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Cirano y Davinia, de El Combo Dominicano: «No nos importa la diferencia de edad, 13 años no es nada»

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Cirano y Davinia posan antes del nacimiento de su hija Khloe, que tiene dos meses
Cirano y Davinia posan antes del nacimiento de su hija Khloe, que tiene dos meses

El director y la cantante de la orquesta, de 51 y 38 años respectivamente, acaban de ser padres tras quince exitosos años de relación sentimental y artística

17 feb 2022 . Actualizado a las 12:26 h.

No podía ser de otra manera. El primer beso entre el director de El Combo Dominicano y su cantante estrella tenía que ser a ritmo de merengue. La historia de amor de Cirano Núñez y Davinia Fleitas ha pulverizado todas las barreras. Trabajan juntos y se llevan 13 años, menos de los que han cumplido ya como pareja. Él, aunque nadie se los echa, tiene 51. Ella 38, y solo contaba 20 cuando empezaron a estar juntos. Su padre tiene 58, por lo que solo es siete años mayor que Cirano. El suyo es, sin ninguna duda, un amor a prueba de bomba.

Ambos acaban de ser padres de su primer hija en común, la pequeña Khloe, de dos meses. Un bebé muy deseado que se suma a los dos hijos de 20 y 28 años que tiene Cirano de un matrimonio anterior. Él y Davinia no se han casado, ni falta que les hace. «No creo que lo haga. Ahora por la niña igual nos hacemos pareja de hecho, pero yo eso de casarme por casarme...», indica ella. «Es un mero formalismo. Nunca se puede decir que no, porque no se sabe, pero no entra en nuestros planes», completa él. La armonía entre ambos se percibe en toda la conversación.

Hay que remontarse quince años atrás para llegar a los inicios de su historia, cuando en el 2007 Davinia se incorporó a la orquesta. Arrancó la gira, pero entonces el Combo Dominicano aún no trabajaba tanto como ahora, por lo que la formación compartía mucho tiempo libre. Empezaron a viajar en la furgoneta para ir a ver otras orquestas, y entre verbena y verbena, surgió la chispa. «Empezamos a tener más afinidad que con el resto. La primera vez fue en las fiestas de Boiro, un 28 de junio. Estábamos viendo a Armonía Show, y bailando, a ritmo de merengue, nos dimos el primer beso. Al día siguiente, en el ensayo, Davinia no podía ni mirarme a la cara», relata Cirano mientras la pequeña Khloe estalla a carcajada limpia, como entendiéndole. «Yo ya llevaba un tiempo pensando: 'Siento que no veo a Cirano como antes'. Tenía veintipocos años», narra ella.

Nuestro primer beso fue a ritmo de merengue

«Fue surgiendo con la bobería del momento, al principio un poco a escondidillas hasta que la gente se dio cuenta. Después de la gira, volvimos cada uno a su casa a Canarias. Yo en la noche la llamaba y la iba a buscar para que se viniera conmigo», confiesa él, a lo que Davinia añade que eso supuso algún susto que otro en su casa: «Un día no avisé a mi madre, y casi infarta. A partir de ahí, ya no nos separamos». Trabajan juntos, pero sostienen que cada uno tiene su rol y su espacio. La vida de ambos es la música, y se apoyan el uno al otro en la dureza y el ajetreo de las giras. El fenómeno fan tampoco hace mella en ellos. Davinia está mucho más expuesta, pero lo llevan bien. «Por su forma de ser, yo veo que no da pie. Aparte, yo no soy nada celoso. Creo que ella se cela más de mí que yo de ella», dice Cirano entre risas.

«Trece años no es nada»

Los 51 años de él y los 38 de ella no se aprecian a simple vista. «Trece años no es nada», asegura Davinia. «Tengo la suerte de parecer más joven», añade Cirano. Lo cierto es que nadie le echaría su edad. «Cuando se lo contaba a mis amigas, me ponían caras. Pero yo les decía: 'Quita esa cara, que no los aparenta'. No me decían nada, pero...», reconoce ella, que explica que nunca le atrajeron los chicos más jóvenes: «No me gustan los de mi edad, yo era más madura de lo que me correspondía y quería un hombre que fuese mayor también por dentro, aunque con un aspecto joven». Lo encontró en Cirano, y su familia no se opuso en ese sentido. A pesar de la cercanía en edad con su suegro, lo que le echaba para atrás en los inicios al padre de Davinia era otra cosa. «Lo de mi padre no era por la edad, porque no los aparentaba ni nada, sino que era por los dos hijos pequeños que tenía él en ese momento. Pero yo le decía que lo quería y que era muy buena persona», recuerda ella. Irrumpe Cirano para ponerle nombre y apellidos a ese recelo: «Yo estaba divorciado, y además como en Canarias los del Combo teníamos fama de mujeriegos... Cuando empezamos, hubo gente que decía: 'Eso es un entretenimiento de Cirano'. El tiempo demostró que no era así».

«Yo quería ser madre»

La afinidad entre ellos es total. «Tenemos muchas cosas en común, incluso normalmente los mismos gustos. Nos gusta viajar, el cine, la playa... Nunca uno fuerza al otro para nada, y gracias a esa sincronía llevamos una buena vida diaria», aseguran. Una vida que ha mejorado infinitamente con la llegada de Khloe. «Yo había épocas en las que lloraba, porque el tiempo pasaba y quería ser madre. De hecho, ahora lloro muchísimo con ella, no puedo ni verla mala. Ha alegrado y llenado tantísimo la casa... Tenerla fue algo que siempre estuvo en los planes», indica Davinia. Unos planes compartidos por los dos, porque a Cirano le ilusiona, y mucho, volver a ser padre después de tanto tiempo: «Ahora estamos viviendo un momento muy feliz, porque la niña es bonitísima, un juguetito».

Lo será también para toda la orquesta, que cuenta con poder salir este verano de gira tras dos años muy complicados por las restricciones contra el coronavirus. «Davinia no tenemos claro cuándo se incorporará, quizás en el verano. Nosotros arrancamos, si Dios quiere, el último fin de semana de abril. Esperamos que por fin vuelva todo como lo dejamos en el 2019», desea Cirano. Compaginar los viajes y las actuaciones con la crianza, aseguran, no será tan complicado como puede parecer. «El Combo tiene su base con una casa en Bertamiráns, y además tenemos muchísima suerte, porque el 75 % de nuestro trabajo es en Galicia, y nos queda a una hora. Eso nos permite viajar y volver a casa todas las noches. A mayores, seguramente vayan mis cuñadas para allá a ayudarnos. Khloe va a ser este año la mascota de la orquesta», dice su padre.

Salud, trabajo —si el covid al fin lo permite— y amor. Por muchos fans que les sigan y aplausos que reciban allá donde van, esta pareja tiene muy claro que el verdadero éxito está en casa. Y que, cuando se quiere de verdad, los obstáculos no existen.