María Emilia Adán, decana de los registradores de España: «Ahora hay menos hipotecas. La gente paga más al contado»

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Jorge G. Miralles

Apenas un año tardó en convertirse en registradora de la propiedad: «Tuve suerte. Hay veces que se queda gente fuera que se lo sabe igual o mejor que el que entra»

04 jul 2023 . Actualizado a las 13:43 h.

María Emilia Adán (Castellón, 1964) es la primera mujer decana del Colegio de Registradores de España, y la primera también que ha logrado repetir en el cargo. Ocupa el puesto desde el 2017. Nadie mejor que ella para hablar de una de las oposiciones más difíciles de este país, del papel de la mujer en esta profesión y de la propiedad privada en España.

—¿Por qué decidiste ser registradora de la propiedad?

—Pues fue durante mis estudios en la Universidad de Valencia. Allí tuve contacto con varios profesores de Derecho Civil que admiraban y valoraban mucho el sistema registral español y me trasladaron la pasión por él. Merecía la pena dedicar mi vida profesional a trabajar para potenciar el sistema registral.

—¿Te costó sacarte la oposición?

—Tuve mucha suerte porque después de un año ya me había ya presentado al primer examen. Yo terminé la carrera en el 87 y en el 88 ya era registradora.

—Eso no es muy habitual.

—En estas oposiciones no aprueba nadie que no lo merezca. Es decir, si no sabes los temas. Pero hay veces que se queda gente fuera que se lo sabe igual o mejor que el que entra. Lo que quiero decir es que en la oposición también hay un componente de que te salgan los temas con los que te sientas más cómoda, que no tengas un ataque de pánico ese día... yo la verdad es que tuve mucha suerte, en el sentido de que pude exponer lo que sabía y que el tribunal consideró que debía ser registradora.

—¿Sabrías decir en qué puesto quedaste en la oposición?

—Creo que fue en el sexto, pero tendría que confirmarlo... Sí, fui el número seis de mi promoción.

—¿Es la primera vez que el Colegio de Registradores de España tiene una mujer dirigiéndolo?

—Sí, soy la primera mujer. Y la verdad es que no he tenido ningún problema por ello. Al revés. Cuando aprobé la oposición, fue la primera vez que hubo el 50 % hombres y el 50 % mujeres y siempre ha habido compañerismo entre nosotros. No se ha distinguido entre registrador y registradora. Quizás, también, porque fuimos las primeras. Y después ya entraron notarias, juezas, fiscales..., pero las primeras en acceder por oposición a los cuerpos jurídicos fuimos nosotras. Entramos antes de que dejaran a las mujeres presentarse a jueces o fiscales, que eso es mucho más reciente.

—¿No se podían presentar las mujeres a la oposición?

—No, que va. En 1924, una de las primeras licenciadas en Derecho pensó en preparar las oposiciones a registrador e hizo una consulta al Ministerio. Una orden del 24 abril de ese año le dijo que no era posible porque como estaba la licencia marital, pues quién iba a asumir la responsabilidad de la firma. Y no iba a firmar el hombre al lado. En el año 41 ya ingresaron cuatro mujeres y en el 46 otras siete. Pero luego se cegó la posibilidad de seguir presentándose porque se consideró por parte del Gobierno de entonces que no era posible y así hasta el año 61, cuando la ley del 22 de julio permitió a las mujeres entrar en la oposición registral. Incluso las que entraron en el año 41 y 46, lo hicieron por la República, porque habían adquirido derechos para poder presentarse. Pero ya después se interrumpió todo. Yo conocí a una compañera, que era maestra, y se preparaba las oposiciones porque sabía que algún día permitirían a las mujeres presentarse.

—¿Y lo consiguió?

—Sí, luego lo consiguió y nos lo contaba.

«Terminé la carrera en el 87 y en el 88 ya era registradora»

—¿Nunca sentiste cierto paternalismo por el hecho de ser mujer?

—Internamente no, pero sí externamente. Quiero decir, con algún operador jurídico con el que yo trabajaba sí que había cierto paternalismo. Pero no entre mis compañeros, ni tampoco con el personal de los registros, que ahora es mayoritariamente femenino. Pero cuando yo entré en mi oficina eran todos hombres. Y tampoco tuve ningún problema.

—Registrador de la propiedad es una de las oposiciones más difíciles, junto con abogacía del Estado, notario y juez...

—Y letrado de las Cortes también es muy difícil. Exigen un conocimiento muy amplio del Derecho, con un gran nivel de detalle. Porque no solo es saberse los temas, sino saber relacionarlos. El práctico es muy exigente y tienes que tener un dominio total.

—Pero, también es una de las mejor pagadas, junto con la de notario...

—Creo que el nivel es adecuado a la responsabilidad que ejercemos.

—Para que la gente se haga una idea, y aunque es variable, se puede llegar a ganar 15.000 euros brutos al mes.

—Lo que sí te puedo decir es que de lo que los registradores ingresan, hay que descontar el pago de los alquileres, de los sueldos de los empleados, de la Seguridad Social, de las máquinas, etcétera. Además, es la única profesión que cuando el registrador se va de una oficina, todo lo que ha invertido se queda. En otras profesiones puedes vender el mobiliario o llevártelo, en un registro no. Una oficina registral siempre está abierta y no la puedes cerrar nunca. Siempre tiene que haber un registrador a su cargo. Y, por lo tanto, tiene que estar dotado de los medios necesarios. Porque el servicio de un registro pequeño y el de uno grande tiene que ser exactamente igual. Tienen que tener los mismos medios tecnológicos. Y eso hace también que los registros grandes, a través de las cuotas colegiales, ayuden a los pequeños a pagar los sistemas electrónicos, los sueldos y los salarios, que a lo mejor con los ingresos de un registro pequeño no podrían hacer frente.

—¿Cómo ves en la actualidad el registro de la propiedad español? ¿Está actualizado o se puede mejorar?

—Yo creo que la autocomplacencia de cualquier institución es letal porque no te permite avanzar. Y creo que el registro de la propiedad siempre está en marcha. Siempre hay algo que hacer. Ahora mismo hemos tratado el portal de emergencias registrales. Es un servicio público para saber, por ejemplo, las zonas que han sido afectadas por un incendio. Es muy importante porque si una finca ha sido afectada, tiene derecho a subvenciones, pero también tiene unas limitaciones luego en cuanto a la construcción. Ahora, las bases gráficas y la coordinación con el catastro están más avanzadas que nunca. Y seguimos trabajando en ese aspecto. Por otro lado, los servicios online son cada vez mayores. Y desde el 9 de mayo, el registro deja de ser digitalizado para ser electrónico. Tenemos un año para adaptarnos. Y hay que hacer esa transformación.

—¿Cuál es la tendencia actual en la compra de inmuebles?

—Tenemos un sistema informático y estadístico muy importante, que colabora con el INE y lo que sí notamos es que hay menos hipotecas y que la gente paga más al contado. El optar entre el alquiler o la compra de una vivienda es una decisión personal, pero el problema del alquiler es que siempre vas a estar sujeto a él, mientras que en la compra cuando acabas de pagar la hipoteca, ya tienes un activo, que te permite además servir de garantía para otros préstamos. Y que luego a la hora de la jubilación, cuando tus ingresos se vean mermados, te va a permitir seguir viviendo en tu casa, en el mismo barrio, sin tener que ir buscando alquileres más baratos. Te da estabilidad. Una vivienda es el hogar, no es solamente un valor de cambio o una inversión. Si no hubiera habido una gran cantidad de propietarios entre las personas jubiladas durante el 2012, no sé a dónde hubiéramos llegado. Las personas mayores abrieron sus casas para acoger a los hijos y eso no hubiera sido posible, si todos hubieran estado en las mismas circunstancias.

—Es sorprendente que la gente pueda pagar al contado la compra de una vivienda.

—Sí, no es significativo todavía, pero es una tendencia y es llamativo.

—Las okupaciones se están convirtiendo en un quebradero de cabeza para muchos propietarios...

—Sí, es una colisión de intereses. Y creo que hay que proveer de soluciones habitacionales o viviendas sociales a quien no pueda acceder de otra manera, pero lo que no puede ser es que el propietario encuentre menoscabado su derecho al uso de su propiedad. Hay que buscar soluciones. Nosotros abogamos, y en alguna comunidad autónoma así se ha considerado, por que cuando hay un inicio de un procedimiento de ejecución de la vivienda, los registradores informemos a los servicios sociales para que puedan ir buscando una solución habitacional que permita a estas personas irse a otra vivienda y no tengan que seguir en la misma, cercenando el derecho de quien la ha adquirido en la subasta judicial.

—En algunas comunidades hay que pagar un precio muy alto para heredar...

—Sí, efectivamente. Pero es una cuestión político y legislativa, que no tengo más opinión que la que pueda tener cualquier ciudadano afectado por esta situación. Pero no olvidemos que afecta más a las clases medias porque los grandes patrimonios tienen otro tipo de soluciones. Pero, efectivamente, el impuesto sobre la herencia puede ser, en algunos casos, muy gravoso por falta de liquidez por parte del heredero.