Con sede en un pequeño taller que lleva operativo desde 1975, esta marca tiene como sello la exclusividad de cada una de sus prendas
13 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Detrás de la palabra Andión se esconde un hombre. Concretamente, el padre de Carmen, una de las protagonistas de esta historia. La otra —que es la que contribuye a escribir estas líneas— es su nieta y curiosamente, responde al mismo nombre. Recuerda que su abuelo «era un señor muy presumido que siempre iba de punta en blanco. No tenía mucho dinero, pero con cuatro cosas parecía que siempre iba diferente». Precisamente con esa filosofía, y en honor a él, nace Andión Clothing.
El amor por la moda y la costura es algo que corre por las venas de madre e hija. La primera cuenta con un taller de confección desde hace más de 40 años en Boqueixón, y la segunda creció entre patrones, hilos y retales. Hacía los deberes en el taller de su madre y se escondía detrás de las cortinas para ver cómo trabajaba. «Yo no jugaba con muñecas, a los 6 años ya cosía en la máquina. Bueno, la estropeaba», cuenta entre risas.
Como era de esperar, Carmen optó por estudiar diseño. Trabajó durante varios años en otras empresas, pero el gusanillo siempre estaba ahí. Hace ahora tres años, le propone a su madre, en una comida familiar, montar una marca de ropa propia. «Era más una fantasía que otra cosa y sé que me dijo que sí para cumplirme el capricho», asegura. Pero el sueño se hizo realidad. Abrió un perfil de Instagram (@andion_clothing) donde subió los primeros diseños de blusas y los pedidos no tardaron en llegar. A día de hoy, esa misma página cuenta con más de 79.000 seguidores.
De Londres a Japón
Cuando se le pregunta qué es Andión, Carmen, responde: «Una marca de ropa hecha a medida, en la que la gente participa y se mete en el proceso con nosotras. Es decir, las clientas escogen el tejido con el que quieren hacer sus prendas, nosotras las asesoramos y ellas a veces también aportan ideas». Toda la ropa se confecciona en Galicia e incluso los pequeños detalles, como los bordados, son hechos a mano.
Sus románticos diseños y esta forma de trabajar no tardaron en triunfar más allá de nuestras fronteras. Un día, Carmen recibe un correo de Selfridges (Londres). «Pensé que era imposible que me escribieran a mí, que tenía que ser un error», recuerda. Esos grandes almacenes que ella visitaba en busca de tendencias, ahora la contactaban para vender sus prendas. Después de varias llamadas llegaron a un acuerdo y lanzaron la primera colección cápsula con ellos: «Estamos felices, la verdad».
Una emoción que se multiplica teniendo en cuenta que Andión también cuenta con venta física en tiendas de Estados Unidos, Japón, diversos puntos de España y, cómo no, de Galicia. A las características blusas que triunfaron a nivel internacional, ahora se le suman conjuntos, vestidos, abrigos y calcetines de perlé. «Queremos hacer muchas más cosas, pero vamos despacio que somos pequeños», recalca Carmen.
Entre los proyectos especiales que tienen ahora entre manos, que los propios clientes envíen su tejido y convertirlo en una de sus blusas. «Ya sean sábanas, manteles o algún bordado especial que está en un cajón, todo tiene una segunda vida», subraya. Era algo que tenían en mente desde hace tiempo, después de que su madre le confeccionara unas faldas con unos manteles que tenía en casa: «Hay muchos tesoros antiguos por casa, incluso con mucho valor sentimental, como un pañuelo de un tarabuelo que se bordó a mano. Es una pena que este tipo de tejidos maravillosos se queden guardados sin darles uso».