene primero a ti y te dice: ‘Mira, tengo esta tos’ y te tose para que tú veas si tiene flemas. Nosotros estuvimos trabajando cuando no había mascarillas ni ningún tipo de control porque no conseguíamos ni para nosotros, ahí fue cuando corrimos más riesgo. Y sabemos de gente, claro, que los mandan a su casa con coronavirus. Clientes que han venido con la confirmación del diagnóstico a pedir el medicamento.

 -¿Conoces a gente del barrio enferma?

-Sí, sí, claro. Muchos vecinos, son más bien gente que no es muy mayor, porque esos se quedan ingresados. Es otro perfil, personas con síntomas leves que pasan la cuarentena en casa.

 -Tu farmacia es una institución en el barrio, sois un lugar de encuentro y de desahogo.

-Sí, pero ahora hay menos contacto. Antes del COVID sí, en esta farmacia el 95% de los clientes sabes cómo se llaman y qué toman. Sí, ahora nos cuentan menos cosas que antes, ja, ja. Estos días solo se preocupan de las mascarillas y ya nadie piensa en el colesterol, ni en tomar las tensiones. Antes venían a tomarla todos los días, pero ya no, nada. Les da igual estar gordos, incluso; lo único que me preguntan quizás más es por el insomnio, que no te comenté, piden cosas naturales para aliviarlo y también hay más problemas de estreñimiento. Moverse menos y comer más afecta al intestino. El insomnio también tiene que ver con la falta de rutina.

 -¿Tienes muchos hipocondríacos?

-Nooo, desaparecieron todos. Los hipocondríacos se han vuelto los obsesivos de las mascarillas y los guantes, que también ahora distinguen de qué están hechos: vinilo, látex… El miedo ahora es el coronavirus, no que te vaya a dar un ictus o un infarto. Los de la tensión que venían por la mañana y por la tarde y te decían: '¿Cuánto me dio?' ‘12,6’. ‘Ay, por la mañana me dio 12,5’. Esos desaparecieron.