Gloria Rodríguez, volver a empezar a los 50: «En el confinamiento me puse a estudiar y gané la plaza de bibliotecaria»
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A esta historiadora del arte coruñesa, le gusta moverse física y mentalmente. En el confinamiento, gastó codo y el fruto fue una mudanza de ciudad y de trabajo. Hoy receta libros en San Cibrao das Viñas
03 may 2023 . Actualizado a las 16:21 h.Asus 53 años, el nombre a Gloria le da la razón. Superado el medio siglo, esta coruñesa amante del saber, el aprender y el viajar se puso a preparar, por primera vez, unas oposiciones. Historiadora del arte, que ha dado clase toda la vida («de diversas cosas, un poco de todo: de bachillerato, de idiomas, en academias...»), aprovechó el confinamiento para gastar codo. Y, en vez de sacar bizcochos y galletas del horno, al estilo de muchos en los momentos de encierro y debilidad voraz de la pandemia, se sacó una plaza: la de bibliotecaria en San Cibrao das Viñas. «Fue un proceso duro. Si te organizas, lo llevas, pero puede ser un poco caos. Necesitas una disciplina grande. Yo estudiaba unas ocho horas al día, mínimo seis. Durante el confinamiento, los siete días de la semana», comienza a contar la profesora.
Lo más difícil en la oposición no es la primera página, sino mantener el ritmo de las muchas que vienen después. Algunos de esos días de confinamiento extremo en el estudio de la oposición, su hija, Marina, se asomaba al despacho de Gloria a las doce de la noche y le decía: «¿No cenamos?». Aclaremos que Marina tiene 22 años y es tres veces premio a la Excelencia Académica, así que en lo de aplicarse estudiando no le va a la zaga a su madre; la entiende bien. «Si me concentro, no me gusta interrumpirme —explica Gloria—. Si quieres preparar una oposición, hay que tomarlo como un trabajo. Si hoy vas a un recado y otro día a hacer esta o aquella gestión, al final no estudias. La oposición es como un trabajo».
Durante un tiempo, Gloria fue «sisi», sí estudiaba, sí trabajaba, combinando el maratón de la oposición con las clases en una academia, que pudo dar por Zoom. «Esto me permitió optimizar el tiempo. Pero es un esfuerzo importante encajarlo todo», matiza.
El secreto para Gloria, en la oposición y la vida, no es otro que «la motivación». «Vencer la pereza, no dejarse llevar por ella». ¿Y eso cómo se consigue? «Con ganas. Yo tenía muchas ganas de tener un trabajo como este. Pensaba en todas las cosas que se pueden hacer en una biblioteca. Hay gente que piensa que una biblioteca es un almacén de libros. Y la biblioteca del siglo XXI no tiene nada que ver con eso. Es un centro cultural, social, un lugar de encuentro que rige un poco la vida de la comunidad en la que te ubicas. Yo siempre quise trabajar en algo así. Las ganas creo que te hacen ponerlo todo de tu parte», afirma. La motivación es compañera de fatigas de Gloria desde muchos hace años, no le falla. «A mí la pereza no me acompaña. Ni rendirse es un verbo que esté en mi vocabulario. Cuando me propongo algo, trato de conseguirlo». Sobre el verbo intentar.
PASIÓN POR LOS IDIOMAS
Gloria habla italiano, inglés y alemán, y empezó también a estudiar francés. «Pero no pude continuarlo porque me cambié de ciudad y quedó aparcado», comenta. El italiano, en lo que se refiere a idiomas, fue el primer amore. «Como estudié Historia del Arte, en cuanto acabé pensé en ir a Italia, ¡allí hay mucho arte que ver!». «Me gustó tanto...», dice al referirse a la lengua de Miguel Ángel y Da Vinci, que la atrapó en la Escuela de Idiomas de A Coruña, donde a la pasión por esa lengua se unió el buen ambiente del grupo. Tras los cinco años de ilusionante inmersión en el italiano, Gloria empezó a considerar la idea de seguir con la ristra de Babel. «Pensé: ‘Ya que vengo a clase de italiano, aprovecho y doy una clase de inglés. Empecé uno tras otro y me fui enamorando de los idiomas. Cuando sabes varios, es más fácil aprender otro, porque en las lenguas hay patrones que se repiten», dice.
Como el arte y los idiomas, «las bibliotecas y las librerías siempre me gustaron», manifiesta Gloria, que ha heredado de su padre el gusto por la lectura y no olvida el flechazo por la letra que sintió a los 7 años, cuando leyó el primer libro, El lago de los ensueños, de Juana Spyri, la creadora de Heidi.
Como con los libros y las lenguas, digamos que una cosa llevó a la otra en el estudio de las oposiciones. Empezó preparando las de la Xunta. Y, cuando llevaba un par de años estudiando, en vez de seguir esperando la convocatoria, decidió presentarse a las primeras oposiciones que saliesen. En el verano del 2021, «salieron unas para la Universidade de Vigo y después las de San Cibrao».
Se presentó a las de Vigo y quedó de las primeras, y el 4 de noviembre hizo los exámenes para la plaza de San Cibrao. «Me llamaron para hacer una sustitución en Vigo, pero fue ahí, el 19 de noviembre, cuando salió la resolución de las oposiciones de San Cibrao», cuenta. Quedó de primera y esa plaza en San Cibrao era La Plaza, la única. «Al cabo de unos días me llamaron del Concello. Me dijeron: ‘Tienes que venir'». En diciembre del 2021, Gloria se mudó de casa, de provincia y de trabajo. Le pidieron que empezase cuanto antes. Los libros no se cansan de esperar, pero la gente les da vida, les hace moverse más.
La biblioteca de San Cibrao llevaba tiempo cerrada y con ella despertó. Gloria es, desde hace un año, la guardiana de los libros que se prestan allí. Ella, feliz, «cada día más». «Me apoyan en todas las iniciativas que propongo, en organizar cuentacuentos, que hacemos un día a la semana. Otro día, hacemos una actividad para aprender inglés jugando...», resume. Ella misma imparte los talleres y actividades. «Es un trabajo muy dinámico. ¡No te aburres! Siempre hay cosas que hacer».
La bibliotecaria de San Cibrao viaja en cuanto tiene ocasión. Y en esto el tándem con su hija es difícil de superar. «Aunque sean 20 horas de vuelo, ¡ahí vamos las dos! Con ella fui a Japón, gran parte de Asia: China, Filipinas, Tailandia, Vietnam...». Ya ha perdido la cuenta de los países que han visitado juntas. «Mi hija es la compañera de viaje ideal. Nos gusta hacer las mismas cosas, movernos mucho. Madrugamos, ella se ocupa de hacer la lista de lo que hay que ver: monumentos, la ciudad, las tiendas, vivir el ambiente del lugar que visitamos. ¡En eso, somos tal para cual!». Este verano exprimieron Chicago y hoy cuentan los días para una escapada a Egipto antes de Navidad.
El deporte cuenta en la motivación y la vitalidad de Gloria, que esta temporada ha dejado el pádel, pero va a correr todos los días hacia las siete y media u ocho de la tarde, cuando sale de trabajar. ¿Que llueve? Pues también, ella no se echa atrás. El plan de manta y sofá, en su caso, siempre puede esperar. A menos que tenga entre manos un thriller que devore su curiosidad, como Entre los muertos, de Mikel Santiago, una de las últimas adquisiciones que hizo como bibliotecaria de San Cibrao.