«El secreto del verano gallego está en la Costa da Morte»

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El paraíso de Iria es As Saíñas desde que era pequeña
El paraíso de Iria es As Saíñas desde que era pequeña BASILIO BELLO

Iria Juncal, máster en gestión de destinos turísticos, siempre elige Galicia para veranear. Estas son sus razones...

04 sep 2021 . Actualizado a las 12:42 h.

El verano del 2020 le dio a Iria Juncal, máster en gestión de destinos turísticos, la oportunidad de comprobar que el verano en Galicia es «muy diverso». «Puedes disfrutar de mil sitios y planes distintos. El verano pasado, hice la ruta entera de las Cíes, y la ruta en kayak de la Illa de Arousa al islote de Areoso, brutal. Hay que hacerla en kayak, no en barquito...», propone quien se mueve de Ordes a Baldaio todas las tardes de verano. El año pasado conoció también otras joyas, pero As Saíñas está en el top de sus sitios favoritos. Razo y Baldaio son sus amores de arena y sal desde niña. Sus padres emigraron a Suiza en los 80 y ella nació en Zúrich. Con 6 años se mudó a Galicia, pero «no fue de repente». Ya tenía la prueba de los veranos en la terriña. «Los veranos aquí siempre fueron sagrados». Solían ir a As Saíñas. Tras venirse a vivir, empezaron a moverse «tirando para Razo», pero han vuelto hacia su rincón original, evitando la gran ola del turismo.

«As Saíñas es mi lugar de esparcimiento y desconexión», asegura Iria. «Voy y vengo todos los días. Es cuestión de fuerza de voluntad, de coger todos los días tu sombrillita, tu toalla, e ir para allá desde Ordes». Ella necesita escaparse a su reserva de relax tarde tras tarde: «Recargo las pilas, en As Saíñas pones el contador a cero».

Iria también siente debilidad por la zona de la ría de Muros-Noia, y por Porto do Son. En atardeceres se queda con los de la Costa de Morte, «que puedes distinguirlos según la estación». Pero la lista sigue: Ferrolterra y sus acantilados son otra de sus pasiones en paisaje. «Hice la ruta hace poco desde la playa de Santa Comba hasta el faro de Ortegal. Puedes ir en coche e ir haciendo rutitas a pie», dice. En Cedeira tiene pendiente visitar la playa de arena negra de Teixidelo. «Es como si estuvieses en Lanzarote -dice-. Pero es una ruta complicada, con pendiente, en la que debes ir con guía para evitar riesgos. Es la espina que tengo, hacer esa ruta».

Lo que le empieza a cansar a Iria es la fiebre «de los banquitos». «A veces los llegan a poner en sitios que estropean el encanto de la zona -considera-. Loiba tienen el que llaman el banco más bonito. Para mí, ese banco no es; hay otro mejor que está más atrás. Las vistas son mejores. Te sientas y estás casi en el mar ante la hilera de acantilados. Aparcas un poco más atrás y vas andando». ¿Vamos?