En estos monumentos gallegos comes el mejor plato

Estos lugares son auténticos tesoros que ya solo por su valor histórico y arquitectónico merecen una visita. Pero es que, además, cuentan con un destacado valor añadido: su componente gastronómico. En ellos es posible comer o cenar en espacios que son auténtica leyenda, lo que hace aún más placentero el disfrute de su cocina

Restaurante dos Abades

Mosteiro de San Estevo de Ribas do Sil

En el corazón de la Ribeira Sacra, sobre los cañones del Sil, se encuentra este imponente monasterio benedictino con tres claustros, restaurado como parador. Las antiguas caballerizas han sido acondicionadas como restaurante, con la cocina tradicional gallega y los vinos de la zona como piedra angular de su propuesta. 

Restaurante de Lemos 

Monforte de Lemos

El palacio de los condes de Lemos, datado en el siglo XVII, da excepcional cobijo al parador y al restaurante De Lemos, desde cuyo comedor se divisa un entorno único, con vistas a la torre del Homenaje y a la ciudad monfortina. Su propuesta culinaria se basa en la genuina cocina lucense de tierra adentro, con platos típicos tan vinculados a la zona como el pulpo á feira, la empanada de raxo, la carrillera de ternera guisada con vino mencía o las filloas caramelizadas.

Torre del Príncipe y A Pinta

Baiona

Una fortaleza amurallada se alza sobre el Atlántico con Baiona a sus pies. Allí se ubica el parador, que cuenta con dos restaurantes: el elegante Torre del Príncipe y el Enxebre A Pinta, de carácter más informal y ambiente marinero. Ambos con unas espectaculares vistas de la bahía y de las islas Cíes y con una propuesta culinaria centrada en pescados y mariscos.

Restaurante dos Reis y Enxebre

Santiago

Si hablamos de monumentalidad, nada equiparable a la plaza del Obradoiro. Allí, junto a la catedral, se halla el Hostal dos Reis Católicos, que cuenta con dos restaurantes: el Dos Reis, con su imponente comedor coronado por espectaculares arcos de piedra, centrado en la cocina tradicional gallega, y el Enxebre, con una propuesta más orientada al picoteo. 

Castelo de Maceda

Maceda, Ourense

Datado en el siglo XI fue el lugar de residencia, durante su niñez, de Alfonso X El Sabio. Sus muros y almenas cobijan hoy un restaurante que dispone de dos salones y dos soberbias terrazas: en uno de sus torreones, con extraordinarias vistas, y en el patio de armas. Su propuesta gastronómica se basa en los platos tradicionales de la comarca, en los productos de temporada y en los vinos de la Ribeira Sacra.

San Clodio dos Monxes

Mosteiro de San Clodio

 En el corazón del Ribeiro levantaron en el siglo XII los monjes cistercienses este monasterio, hoy reconvertido en hotel. Sus muros albergan un restaurante con cinco salones, en el que, de la mano de Daniel García, los productos gallegos se fusionan para dar lugar a innovadoras creaciones. 

Castillo de Monterrei 

Verín

Del siglo XV data el castillo del conde de Monterrei, que domina la villa ourensana. Su majestuoso recinto amurallado acoge un coqueto restaurante consagrado al producto local más genuino, como los quesos, la ternera rubia gallega, la patata de Xinzo o los grelos, fundamento del caldo gallego, un plato siempre presente en su carta.

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