Carlos Lavilla, director de la agencia de viajes Turama: «Si quieres ir de compras a Milán, te cierro Prada»

Desde hace casi siete años se dedica a organizar viajes personalizados, en los que lo que prima son los intereses del cliente. Eso sí, no vende ningún destino en el que no haya estado
Redactora
Carlos Lavilla no cree en el «turismo a granel de posar y tirar» que impera hoy en día, sino en un viaje más personalizado, una especie de traje a medida donde la experiencia, como prefiere llamarlo, responda únicamente a los gustos y preferencias del cliente. «Solo vendo los viajes que yo he probado», señala Lavilla, que hace ya casi siete años fundó Turama.
—¿Cómo es tu modelo de negocio?
—Yo trabajo con unas oficinas receptivas, compañías que se dedican al turismo y que están ubicadas en cada país. No puedo vender todos los países, porque solo comercializo lo que yo conozco, hay muchos lugares a los que yo no he viajado y no los vendo; otros no los puedo vender porque no he encontrado a nadie que ofrezca lo que yo quiero, y prefiero no hacerlo. Yo pretendo que si vas a viajar a un sitio, ese lugar te aporte algo, y que tú aportes algo a ese sitio, no solo económicamente.
—Que dejes huella.
—Que tu presencia ahí genere una industria, que haya un sector, puestos de trabajo, unos sueldos... Es decir, que se produzca un enriquecimiento, que se mejoren las infraestructuras..., que las dos partes se aprovechen. Esto supone no solo muchísimo tiempo, sino que tienes que invertir dinero. Implica que tengo que viajar (a Italia, a Japón, a Estados Unidos, por toda Europa...) revisando rutas, hoteles e itinerarios, conocer en manos de quién dejo a mis clientes: ¿quién es el guía? ¿Qué coches utilizan? ¿En qué autobuses van?
—¿Cuál es la diferencia entre un viaje al uso y uno personalizado?
—En uno personalizado, cuando tú vienes aquí y quieres ir, por ejemplo a Japón, me vas contando cuáles son tus expectativas, qué es lo que te gusta, qué no, qué esperas ver, qué idea tienes... Y en función de eso y de lo que yo he visto, porque yo ya he estado en ese país, hablando con la gente con la que trabajo allí, te voy a hacer un viaje a la carta. Enfocado bien al tema del manga, a la gastronomía, a la cultura, a los paisajes... Ese viaje no va a valer para otra persona.
—¿Organizas el día a día?
—Exactamente, planifico qué vas a hacer, en qué hoteles te vas a quedar, elijo al guía, o no, a lo mejor otra persona me dice que no quiere guía, pero sí le apetece tener a alguien de mano por si se pierde... Una persona que esté pendiente de ti por si pasa algo y que te va a echar una mano. Porque, aunque lo quiera descubrir por sí mismo, siempre es bueno que tengas una hoja de ruta, sobre todo, en algunos países.
—¿Qué destinos trabajas?
—Medio y largo radio. Me estoy centrando en Japón; la India; en África, Namibia, Kenia y Botsuana; en Sudamérica, Perú, Argentina y en Centroamérica, Costa Rica, y Estados Unidos. Y también la parte este de Europa: Croacia, Bulgaria, Albania, Montenegro, Kosovo... Países que todavía no están explotados turísticamente y tienen un potencial enorme. De momento, no tienen un tirón turístico muy grande, puedes hacer cosas bestiales a medida con una calidad muy alta y sin grandes problemas de masificaciones.
—¿Y tienes paquetes cerrados?
—En enero saqué un viaje a Italia, orientado a la gente que le gusta la moda. Puedes viajar a Roma, Florencia o Milán para ir de compras. Puedes contar con un personal shopper o ir por tu cuenta, pero tienes la posibilidad de comprar en tiendas, que si tú quieres yo te puedo cerrar para que compres sola, por ejemplo, Prada o Ermenegildo Zegna. También tengo la posibilidad de ponerte un jet privado en el aeropuerto que esté más cerca de tu ciudad. Obviamente, eso cuesta un dinero, pero hay gente que prefiere hacerlo así.
—Y si te piden un destino al que tú no has ido, ¿qué pasaría?
—Si tú quieres ir a China, yo no te lo podría vender, porque no he encontrado a la persona que me los haga como yo creo que hay que hacerlo. Cuba dejé de trabajarlo, y he estado varias veces, porque ahora mismo la calidad se ha derrumbado totalmente.
—¿Es más costoso ese tipo de viaje?
—No tiene por qué. Al final, ahorras tiempo, porque dejas de meterte en Google y mirar un montón de blogs, que no sabes quién te está diciendo eso ni por qué, y un montón de dinero, porque, por el volumen de viajeros que muevo, puedo ofrecer condiciones más ventajosas que si lo compras tú por internet por separado.
—¿Cuál es la principal ventaja de viajar así?
—Comodidad; privacidad, no te tienes que pelear con nadie, vas tú solo, no con 30 personas más, vas a hacer, exclusivamente, lo que a ti te gusta.
—¿Cuál es el perfil del viajero?
—La gente con la que yo trabajo tiene experiencia en viajar, han estado en muchos países, y son los que saben apreciar este trabajo, sobre todo, el trabajo que les quitas a ellos. Creo que la gente que viene aquí busca alguien que no les venda humo, yo he visto el año pasado cómo vendían un viaje para ver auroras boreales a Islandia en agosto. Te están vendiendo lo imposible, te están vendiendo humo.