Juan Luis Morán, cirujano plástico: «Las mujeres se reducen el pecho a partir de una copa D»

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Por cada diez operaciones de aumento de mamas, se hace una de reducción, señala el doctor Morán, que lleva más de treinta años trabajando en el campo de la cirugía plástica.

06 abr 2022 . Actualizado a las 08:57 h.

Juan Luis Morán (Guatemala, 1955), cirujano plástico del Hospital Quirónsalud en A Coruña, asegura que detrás de las reducciones están principalmente razones de salud, derivadas de cargar con un peso extra, aunque también puede haber complejos estéticos. «Cuando no coincide la talla de pecho con la de la cintura puede ser problemático», dice. 

—¿Hay tantas mujeres que se reducen el pecho como que se lo aumentan?

—Lo que más hacemos son aumentos. Por cada diez aumentos, hacemos una reducción.

 —No siempre es una cuestión de estética, también de salud. ¿Hay una talla o una proporción que ya es desaconsejable?

—Es muy difícil de calcular, no hay una tabla que diga a tal diámetro de tórax o una mama de tal tamaño, que sea más susceptible o la necesite más. Cuando alguien se lo hace es por salud, porque cargar con un peso en el tórax anterior termina perjudicándote la columna dorsal, y para compensar se adquieren ciertas posturas que pueden derivar en problemas de cervicales o dorsales. Cuando las mamas son muy grandes, lo dicen ellas, les estorban para hacer una vida normal: les impide ir a la piscina o la playa, produce roces debajo del pecho...

 —¿Hablamos de una copa D o E?

—Sí, probablemente. Cuando compras un sujetador te dan un número y una letra, lo primero son los centímetros que tiene el diámetro alrededor del tórax por debajo de las mamas, y la copa se refiere al volumen de la mama. Son pacientes que se compran un vestido, que de cintura muy bien, pero arriba no les entra, o van a comprarse un bañador, y la talla de arriba no coincide con la de abajo, y es problemático para ellas. Y en una mama grande es mucho más difícil detectar un cáncer de mama. En una pequeña, notas un bulto aunque sea como un garbanzo, mientras que en una muy grandota, probablemente no lo puedas tocar hasta que tenga el tamaño de una nuez.

 —Últimamente muchas caras conocidas han pasado por quirófano para reducir... ¿La gente ya no se quiere ver con el pecho grande?

—Mucho es cuestión de modas también. Cuando yo empecé a hacer cirugía de mamas, hace 30 años, las prótesis eran de 240 cc, la más grande que ponía, y ahora se ponen de 300 y pico. Ha cambiado el concepto de una mama grande. Antes quizás era una copa B, y ahora es una copa C o D.

 —¿Se ha ido a más?

—Eso sí lo notamos en la consulta. Pero la mama depende del resto de características de la paciente, no es lo mismo alguien que mida 1,50 metros con unas mamas grandes, que otra que mida 1,80. Depende del cuerpo y del contorno de la paciente.

 —¿Los embarazos (el pecho primero aumenta y luego se vacía) pasan más factura a nivel estético a las mujeres con mamas grandes?

—Desde el principio del embarazo, la mama se prepara para la lactancia, la glándula aumenta de volumen y la piel también se extiende. Al terminar, la mama se vuelve a hacer pequeña, pero la piel no vuelve del todo a su estado original. A veces, lo que pasa es que sobra piel y queda como una bolsita, como si le metieras dentro una manzana, y se va al fondo. Esas pacientes no tienen una mama grande, sino caída. Una mama pequeña puede estar caída.

— A nivel quirúrgico, ¿es más complicado quitar que poner?

—Sí, cuando pones unas prótesis, llegas, preparas a la paciente, le haces una incisión pequeña, de unos cinco centímetros, le haces un bolsillo detrás del músculo pectoral, y colocas la prótesis. En esto tardas una hora. Cuando haces una reducción, primero tienes que calcular cuánto vas a reducir, trazar la idea, hacerlo en quirófano, quitar un trozo de glándula y acomodar la mama para que quede de un tamaño y de una forma bonita y en su sitio. Esto lleva tres horas. No es que sea más complicado, es que es más laborioso. Además, son dos y las tienes que dejar igual... Al poner no hay problema porque son de la misma cantidad. Y hay un porcentaje grande de las pacientes que tienen asimetrías, y, a veces, hay que quitar más de un lado que de otro. Para quitar hay que hacer hasta tres incisiones.

 —¿Qué talla es la que más os piden?

—La que más ponemos es la 85-90, solemos dejar una copa B.