Fernando Aguirre, experto en liderazgo: «Un mal jefe es aquel que no confía en sus trabajadores»

ALEJANDRA CEBALLOS LÓPEZ / S. F.

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Es uno de los coach principales de Radikal, dedicados a la capacitación enfocada en empresa y liderazgo. Asegura que un jefe y un líder no son lo mismo: «El primero es solo un cargo»

24 feb 2023 . Actualizado a las 09:01 h.

Fernando Aguirre lleva más de 17 años en el mundo del liderazgo, ha trabajado con más de mil empresas en Latinoamérica. Él mismo dirige un grupo de obra social, Radikales, nos desvela algunos de los puntos claves de este mundo. «Unas veces tendrá que ser autoritario», apunta refiriéndose a los jefes. 

—¿Qué caracteriza a un buen líder?

—Para identificar a un buen líder, basta con que sugiera una idea y evaluar si las personas cumplen porque les nace, o porque se sienten obligadas. También se puede identificar por las reacciones que genera al llegar, si la gente se siente bien o estresada. Un jefe tiene el cargo, en cambio el líder se gana a la gente. Lo ideal es que el jefe sea un líder.

—¿Un buen jefe debería pensar en los otros?

—El líder no forma seguidores, sino líderes. Lamentablemente en las organizaciones hay mucho celo profesional. Entonces, cuando alguien nuevo llega a los equipos, en lugar de formarlo, lo que piensan el resto de los compañeros es: «Que aprenda a las malas, como nosotros, que nos llevó tanto tiempo». Prefieren eso a acompañarlo en el proceso. Un líder, en cambio, impulsa a crecer, eso es bueno para la organización.

—¿Qué pasa con un superior que no asume errores?

—Las personas pueden influir desde algo bueno, o desde algo malo. Es decir, si un jefe no tiene buena actitud, va a sacar lo peor de ti. Las estadísticas lo dicen, las personas no renuncian a las empresas, sino a los jefes. En ese sentido, un mal gerente puede crear un mal clima y esto va a afectar a tu rendimiento.

—¿Está mal ser autoritario?

—Hay varios estilos de liderazgo. El autocrático, que es el más común: se hace lo que el jefe dice y punto; también el democrático; el dejar hacer; el carismático... Ser un buen jefe implica saber cuándo necesito ser autoritario y cuándo debo confiar en los trabajadores. Teniendo en cuenta esto, hay la teoría de la pirámide del liderazgo, consiste en tener como base los modelos transformacional y transaccional, es decir, ayudar al equipo a crecer y recompensarlos cuando hacen las cosas bien. Lo demás varía: unas veces tendrá que ser se es autoritario y otras veces se confía en los trabajadores.

—En ese sentido, ¿se puede ser autoritario, pero no siempre?

—Depende. Un buen líder convence a sus colaboradores de que lo pueden hacer bien y se preocupa por la parte humana. Te ayuda a mejorar. Y cada vez tendrá que utilizar diferentes métodos.

—¿Cuál es el mal líder?

—El jefe que siempre está detrás de ti a ver qué estás haciendo. El que no confía en la gente y quiere que todo pase por su filtro. Eso crea cuellos de botella y no deja progresar a los trabajadores.

—¿Eso genera un mal clima laboral?

—El problema de muchas empresas es que se premia solo el resultado final. Puede existir una superestrella que llega a los resultados, pero lo hace aplastando cabezas o mintiendo, y ese no es un buen trabajador. Sin embargo, se permite y, aún peor, se premia. Hay que revisar ese enfoque.

—¿El resto de compañeros influyen?

—Hay personas que se instalan en el pesimismo y la queja. Y esto influye en el desempeño del equipo. Si un gerente cree que no hay forma de avanzar, el equipo se lo cree. Cualquier persona con malos comentarios repercute en la actitud de los demás.

—Como gerente, ¿se puede caer en el riesgo de no reconocer los errores?

—Lo que pasa muchas veces es que al jefe se le sube el ego. Pero un buen líder tiene que saber cuál es su misión. Si tú quieres ser líder solo para mandar, estás equivocado, porque el propósito principal de un líder es servir, ayudar a que crezca la compañía, el equipo.

—¿Y qué nos hace buenos empleados?

—Tener la predisposición de aprender.