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Mélani Olivares, actriz: «En mi casa no entra una pareja más»

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JAVIER BELVER | EFE

Dice que sus propias decisiones la han llevado a ser quien es: una mujer libre, transparente y muy amiga de sus amigos. «No tengo filtro a la hora de expresarme y, desde el respeto a los demás, quiero vivir la vida como yo quiero vivirla», señala

10 jun 2023 . Actualizado a las 21:58 h.

Antes de sumergirse en este proyecto, tenía claro que no quería que la frase que resumiera el libro fuera: «La actriz Mélani Olivares se desnuda y cuenta su vida», el caso es que se desnuda y la cuenta, pero va más allá. De la mano de la diseñadora Bea Cuevas, y durante tres años, ha estado trabajando en estas páginas en las que nos enseña cómo vive y relata con naturalidad momentos y decisiones que la han llevado a ser quien es. En Momento Re habla de la maternidad, de sus dos abortos —perdió un bebé de seis meses siendo muy jovencita—, de la adopción, de cuándo tocó fondo un mes antes de la pandemia, del poliamor, de sexo, de su relación de pareja más larga, «cuatro años», de su cuerpo...

 —Después de leer el libro me vienen a la mente en bucle dos palabras: libertad y autenticidad.

—¿Te ha incomodado?

 —No, para nada, la vida misma.

—Es que también es verdad que estamos tan acostumbrados a que las cosas sean tan de algodón de azúcar que muchas veces a mí no me representa todo eso, y de alguna forma hemos querido mostrar otra parte del ser humano.

 —¿Tuviste la sensación de abrirte mucho con este libro?

—No, esto lo hemos hecho entre una amiga, Bea, y yo, que es la que ha hecho todo el diseño, los dibujos, las ilustraciones, las fotos, entonces partía de la base de que tenía confianza con ella, no me daba cuenta de que eso luego iba a salir, bueno, sí me daba cuenta de que lo estábamos haciendo para eso… En realidad, no lo he vivido como una exposición, sino como unas conversaciones entre amigas, con lo cual lo que se lee es eso, y una de las cosas que también queríamos era que la transcripción fuera literal, que se me oyera a mí hablar.

 —La vida de una superviviente, que se ha ido haciendo su propio camino…

—Como todos, ¿no? Las circunstancias que tenemos te forjan la vida que tienes, independientemente de lo que tú seas o no. Igual no puedes ser como eres, si la vida no te lleva, con las circunstancias y las decisiones que eliges, a ser quien eres hoy.

 —¿Has creado la familia que nunca tuviste?

—Yo he creado la mía, cuando eres hijo, te toca, cuando eres madre, eliges. Yo he elegido la familia que quería tener, y en la familia están mis amigos también, por supuesto.

 —Deduzco que estás siendo la madre que te hubiera gustado que hubieran sido contigo…

—Yo creo que si tú tienes ganas de crecer, de aprender, de ser mejor persona, siempre harás cosas que te hubiera gustado que hicieran contigo, pero también harás otras mal que no tienen nada que ver con eso. El error siempre está, y en él está el aprendizaje.

 —Al principio del libro dices una frase: «No estoy sola ni casada», que no entendí muy bien hasta el final.

—Claro, porque yo estoy harta de que me digan: «Estás sola». No, yo estoy soltera, no estoy sola, estoy rodeada de amor por todos lados a destajo, pero no estoy en pareja.

 —Y en tu casa no entra nadie más.

—No, por ahora no. Ni creo que entre…

 —¿Crees que las cosas simplemente no han surgido y hay que aceptarlas como vienen?

—Es que yo no creo que sea un fracaso…

 —No, unos son felices con pareja y otros sin ella.

—Para mí un fracaso sería estar con alguien durante un montón de años sin querer estar. El vivir las relaciones como las he querido vivir, y cuando se han acabado, pues se han acabado, me parece un éxito. Lo que pasa es que socialmente estamos muy manipulados, de que esto tiene que ser así, de que tienes un amor para toda la vida, pues chica, a mí igual la vida esa me dura dos años.

 —A veces las cosas surgen así…

—No, no, las cosas no han surgido así, las cosas las he decidido yo como quería que surgieran. Esto no es una responsabilidad del universo, esto es una decisión personal, que tomo yo, que igual cuando era más jovencita no estaba tan concienciada ni lo tenía tan claro, pero hoy con 50 años, por fin, sé lo que no quiero. Y lo que no quiero es estar al lado de una persona que no me aporte lo que me aportaba cuando estaba con ella de una forma voluntaria y plena.

 —La vida es muy larga… Igual algún día cambias de parecer…

—Por supuesto, yo no siento cátedra de nada. Hay cosas que seguro que dentro de unos años me parecerán mejores de otra forma. Hoy por hoy, y después de la experiencia que tengo, creo que el éxito no radica en tener una pareja.

 —Por supuesto, se puede ser inmensamente feliz igualmente.

—No es que se puede, es que se es inmensamente feliz.

 —Pero hay gente que no lo ve así.

—Yo hablo desde mi experiencia, lo que le pase al resto serán sus vivencias, yo ahí no tengo nada que decir.

 —Hablas del «éxito» de haber sabido salir a tiempo de tus relaciones.

—El éxito radica en salir cuando no quieres estar, yo no quiero que nadie esté a mi lado si no quiere estar, ni yo estar al lado de nadie que no quiera estar. Porque creo que esa relación ha tenido su proceso, he tenido el aprendizaje que he tenido que tener, y ahora me esperan otras cosas.

 —¿Qué ha cambiado para que antes no necesitaras sentir una conexión emocional con alguien para tener sexo, y ahora sí? ¿Es algo que te dan los años, las experiencias?

—Sí, yo creo que sí, totalmente, y vuelvo a lo mismo, todo tiene un proceso. Hay gente que dice que hasta que no sienta algo por alguien no se acuesta con esa persona. Yo empecé así, por ejemplo, pero con el tiempo la cosa ha ido cambiando, también las relaciones y quién eres tú.

 —¿Siempre te has sentido libre en el amor?

—Sí, es lo que nos queda, poder estar con quien queramos estar.

 —En el libro aclaras que no es que seas bisexual, sino que te fijas en las personas independientemente de que sean hombres o mujeres.

—Claro. Es que el etiquetar… Yo no sé etiquetarme a mí misma, a veces pienso de una forma y otra de otra, lo que me gusta es la gente, las personas, el ser humano, y eso es lo que me crea curiosidad y me hace estar al lado de alguien, y en la cama también.

—Tus maternidades dan para otro libro, desde el bebé que pierdes siendo tan jovencita, el aborto cuando iba a llegar Martina, Manuela, Lucho…

—Bueno, desde luego son los elegidos.

 —¿Por qué te animaste a contar ahora lo del aborto?

—Porque estoy hablando en un libro de muchas cosas que no he hablado nunca, a lo mejor nunca me las habían preguntado, no tengo problema en contestar… Era una cosa que sabía mi circulo íntimo, mi familia y mis amigos.

 —Y esa libertad que transmites es una manera de vivir que también les estás enseñando a tus hijos, ¿no?

—No es que les enseñe, es que realmente viven así, en mi casa no se contempla otra forma. No creo que haya que enseñar o adoctrinar a los niños, tú con lo que haces, el ejemplo que les das… Yo lo que quiero es que sean buenas personas, independientemente del trabajo que tengan, de con quién estén, de si es un chico, una chica, una persona transexual... Me da igual, yo lo que quiero es ver la felicidad en mis hijos y que hagan lo que quieran hacer, y que eso les haga felices y mejores personas.

 —De eso va la vida.

—Para mí sí.

 —Háblame de Pepe Sacristán, ¿qué significa para ti?

—Es lo que cuento en el libro, lo conozco cuando acababa de morir mi padre, yo me fui a Madrid, hice de su hija, y él me «adoptó». Yo estaba en un momento muy fastidiado, y directamente me llevó a la psicoanalista, que fue la que me salvó la vida realmente.

 —Dices que te sientes mejor ahora que hace cinco años, ¿es tu momento?

—Estoy en un momento en el que me acepto mucho más como soy, no tengo filtro a la hora de poder expresarme, me acepto a mí misma, y siempre con la bondad por delante, y respetando a los demás, pero yo quiero vivir mi vida como yo quiero vivirla.

 —También con tu cuerpo.

—También, es que con la edad que tengo si no me reconozco ahí, pues mal vamos.

 —¿Tenías una necesidad de que se te conociera más allá de los personajes?

—No, la necesidad la tenía Bea, que es la que tuvo la idea del libro. Ella era la que veía a una persona, y la imagen que proyectaba… Porque yo no tenía esa perspectiva, llevo muchos años trabajando, haciendo personajes que es lo que a mí me gusta, pero nunca me había planteado cómo se me veía a mí desde fuera, porque me importaba bastante poco, pero a ella parecía que sí, creía que era interesante, y por eso se hizo, no porque yo tuviera una necesidad de mostrarme o de explicarme o justificarme. Yo no tenía ninguna, era ella más la que decía: «Yo quiero que todo esto que tú tienes alrededor, que creas alrededor, que también se pueda ver», y a mí me pareció bien, me parece todo bien lo que dicen mis amigos, a veces, otras no. A veces no les hago caso.

 —Siempre has sido una persona que no ha tenido problema en mostrarse tal y como es.

—No, no he tenido problema, ninguno. Es que creo que la aceptación pasa por uno, no por los demás, una vez que tú te aceptas a ti, y aceptas al otro, ya sabes que no a todo el mundo le puedes caer bien… Habrá gente a la que le caiga mejor que a otra, pero hay que rodearse de la gente que te quiere, y que te quiere bien.