Del confinamiento al éxito: estos cuatro jóvenes gallegos triunfan con su web de escape rooms online

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MARCOS MÍGUEZ

Empezó como un hobby, pero estos cuatro amigos que buscaban divertirse durante el confinamiento hicieron casi sin querer que muchos otros se enganchasen a sus juegos, en los que ya se han interesado también varias empresas. Ideas no les faltan

05 dic 2020 . Actualizado a las 08:43 h.

Dicen que de las crisis aflora lo mejor y lo peor de cada uno. También, las mejores ideas. Para muestra la de estos cuatro amigos que aprovecharon el confinamiento para algo más que para desesperarse. Primero se acompañaron en el encierro uniéndose en una de sus aficiones: los escape rooms. Después, decidieron que quizás era buen momento para regalarle ese buen rato a los demás. «La gente empezaba a hacer escape rooms online para pasar el rato cuando había que estar encerrados. Nosotros también, y pensamos: ¿Por qué no diseñamos uno para que se pueda hacer desde casa?», explica Luis Galdo. Ni él ni sus amigos, Iago Pardo, Laura Lago y Ángel Muíños, -todos coruñeses y compañeros de pupitre de niños- eran conscientes de que ese era el germen de una más que posible salida profesional que ya ha empezado a dar sus frutos. Iago y Luis son informáticos, Ángel estudió Económicas y Laura hizo primero Enfermería y ahora estudia Medicina, lo que compagina con guardias como enfermera muchos fines de semana. Todos ellos sacan tiempo para hacer realidad esa idea, materializada ya en una web, Lumi Pakele, que contiene juegos abiertos al público y en la que ya han fijado su mirada varias empresas interesadas en ofrecerlos a sus empleados.

«En abril nos pusimos manos a la obra», indica Luis, que indica que «como yo ya sabía algo de montar una web», se volcaron en ello durante unos días y vio la luz el primer juego. Tras una semana diseñándolo se decidieron a lanzarlo. «Lo empujamos por grupos de Facebook y Telegram en los que se intercambiaban este tipo de cosas, y en general tuvimos bastante buena respuesta». Sus juegos son gratuitos. Por no exigir, no exigen ni registrarse. Accedes, juegas y, al final del escape room, te dan la puntuación final y el número de pistas que has pedido. Todas las pruebas tienen la misma estructura: hay que dar la solución en un cuadro de texto. Siempre te aparecerán en pantalla dos pistas disponibles y la posibilidad de pasar de prueba pidiendo la solución cuando no eres capaz de resolverla. Pero sin registro ni intercambio económico, ¿nació esto como un acto altruista? Al principio, más o menos fue así. «Igual que nos gusta estar tres horas o cuatro jugando a escape rooms de otra gente, dijimos: ‘Vamos a diseñar el nuestro, pasamos un rato divertido -que después es mucho más que un rato, claro- y vemos cómo la gente responde. Añadimos un botón de donaciones, y si donan porque les gusta, bien, y si no, pues no pasa nada, lo hemos disfrutado», explica Luis.

Sin embargo, lo que nació con vocación de entretener y entretenerse entre amigos, acabó atrayendo a más de una empresa. «Después nos contactó un restaurante de A Coruña, el Samaná. Nos dijeron que habían cerrado durante la pandemia, pero que iban a hacer menús para enviar a domicilio. Se les había ocurrido la idea de, a los clientes que pidieran para casa, darles un código de acceso para hacer un escape room online. Ahí fue la primera vez que vimos que esto podría tener una salida de cara a empresas. Les pasamos un presupuesto, aceptaron y empezamos. En mayo salió oficialmente el juego», relatan.

Luis, que trabaja en una empresa de márketing digital, hace muchas actividades telemáticas. Sus compañeros de recursos humanos sabían que él junto a sus amigos habían creado esta web, y les preguntaron si estaban interesados en hacerles uno personalizado. «Ya pensando desde el punto de vista empresarial, decidimos hacer uno ya muy orientado a equipos con varios personajes, y que cada personaje vaya viendo cosas diferentes, pero que todo esté relacionado. Que sea importante que la gente se comunique entre sí para poder avanzar en el juego. Así las empresas podrán conocer cómo se desarrolla el trabajo en equipo de sus empleados», señalan.

¿Y A MODO DE DEBERES?

Ya están en ello con varias empresas, pero mientras, ya piensan en otros dos frentes: diseñarlos también para procesos de selección, «escape rooms donde no todo tenga que ser correcto o incorrecto, pero sí que a través de las respuestas del candidato puedas llegar a hacer un perfil psicológico suyo para ver si va a encajar o no en el puesto», y otros de corte educativo para estudiantes. «Que los puedan hacer en casa, porque una de las competencias que más están trabajando los colegios es la comunicación y el trabajo en equipo, pero pensamos introducir también pruebas relacionadas con el inglés, con las matemáticas... diferentes asignaturas dependiendo del nivel del curso», apunta Luis, que también lo ve posible tanto como tarea que sustituya a los deberes tradicionales como a modo de actividad en el propio centro. Ideas, sin duda, les sobran. A la vista está que talento también.