¿Quién dijo que este año no habrá reuniones navideñas? Aquí te ofrecemos una alternativa viable que se adapta a la legislación vigente. Solo tienes que arreglarte y salir a bailar. Te aseguro que no tendrás agujetas, resaca ya no sé...
07 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.Si tú también tienes la sensación de que cada día hay más tachones en la lista de cosas que se pueden hacer en esta vida, tranquilo, hay esperanza en la deriva. Todo es cuestión de adaptarse, y sin saltarse ninguna norma, intentar llevar a cabo aquellos planes que tenías en mente. Seguro que en las últimas semanas se te ha pasado por la cabeza, o has pensado: «Adiós a las cenas familiares de Navidad, adiós a las reuniones de amigos tan propias de esos días y, aunque a algunos les motive menos, adiós a las comidas o cenas de empresa». Pero no tiene por qué ser así, hay alternativas que pueden cubrir este aislamiento social en el que estamos inmersos. De momento, para las reuniones de empresa existe una solución: que sean virtuales. Sí, desde el sofá de tu casa puedes pegarte igualmente un fiestón con tus colegas de trabajo. No exagero cuando digo fiestón, porque el plan incluye desde una recepción, una actividad lúdica, hasta un bailoteo. Eso sí, las copas van con cargo a tu bodega.
Este plan es una realidad a la que muchas empresas ya se han apuntado para estas atípicas Navidades que nos esperan, gracias a una plataforma virtual muy intuitiva en la que pueden interactuar en tiempo real un gran número de asistentes. Lo primero que debes saber es que no hace falta tener un máster en informática, con el nivel usuario es suficiente para manejarte por los diferentes escenarios.
Unos días antes del evento, la empresa distribuye un correo entre sus empleados con las instrucciones. Así que te descargues la app en el ordenador, ya puedes acceder al mundo virtual. Es recomendable que crees tu avatar unos días antes de la cita, porque si eres muy presumido necesitarás algo de tiempo para atusarte. Dentro del vestidor podrás personalizar tu «yo»: elegir entre hombre o mujer, tipo de pelo, de ojos, de boca, de complexión, la altura, la anchura, si quieres ir de vestido, de pantalón, de traje chaqueta... No pasa nada si te has disfrazado más de lo habitual, tus compañeros te reconocerán porque llevarás tu nombre sobre la cabeza. Así que estés tuneado, otro consejo: hacer una prueba de sonido para que nada falle el día D.
A MOVER EL ESQUELETO
Es la hora. Habéis quedado en el hall, que la empresa se ha encargado de personalizar, o no, con la imagen corporativa para recrear un ambiente más real. Si ves que algún compañero ya ha llegado, acércate sin problema. «Lo más grandioso de esta plataforma es que a medida que te acercas a un grupito vas escuchando su conversación, y a medida que te alejas los vas dejando de oír. Como en la vida real. Charlamos a través del micro y escuchamos a través de los cascos. Puedes estar charlando con ese compañero de otra delegación al que hace años que no ves», explica Berta Ramos, directora de Animatium Coruña. Supongamos que sois 200 personas congregadas en el hall, y no localizas a tu compañero de departamento, he aquí una herramienta que aunque podría sustituir al WhatsApp tiene superpoderes. «Puedes escribirle a alguien: ‘¿Puedo ir hasta donde estás?’. ‘Sí, claro ven’. Le das al botón y te teletransportas. Esto supera al mundo real», señala Berta. Todo es cuestión de trastear por la aplicación, que es a lo que se dedica la gente durante esos primeros minutos en el lobby, pero hay botones disponibles para que puedas saludar, aplaudir, sentarte, decir adiós...
De repente, una voz sale del altavoz: «Por favor, diríjanse al auditorio que el director va a pronunciar unas palabras». Oído cocina. Puedes ir tranquilamente caminando o salir del lobby y entrar en el auditorio. Elegimos un sitio en las gradas y escuchamos. «En Navidad hay empresas que optan por presentar los resultados del año que se termina y avanzar los objetivos del siguiente, pero también puede dirigirse a sus empleados para felicitar las fiestas y poco más. Además de ver al avatar en el atril, también podemos ver a la persona real en una pantalla detrás, siempre y cuando el ponente quiera. Nosotros lo recomendamos para que no se pierda la comunicación de equipo», explica Berta, que añade que esta actividad que realizan desde antes de la pandemia está ganando ahora más visibilidad ante la falta de alternativas. «Es habitual en empresas que organizan eventos para sus empleados y que siempre tratan de sorprenderles y asociar su filosofía a determinados valores de equipo y de marca. También las que cuentan con una plantilla muy dispersa, y que no pueden asumir los costes de reunirlos físicamente. Nosotros intentamos ofrecer actividades lo más originales posibles, que les aporten, que no sea cenar y listo», añade Berta.
Volvamos al lío, que se avecina diversión. Toca actividad lúdica. Así que hay que dividirse en equipos de entre 6 y 12 personas para hacerlo lo más ameno posible. Una partida de scape room, Cluedo o construcción de bloques. Los monitores os facilitarán las cosas, o no, para que la situación se ponga interesante. Y empieza la ronda. Podéis decidir si queréis competir porque hay diferentes modos de juego. La principal ventaja es que da igual ser 12 que 200, porque se replican los escenarios para que todo el mundo juegue al mismo tiempo. Lo que no se puede hacer en el mundo virtual es comer, los avatares no comen. No hay copichuelas ni entrecot, pero sí fiesta y mucha diversión. Así que, una vez terminado el juego, nos vamos directos a la pista de baile. Y aquí también puedes elegir si quieres que tu avatar se salga por bulerías u opte por una capoeira. «Haces cosas que no harías. El que es desinhibido disfruta mucho porque es un juego de diversión y el que es más cortado se desmelena un poquito más», apunta Berta, que advierte que a la hora de pasar por caja, nadie se eche las manos a la cabeza. «No es baratísimo, pero los costes no son superiores a pagar vuelos, menús, hoteles y actuación. Es equiparable a eventos de cierto nivel, no son los 20 compañeros que se reúnen en una parrillada, aunque hay sindicatos y empresas que mueven a ciento y pico empleados», señala.
Bailando, bailando... puedes estar hasta que caigas rendido, o no, porque igual estás espatarrao en el sofá. Menudo fiestón te has pegao para los tiempos que corren.