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¿Qué energía se respira en tu casa? ¿Por qué acumulas todo en el mismo sitio? El interiorismo feng shui se hace fuerte en Galicia

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Istock

Esa habitación del pánico, las plantas que no se te dan o las dificultades para descansar pueden explicarse en el feng shui. Descubre las claves para mejorar las vibraciones de tu hogar

11 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Toda casa tiene ocho zonas energéticas. Las cuatro buenas se denominan Protección, Suerte Celestial, Armonía y Vitalidad; mientras que las cuatro malas reciben el nombre de Las pérdidas materiales, Los 5 fantasmas, Los Accidentes y Peleas y, por último, La Muerte. El feng shui es un arte ancestral chino que, aplicado al hogar, determina dónde cae cada una de ellas, en qué estancias de la casa dominan. Y en función de eso, planifica la vivienda no solo determinando la situación de cada habitación —siempre que sea posible— sino también los elementos, materiales o colores que ayudan a contrarrestar o potenciar cada una de esas energías con respecto a su habitante. Hacerlo o no, mover esas energías o no, puede cambiar la vida de las personas. Ese no es el objetivo de Marina Ponce de León, interiorista feng shui del hogar. Esta madrileña que vive en Ribeira —porque, asegura, se enamoró de Galicia— se dedica a estudiar hogares y espacios con su estudio Área Feng Shui. No promete cambios vitales, sino que la persona se sienta bien en su propia casa y la utilice en su totalidad. Pero lo cierto es que, en muchos casos, una cosa es consecuencia de la otra.

Tiene anécdotas para escribir un libro. Desde el matrimonio que se reencontró tras trasladar la cama de la zona de las Peleas a la de la Armonía, hasta el que se empeñó en comprar una casa cuyo centro entraba en una energía tan fea como la de la Viudedad, y terminó divorciándose. Eso sí, nunca se sabe si los cambios aparentemente malos pueden acabar resultando buenos, porque el exmatrimonio rehízo felizmente su vida con otras parejas. «Pero hay casas que jamás van a permitir nada. Una vez le dije a un cliente: 'Te tienes que ir de aquí'. No me hizo caso, y después se le quemó la casa», asegura la experta, que matiza que también estudió hogares que no necesitaron intervención alguna, «incluso con gente que creía que eran un caos porque los tenían muy desordenadas, pero es que hay hogares sin orden que son perfectos».

Cuando uno se compra una casa, la distribuye y la decora, no suele atender al arte del feng shui. Pero cuando ya está instalado, de pronto siente que nunca utiliza un espacio, o hay una zona en la que no deja de depositar cosas y más cosas. También es posible que duerma mal, o que se sienta aplacado. Llegados a este punto, la primera norma del feng shui es que no hay normas. «Los típicos tips de colores, materiales o complementos de decoración hacen mucho daño», señala Ponce de León. La única manera de hacer que todo conforme el espacio ideal es entender la energía que subyace en él, y darle los colores, los materiales y las formas que pide esa energía en combinación con la de la persona que lo utiliza. «Es esa sensación de que puede haber una guerra fuera, pero cuando entras en tu hogar estás en tu mundo, ese lugar definido para ti», indica la experta. Aquí las claves para hacerlo.

Las zonas de la casa

Todo parte de un cálculo matemático que concluirá cuál es la energía de la casa y cuál es nuestro elemento (agua, aire, tierra, fuego o madera). Esta última fórmula es diferente para hombre y para mujer. En la ecuación entra la orientación del grado con dos decimales que tiene esa casa en el planeta, y eso se combina con los datos de nacimiento de la persona. «Hay una escuela, la de Los cuatro pilares del destino, que te estudia por tu hora, tu día, tu mes y tu año. Con esa información se hace un refrito y se aporta una solución específica para ti en esa casa», dice Ponce de León. Es frecuente que una persona que está empeñada en una decoración, descubra que se equivoca de lleno. «Tú tomas esa decisión influido por los despropósitos que lees en internet, como que los colores cálidos son peores para el descanso. ¿Qué pasa? Que si tu cama por ejemplo está en la zona de Los 5 fantasmas, servirán para apagar el fuego de esa energía, que es muy fea y existe en todas las casas», explica la interiorista. Esta zona se localiza fácilmente: es ese espacio que tiene una especie de atracción fatal para soltar cosas y, sin saber por qué, se acumula todo ahí. «Es una energía que se representa con una hoguera diabólica llena de fantasmas que quieren arrastrarte al pasado. Si pasas mucho tiempo ahí, porque tu salón está situado en ella, empiezas a hablar solo de lo que fuiste y te conviertes en ese batallitas que deja de hablar del futuro y de lo que quiere hacer. Hay que apagar ese fuego», asegura. Nunca se va a encontrar en un sitio lógico, como el colgador de la entrada donde dejamos todo al llegar. Puede ser el rincón del lavadero o una esquina de la cocina o del dormitorio, sin explicación aparente.

Los colores

Cada escuela del feng shui aborda un tema diferente, y la combinación de esas escuelas determinan todo. Una de ellas determina el tiempo. Ahora, desvela la experta, estamos en la época 8, que va del 2004 al 2024. Solo en esta época, hay 16 millones de planos energéticos distintos. Hay tantas variables y factores combinados que un estudio de feng shui profesional tiene como labor explicar que no hay tips válidos para todos. Esa pared roja vibrante que desquicia a unos puede resultar ideal para equilibrar a otros. Además, es importante dejar claro que cualquier estilo decorativo está permitido: «Puedes tener la casa más barroca o más zen del mundo, y sin embargo ser 100 % feng shui».

Norte y sur

Las casas que miran al norte son las casas agua, que son muy Yin. Por eso es importante subirles los tonos y el color, porque si no te aplacan. Ponce de León pone un caso práctico para entenderlo mejor: «Tengo una clienta que vive en una casa tierra, y ella es una chica fuego. Desde que se ha mudado allí, que es una mejora en su vida porque se ha ido de un piso a una casa de cuatro plantas, dice: 'Esta casa me absorbe, me tengo que arrancar para salir'. Si tú quieres apagar con seguridad un fuego cuando te has ido de cámping, puedes hacerlo con agua. Pero como lo apagas cien por cien, y tienes garantías de que no va a volver a brotar, es poniéndole unas paletadas de tierra encima. Por eso esta casa a esta chica la apaga. Con el feng shui la levantamos, mitigamos la sensación de cueva de las casas tierra». Por el contrario, las casas sur son Yang, de fuego y actividad. «Ahora está fenomenal porque teletrabajamos, pero son casas con demasiada actividad donde no se llega a ese punto de relax total. La propia energía no favorece que descanses. Pero imagina que eres una persona tierra, sólida, estable, que cada cambio es como si una montaña se moviera para ti, y te meten en una casa fuego. Estarías muy activada y muy empujada, porque el fuego está activando esa fuerza que no tienes por naturaleza», amplía la experta.

Personas este y oeste

Los seres humanos nos descomponemos en dos grandes grupos según esta filosofía. Los del este son los de la iniciativa, los del avance y los de la mañana. Los del oeste son los de la estrategia, los de la retaguardia, los de la tarde. «Se ve muy fácil. Por ejemplo, a unos les gusta estudiar por la mañana y a otros por la noche», dice la interiorista.

¿Cama al norte?

La recomendación de orientar la cama al norte es la más extendida, y con acierto. Pero también hay que incluir la sur. Ambas son polivalentes y, por lo tanto, válidas tanto para las personas este como para las oeste. Las únicas que no son polivalentes son el sureste, que no sirve para nadie del grupo oeste; y el oeste, que no sirve para nadie del grupo este. No obstante, el feng shui determina que cada uno de nosotros tenemos cuatro orientaciones beneficiosas y cuatro que debemos evitar.

Cabecero

Esa pared debe reflejar lo que queremos que ocurra. Una parte del feng shui refleja mucho la simbología, «y lo que ves cuando te metes en la cama marca mucho tus sueños y el subconsciente. Esa última imagen puede favorecer que pasen las cosas que tú quieres, por lo que el cabecero debería transmitir lo que tú deseas que pase en ese espacio. ¿Y si la pared está vacía, sin nada colgado sobre el cabecero? «Si no hay nada, ahí no pasa nada. Pero nada, ni bueno ni malo. Es algo que está inerte», dice Ponce de León, que añade que trabaja muchísimo esta pared y matiza que, cuando son niños, debe reflejar sus ilusiones, o valores y enseñanzas.

Estampados

En lo liso, lo que prevalece es el color. Si el tejido es muy marcado, resaltará el material. Tenemos que considerar los complementos a la hora de satisfacer las necesidades energéticas de ese espacio y de la persona que va a ocuparlo. ¿Y los estampados? ¿Qué evocarán las flores, los cuadros o el animal print? «Aquí incluimos lo que representan, para potenciar lo bueno y neutralizar lo malo. Por ejemplo, las flores representan el Elemento Madera Yin; y las rayas, el Elemento Madera Yang. Con ello reducimos las Pérdidas Materiales, activamos la energía de las zonas de la Vitalidad y de la Protección, pero atacamos la de la Suerte.

Las plantas

Están muy de moda, sobre todo en zonas comunes, pero no están indicadas para todos. Aun así, dice la experta que de forma natural tendemos a que nos gusten o no en función de nuestro elemento. «Si eres tierra no te van a gustar, y encima se te van a dar mal, porque la tierra y la madera se llevan mal. La madera se le clava y le chupa los nutrientes a la tierra, la deja yerma. Son dos fuerzas muy potentes en guerra», explica. De la misma manera, la energía de la casa puede hacer que crezcan y florezcan o no.

Cocinas metal

Nunca deberíamos combinar los materiales que no van ni con la energía del sitio ni con el propio perfil energético de la persona. «Y además es muy evidente», asegura Marina, que indica que eso es lo que los decoradores denominan como «algo que no está resuelto». «Es equivocarte con un elemento cuando ese espacio necesita otro», indica. Por mucho que nos la metan por los ojos, esa cocina en nuestra casa quedará fea y generará un conflicto energético. «Es inmediato. Lo ves. Es como que chirría, como que no está encajado. Pasa mucho con eso que en la tienda te encanta, pero al ponerlo en tu casa no paras de cambiarlo de sitio, porque no te encaja», añade.

La simetría

La energía de la pareja y del amor está regida por el número 2. Por eso la regla más sencilla para alguien que no es interiorista feng shui, desvela la experta, es la del doble idéntico. «Si pones almohadones en el sofá, que desde los brazos hasta el centro repliquen como un caleidoscopio, ese sofá tiene que tener dos Guardianes, el Tigre y el Dragón. Eso se traduce en poner dos mesas auxiliares, o un revolving con libros a un lado y una mesa bajita con una lámpara al otro», refleja. En contraposición, muchas revistas de interiorismo recomiendan poner conjuntos de tres, como por ejemplo, los cojines. «Ellos quieren que las fotos tengan atractivo. Las cosas atractivas, con más morbo y con más punto, son las impares. Pero si tenemos que elegir entre el atractivo y el amor, nos solemos quedar con lo segundo», apunta.

Un baño relax

El feng shui es partidario de mantener la bañera. «Darse baños con agua y sal es un enorme beneficio. Cuando nos sumergimos en el Agua, reconectamos con el 80 % de nuestra esencia, y no hay nada más Yin que el Agua. Por eso somos tan felices cuando vamos a la playa. Yo nunca quito las bañeras en mis reformas», asegura Ponce de León, que siempre intenta mantener bañera y ducha.

Flechas envenenadas

¿Qué son? «Todo lo que al mirarlo, te pone nervioso. La esquina de una pared, un cuadro, una caja o una mesa. Los brazos que te apuntan de una planta o de una lámpara. Son los picos de todo lo que mira directamente hacia ti y que te genera desasosiego o sensación de barrera para acceder a un espacio», responde la interiorista. Para evitarlas, los profesionales del feng shui primero estudian los flujos y trayectos, cómo te vas a mover, que es tan importante como la distribución. En esos flujos tiene mucho que ver la situación de las puertas y ventanas, que generan un ciclón energético que altera los ciclos vitales. Por algo siempre se dice eso de 'quítate de la corriente'. La del feng shui pega cada vez más fuerte.