Saludo al sol. Recibir el verano sobre la esterilla de yoga tendida al sol es todo un placer. Sobre todo después de haber estado encerrado casi cien días
04 jul 2020 . Actualizado a las 19:34 h.La práctica del yoga ha sido una de las actividades favoritas durante el confinamiento. Muchos de los sufridores en casa decidieron iniciarse en esta disciplina que combina el cultivo del cuerpo y de la mente y encontraron sobre la esterilla un aliado para los tiempos extraños de la era covid. Los profesores pusieron su maestría a nuestro servicio y utilizaron las más modernas formas de comunicación on line para hacernos llegar este saber milenario. La combinación produjo milagros y nos mantuvo a flote. Aunque claro, nunca es lo mismo que una clase en directo.
DEL ZOOM AL YOUTUBE
En Om Yoga Coruña optaron por la plataforma de Zoom para mantenerse en contacto con sus alumnos. «Algunas personas probaron pero no se engancharon con este sistema, otras se mantuvieron constantes durante todo el confinamiento», explica Claudia Núñez que considera que es muy importante que el profesor pueda ver a los alumnos para corregir las posturas y evitar lesiones. Y eso en una clase online es complicado. Además, a veces el espacio en casa para practicar no es el más seguro. Para Claudia está claro que nada supera al directo. «En vivo hay una energía diferente, es más personal, tras la practica se habla y comparte...». Ella ya está organizando la próxima quedada: será el 25 julio y será de madrugada, ¿te apuntas?
También la profesora Raffaella Vesevo utilizó Zoom para sus clases online. Aunque al principio costó adaptarse a la tecnología, finalmente la necesidad de sentirse parte de una comunidad y de relajar el estrés del encierro venció los obstáculos. Ahora el grupo prefiere la práctica en los parques, a la sombra de los árboles, algo que antes del covid nunca habían probado. Una experiencia que eleva el espíritu. «Una buenísima energía. La verdad es que el confinamiento tuvo sus resultados positivos. Practicar al aire libre es una maravilla», explica Raffaella, que sigue combinando las clases online con las del parque para dar cobertura a todas sus alumnas.
Antinea Valadrón utilizó YouTube (Antinea Yoga and Nature) combinado con WhatsApp para mantener a flote a sus pupilas. Sus videoclases desde el jardín de su casa y su espléndida sonrisa iluminaron los momentos oscuros del encierro. Ahora ha vuelto a las clases presenciales en WOD training. «Parece que poquito a poco el caos se va calmando dejando hueco para nuevas oportunidades. Busquemos nuevos caminos por los que caminar sin lamentarnos por aquellos que hemos dejado atrás, busquemos fuerza en nuestro interior para continuar», nos anima.
Sí, hay yoga después del encierro.