Demetrio, 18 años: «Ya sé lo que es hacer horas extras, y sueño con montar mi propia cadena de hoteles»

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XOAN A. SOLER

Este vigués es de los primeros alumnos en estrenar el grado de Gestión de Empresas Hosteleras, una de las tres nuevas carreras del sistema universitario gallego: «Es prácticamente inmediato salir de aquí y tener trabajo»

01 oct 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Demetrio Alonso estrena etapa, ciudad, grado... «Hasta traje», añade. «Tenemos que ir bien vestidos siempre. Nos están mostrando la vida real, cómo va a ser ir a trabajar, por eso hay que tener en cuenta todos esos detalles, como ir de traje, con corbata y zapatos». El vigués forma parte de los 46 matriculados en el primer curso del grado en Xestión de Empresas Hostaleiras de la USC, uno de los tres que estrena el sistema universitario gallego en el 2022 con una nota de corte para el próximo año de 5,480. El traje es el código de vestimenta con el que deben acudir a las clases teóricas. Cuando toca práctica, entran en juego la chaquetilla y el pantalón de cocina para las tareas gastronómicas y, cuando toca servicios, siempre van de camisa blanca y pantalón negro. «A ver, yo llevo toda la vida vistiendo de traje. En el cole ya tuve que llevar americana y corbata, desde la ESO», dice Demetrio. Y no es lo único que lleva haciendo toda la vida, porque el joven trae el oficio en las venas.

«Lo tengo claro desde que era pequeñito, ya que mi familia trabaja en este sector, y ya desde mi infancia con 6, 7 y 8 años iba todos los días a ver a mi padre». Su familia es, junto con otra, propietaria del Hotel Del Mar de Vigo, un pequeño hotel de 2 estrellas que se sitúa al lado del puerto, en pleno corazón de la ciudad. Él sabe mejor que nadie que la implicación en un negocio familiar es máxima. «Yo lo veo como juntar el trabajo con el hobby, algo que siempre he buscado, y ahora veo que tengo la oportunidad aquí». A pesar de que tiene solo 18 años, no le asustan las horas extras ni lo sacrificado del sector. «La gente ahora se divide en dos ramas. Piensa: '¿Qué quiero, vivir para trabajar o trabajar para vivir?'. A mí me vuelan por la cabeza ambas cosas, pero lo que sé es que si estás contento y te diviertes trabajando, no hay ningún problema. Tu trabajo se convierte en un hobby, y vas contento».

Y contento es como acude cada día al Centro Superior de Hostelería de Galicia. «Yo he visto varios centros no universitarios alrededor de España y de Portugal, pero lo que más me llamó la atención de este fue la posibilidad de combinar clases teóricas y prácticas. Dije: 'Me tengo que venir aquí'». De hecho, el grado alterna una semana de teoría y otra de práctica. «En la práctica vas viendo lo que son todos los departamentos que tiene un hotel desde este primer año, en el que aprendes lo que es sala y cocina y empiezas a trabajar en este sector, ya sea en la cocina central, en central frío, en la sala del buffet o en la cafetería».

XOAN A. SOLER

Esas son solo algunas de las aulas prácticas con las que cuentan las instalaciones del CSHG. Y todo lo que preparan los alumnos lo sirven después en los desayunos, comidas y cenas del centro para los estudiantes que se quedan internos, como él. «Somos poquitos, creo que somos unas 13 personas internas que vamos a desayunar. La mayoría de los alumnos se quedan a comer, y a cenar de nuevo solo los que nos quedamos a dormir». También cocinan para las categorías inferiores del Obradoiro, que residen en el centro.

Demetrio no es el típico universitario. No buscó residencia, ni colegio mayor, ni piso. Tampoco se prodiga por la noche santiaguesa. De hecho, cuando se gestó este reportaje, enfilaba su segundo jueves sin salir. Sin duda, es una rara avis.

No le despista la fiesta

«Yo decidí quedarme aquí interno de lunes a viernes, y el viernes vuelvo a Vigo para pasar el fin de semana. Normalmente, el primer año estás así, en residencia, y después ya con amigos y conocidos intentas irte a pisos, para no estar todo el día aquí metido», apunta el vigués, que no quiere despistarse: «Hay personas de mi clase que ya salieron el primer jueves, y buf... algunos el viernes no vinieron a clase. Entonces dije: 'Si voy a estar así, cansado, prefiero no hacerlo e ir más despacio estas primeras semanas'».

Esa responsabilidad extrema a sus 18 años revela que ya sabe lo que es trabajar. Eso sí, al menos se despeja jugando al fútbol cada fin de semana con su equipo de toda la vida. «Adonde no voy mucho es al hotel», se ríe. Eso dice, pero lo cierto es que no falla, porque disfruta visitando a los empleados. «Son como mi familia, me han ayudado mucho y tengo muchísima relación con ellos. Y ahora, estudiando aquí, también puedo decirles: 'Mira, aprendí a hacer mejor esto'».

Hablando de empleados, los camareros escasearon en Galicia durante todo el verano, y hubo hosteleros que señalaron que cuesta mucho encontrar personal cualificado. «La verdad es que sí que cuesta encontrar a alguien que te dure. Hay mucha gente que quiere hacer unos meses de trabajo y después decide marcharse. Yo que he buscado a gente y que ahora busco trabajo, tengo sentimientos encontrados. Lo que veo aquí es que hay muchas personas con ganas de trabajar de camarero, que es lo que vamos a hacer este año. Y otros tienen expectativas más altas».

Quizás no tanto como él. Demetrio tiene los pies en la tierra, pero también un sueño de los grandes: «Siempre tuve claro que quiero viajar mucho y tener mi propia cadena hotelera. No querría seguir en el hotel familiar, sino ir a más». Por eso, entre las dos menciones que ofrece el grado, Gastronomía y Dirección Hotelera, tiene claro que escogerá la segunda.

De momento, su aspiración más inmediata es superar bien el curso para poder hacer prácticas. «Puedes buscarlas tú o te las facilita el centro, y puedes hacerlas en cualquier lugar del mundo. El único requisito es que te acepten», señala el universitario, que no ve el momento de echarse a volar: «El primer año son de camarero, el que viene van a ser de recepción, de cara al público, y en camas, lo que viene siendo la lavandería. Hacia tercero te enfocas más en el management, los recursos humanos y el manejo de la parte de detrás, lo que es la gestión hotelera. Y en cuarto tienes que visualizar todos los departamentos, y te ayudan con un profesional», explica sobre un grado con asignaturas tan realistas como Habilidades interpersonales y comunicación en la empresa o Gestión de personas y del talento.

Habla cinco idiomas

En clase no todos los alumnos parten del mismo nivel, pero el profesorado imparte todos los contenidos desde cero. Pero la preparación de Demetrio, ya desde mucho antes de iniciar la carrera, le pone en una situación de clara ventaja. «A mí lo que más me llama de esto es la atención de cara al público. Conocer a mucha gente de muchas culturas diferentes y países, personas que vienen de vacaciones, a trabajar, por ocio, por familia... por lo que sea. Y atenderlos, hablar con ellos, que te cuenten cómo es su vida... Eso es lo que más me fascina». Precisamente para poder disfrutar de todas esas historias, Demetrio habla varios idiomas. «Estudié en un colegio británico. Domino el inglés, el español y llevo seis años en clases de francés, que estoy continuando ahora en el CSHG. Aparte, también portugués y gallego».

La formación le ayudará en esta nueva aventura, pero todavía más la experiencia. A este joven no le asustan las jornadas interminables, ni el hecho de trabajar duro mientras el resto del mundo descansa y celebra. «He pasado por muchos horarios, sé lo que es hacer horas extras; sé lo que es entrar en un turno, irme a dormir y volver a entrar en el siguiente por falta de personal o porque alguien se puso malo... Al final, mis amigos me dicen: '¿Por qué no vamos a tal sitio? Sal del hotel, estás explotado'. Pero no sé, yo también pienso en el ámbito familiar, en ayudar. Y no lo veo mucho como un problema si estás enfocado ahí y lo vives como un hobby, como algo que te gusta. De esa manera, no lo ves como un horror, pero trabajas mucho, claro».

¿Expectativas? Todas las del mundo. La inmersión profesional de este grado y las ganas de Demetrio apuntan al éxito. «Las cadenas importantes ya te van conociendo cada verano, y es prácticamente inmediato salir de aquí y tener trabajo», señala ilusionado. El suyo, seguro, será dirigir.