La mansión de Susana sobre la ría de Vigo: «Yo vivo en un casoplón»

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Susana, la propietaria de esta pequeña mansión, vive en donde siempre había soñado. Con unas vistas de escándalo sobre la ría de Vigo, nos abre sus puertas para contarnos con detalle cómo la diseñó y construyó

21 may 2024 . Actualizado a las 15:08 h.

La casa de Susana Rocha es de película. Como si de un reality americano se tratase, las paredes de esta vivienda se levantaron en tan solo seis meses para convertirse en el hogar de ensueño de una madre y sus dos hijos. Susana trabaja en varios centros estéticos, pero igual que diseña rostros, también diseñó esta casa. Ella misma dibujó el plano de su vivienda ideal. En su cabeza ya tenía el boceto, solo había que trasladarlo a los profesionales y proceder a darle forma con cemento y ladrillos. «Cuando compré el terreno el arquitecto me dijo: “Esto que quieres construir tú es imposible”. Y yo le dije: “Imposible no hay nada”», cuenta la propietaria. Seis meses después, ya estaba lista para decorar.

«Mi casa es un casoplón», dice con orgullo la dueña de esta construcción a las afueras de Vigo. Para que os hagáis una idea, desde fuera es una casa moderna de fachada blanca, con ventanales de arriba a abajo, y rodeada por el verde de los bosques gallegos. «Por la parte delantera se ve la ría de Vigo y por la trasera solo hay monte», explica. Por dentro, la casa solo mejora: «Soy muy curiosa y miraba muchas ideas en la aplicación de Pinterest y blogs de decoración, por tanto, sabía que lo que buscaba era que fuera un espacio muy abierto, con mucha luz, y con habitaciones amplias». Los tres dormitorios principales, los de Susana y sus dos hijos, de 12 y 16 años, dan a la parte delantera: «El paisaje que tienes desde la cama es bonito cuando llueve, cuando está nublado o con el cielo rojizo del atardecer...». Da igual que haga bueno o mal tiempo, porque para Susana siempre es igual de impresionante. «A veces voy a la habitación a por algo y se me olvida lo que voy a buscar porque me quedo embobada mirando por el ventanal», añade riendo.

Pero esta casa tiene unos cuantos entresijos que la hacen diferente a todas. «Tan solo mi habitación mide 110 metros cuadrados, lo mismo que medía mi anterior piso», comenta. Apenas tiene puertas. Los mismos armarios son a la vez separadores, es decir, cuando las tablas de madera correderas no están tapando ropa u objetos están separando un cuarto del otro: «Está todo escondido, nunca sabes dónde te vas a encontrar unos estantes, un baño o un dormitorio».

Sin embargo, no fue tarea fácil poner en marcha la obra de ensueño de Susana. Ella tenía claro que su pequeña mansión debía tener sí o sí un garaje grande y un limonero, pero es fácil venirte arriba cuando diseñas tu propia casa. Habitaciones con techos altos, todas ellas con un ventanal que ocupa la fachada entera, un salón unido al comedor con conexión a la piscina, unas amplias escaleras que bajan directamente a la entrada, y toda una lista de peticiones que iba a ser complicado hacer realidad, o eso fue lo que le dijeron a Susana.

LISTA EN SEIS MESES

Ella, junto con todo el equipo de albañiles y profesionales, consiguió que en seis meses se construyera este «casoplón». El arquitecto Pablo Ledo y su equipo de albañiles y obreros hicieron posible lo que se parecía imposible. En tiempo récord cumplieron con las expectativas de Susana. El resultado fue esta maravillosa casa decorada en su interior con todo detalle, en tonos cálidos (con madera clara) y dándole protagonismo a la luz.

Desde hace tres años Susana y su familia viven en esta casa moderna en medio de la naturaleza, pero a solo «quince minutos del centro de Vigo». «Aquí nunca sientes que estés encerrado, incluso las plantas se me mantienen verdes y enormes, que eso es algo que no conseguía en mi vivienda anterior. En esta casa encuentro tranquilidad absoluta. Además, los vecinos me dan tomates y huevos», añade Susana, que siempre tiene su vivienda disponible para las visitas. «Hacemos brunchs y comidas bastante a menudo», relata mientras apunta que los dos sofás miden tres metros cada uno, al igual que la amplia mesa del comedor, que está rodeada de diez sillas.

Susana se reconoce como una gran anfitriona, por eso, cuando ideó la decoración de su hogar, pensó también en la comodidad para sus amigos y familiares. «La casa solo tiene un problema —explica— a los niños les cuesta concentrarse con el escritorio apuntando a la ventana». «Será por eso que se despistan», se ríe. En el salón una televisión de casi cien pulgadas preside la estancia, en la que, como en toda la casa, predomina el blanco y la madera de teca. Los detalles en negro marcan una decoración cuidada, como se ve en la grifería de los baños o en la imponente escalera que une las dos plantas.

«Me decidí solo por tres dormitorios, uno para mí y los otros dos para mis hijos porque no quería tampoco varios cuartos pequeños sin usar, prefería tener uno amplio para cada uno, de techos altos, confortables y bien equipados», apunta Susana, que en su dormitorio, además de un aseo totalmente acondicionado, también ha apostado por un gran vestidor para su ropa. Un amplio espacio que, como el resto de esta impresionante casa, está lleno de encanto.