Cinco locales gallegos que les fascinan a los jóvenes

YES

GONZALO BARRAL

Bueno, bonito y barato es lo que busca la clientela gallega más menuda. Suelen decantarse por tapas, hamburguesas o raciones cuando quedan para comer o cenar. En estos locales el ambiente está asegurado, y arrasan entre los de menos de 30

27 oct 2023 . Actualizado a las 09:28 h.

Una buena tapa junto a una cerveza bien fría, o una gran hamburguesa acompañada de unas patatas fritas en su salsa, son dos de los platos preferidos de los jóvenes gallegos. Estudiantes o trabajadores, entre los 18 y los 30 años, buscan lo bueno, bonito y barato, aunque las puertas de estos locales están abiertas para todo el mundo. Hoy en YES recorremos los locales preferidos de los que aún no han cumplido los 30.

MOMU FACKER (PONTEVEDRA)

CAPOTILLO

Los grafitis en los baños y las luces de neón rosas en las paredes llaman la atención al entrar en MoMu Facker, un «local canalla» que abrió hace unos meses en la plaza de España de Pontevedra y se ha convertido en el punto de encuentro de los jóvenes. Las hamburguesas al más puro estilo «yanqui» son su plato estrella, pero como hay tantos clientes como preferencias, Andrés Muñoz lanza dos versiones de cada una de ellas, la vaca o la smash. Y ambas son ahumadas. La primera lleva «un disco de carne» y las smash son dos discos de menos peso con el jugo caramelizado. Los precios van desde los 11 a los 17 euros, pero si el impulsor de esta hamburguesería prémium tuviese que quedarse con una, le sería difícil. «La cheesebacon es la más popular, le echamos nuestra salsa especial secreta y triunfa un montón», explica desde la cocina.

La oferta de la carta es variada, pero la primera sorpresa llega cuando el camarero te trae el pedido y te ofrece unos guantes para comértela. Eso es el primer síntoma de que lo que se va a comer derrochará y goteará sabor. «Además de la cheesebacon, la pig facker y la gallega son las que más salen, pero si tuviese que quedarme con una, sería la mediterránea», apunta el responsable de MoMu Facker. Al jefe le gusta la mayonesa de pesto verde y rulo de cabra que aderezan la carne.

Hasta la opción vegana de la carta tiene tirón. En estos casi tres meses es difícil encontrar sitio al mediodía o por la noche cualquier fin de semana. Los jóvenes buscan los platos fuertes que ofrece Andrés Muñoz, que además de esta hamburguesería prémium, tiene otro local muy cerca, O Padal da Santiña, donde fue dando forma durante meses a lo que hoy es MoMu Facker, un pequeño trozo de «yanquilandia» en Pontevedra.

THE BREEN´S TAVERN (A CORUÑA)

GONZALO BARRAL

En la plaza de María Pita en A Coruña se encuentra el Breen´s Tavern, que como bien dice el nombre, es una taberna ambientada en las típicas tascas irlandesas. Carlos, el propietario, le puso de nombre su apellido materno en honor a sus orígenes. Y como no podía ser de otra manera, cuentan con gran variedad de estilos de cerveza nacionales e internacionales. Pero si por algo destaca este rincón de la plaza del Ayuntamiento es por sus tapas a precios accesibles. «Con una de raxo al roquefort o pollo al curri, que cuestan tan solo entre tres y tres euros y medio, ya cenas», dicen sus clientes. También se pueden pedir raciones, la de croquetas caseras trae nada más y nada menos que unas 15 unidades, y la más pequeña, ocho. Son muchas las opciones, tanto individuales o para compartir, que ofrece la carta. «También tenemos platos veganos, por ejemplo, los callos, el humus o las fajitas vegetales», explica Carlos. Por el Breen´s Tavern, asegura, pasa mucha gente joven, pero cada vez llegan más clientes de todas las edades: «Vienen muchos estudiantes de Erasmus a cenar, sobre todo, los martes, que es su día preferido para salir de fiesta».

Además del Breen´s también tienen el Sham Rock, un pub ubicado a pocos metros, en la plaza de Santa Catalina. «La taberna está reservada para la cena y tomar algo, y después se van allí en busca de música y bebida», comenta. En cuanto a precios, en ambos locales son asumibles para las carteras de los estudiantes: «Preferimos que las cuentas salgan económicas a nuestros clientes y tener siempre gente, que que sean más costosas y tener el local vacío», concluye.

BEKAS SNACK BAR (OURENSE)

Miguel Villar

Aunque Bruno Fernández nació en México tiene sangre ourensana, y también hostelera, corriéndole por las venas. Toda su familia es de Melias, en Pereiro de Aguiar, donde su abuelo regentaba el bar Casal. Era la típica cantina de pueblo en la que se juntaban los vecinos. Bruno heredó ese afán hostelero, pero se lo llevó a su terreno. Se vino a Ourense en el 2002 para trabajar con su madre, que en aquel momento estaba poniendo en marcha lo que hoy es ya todo un referente en la zona de la universidad, el Bekas. Precisamente por su situación, en la avenida Otero Pedrayo de la ciudad, y por su esencia, este local es uno de los favoritos de los más jóvenes de Ourense. «Creo que somos una cafetería con muchos matices. Aquí lo mismo puedes desayunar por la mañana, que ver cualquier partido de fútbol por la noche», afirma Bruno. Tienen hasta nueve pantallas de televisión, en las que emiten distintas competiciones deportivas, y terraza interior y exterior.

Lo más habitual es ver pandillas de estudiantes en sus mesas, que se combinan de maravilla con los vecinos del barrio de As Lagoas. «Llevamos 20 años aquí y supongo que eso ha calado en la gente de todas las edades», dice el hostelero. Entre los más jóvenes triunfa la oferta del Bekas para desayunar: pincho de tortilla rellena de jamón y queso y café, por 3 euros. «Eso es, sin duda, lo que más piden. Vienen en grupos, en el descanso entre las clases», dice el dueño del local. «Es la mejor tortilla de Ourense. Pero aquí todo está riquísimo. La verdad es que es un sitio barato y en el que estamos a gusto porque siempre nos tratan bien», dice Marta, una de las clientas habituales del local.

Hay muchos, especialmente los estudiantes que son de fuera de Ourense, que van al Bekas por las tardes, al salir de clase. «Y pasan más tiempo aquí que en su casa», explica Bruno, orgulloso de que su local sea un hogar para muchos. Se quedan a cenar y entre las opciones que suelen escoger destaca la comida tex-mex, como los burritos o las fajitas, que el Bekas lleva poniendo en valor desde que abrió. «Creo que el secreto está en que somos un lugar agradable. El ambiente es buenísimo, el espacio es grande y los precios son económicos. De hecho, hay universitarios que después de años han vuelto con su familia a visitarnos», termina Bruno.

EDER (FERROL)

JOSE PARDO

No importa si es un martes al mediodía o un sábado por la noche. La hamburguesería Eder, ubicada en el barrio ferrolano de Esteiro, siempre es un hervidero de comensales entre los que destacan las caras más jóvenes. «Venimos muy a menudo», reconocen Joel Saavedra y Diego Alvarellos, dos jóvenes coruñeses de 20 años, estudiantes de Ingeniería Eléctrica en Ferrol. El Eder es uno de sus restaurantes fetiche para comer. «La comida está muy buena y a precios decentes para los estudiantes, hay que medir lo que se gasta», añaden.

La hamburguesería de Esteiro, abierta en el 2015, se suma al local con el que ya cuentan Chus Martínez y su hijo Pepe en Narón desde el 2008 y al que se une la próxima apertura de un restaurante en O Ponto. Pero el de Ferrol tiene varias singularidades. Primero, su localización en la zona universitaria, además de atraer a muchos trabajadores. También su horario ininterrumpido —la cocina está abierta toda la tarde hasta enlazar con el horario de cena—. Y su propuesta integrada principalmente por hamburguesas con carne de calidad, perritos calientes, sándwiches y ensaladas. ¿Qué han pedido Joel y Diego? Un napa, es decir, un perrito caliente, una hamburguesa Balboa —«que lleva lomo, beicon, huevo y queso, con la salsa barbacoa de aquí, que está muy buena»—, además de patatas y nuggets para compartir. «Las ensaladas triunfan cada vez más», señala Pepe. De hecho, han puesto en carta opciones veganas y vegetarianas de hamburguesas o sándwiches, además de propuestas de temporada.

Los comensales también premian «la rapidez» a la hora de servir. Y es que con las mesas repletas de trabajadores y estudiantes, la agilidad es un plus.

MILONGAS (AMES)

Cualquier excusa es buena en Galicia para comer un buen churrasco. Y, aunque las pizzerías y hamburgueserías están entre los locales más frecuentados por los estudiantes en Santiago, hay una parrillada que ha sabido ganarse al público más joven con un gancho irresistible para esos estómagos insaciables. El Milongas triunfa con dos restaurantes en Ames (en Bertamiráns y O Milladoiro) gracias a su menú de barra libre de churrasco de ternera y cerdo, secreto, criollos, patatas y ensalada con postre por 16,40 euros (no incluye la bebida). Lo sirven de lunes a domingo y, tal y como confirma su dueño, José Ribas, funciona muy bien entre los chavales porque «es un tique accesible y pueden repetir las veces que quieran, algo que valoran especialmente los más jóvenes de la zona, como también sucede en nuestros restaurantes de A Coruña, Vigo, Vilagarcía y Poio».

Avanza, además, que están en proceso de abrir a comienzos del próximo año un nuevo establecimiento en el casco histórico santiagués donde poder trabajar con parrilla (el que tienen actualmente no dispone de ella). En todo caso, este hijo de emigrantes gallegos nacido en Argentina apunta que, para los estudiantes que los visitan varias veces a la semana, tienen un menú del día de precio cerrado con «platos ricos y contundentes, para los que aprecian tanto la cantidad como la calidad». El Milongas cuenta con un gran ambiente juvenil al haberse convertido en la segunda casa de muchos chicos y chicas que practican deporte. De hecho, Ribas ya ha perdido la cuenta de cuántos clubes patrocinan y, «la mayoría, acaban celebrando sus cenas y sus victorias aquí». Los chavales se mezclan en sus establecimientos con mucha familia joven con hijos, al disponer de un espacio para los niños con juegos, teles y hasta videoconsolas.