
Acaba de celebrar con una gira y un disco, «Antología», sus 20 años de carrera. Una trayectoria que inició ya desde muy arriba con La Quinta Estación, grupo con el que, tras resolverse el litigio por la propiedad del nombre, volverá a los escenarios en el 2024
11 dic 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Tenía 21 años cuando conoció el éxito con La Quinta Estación, banda con la que llegó a ganar un premio Grammy (2010) y un Grammy Latino (2007). Pero el éxito la asfixió. Hasta el punto de que disolvió el grupo y se fue a vivir a México. Allí Natalia Jiménez (Madrid, 1981) inició otra andadura, ya como solista y cada vez con una mayor querencia hacia la música tradicional de aquel país. Canciones de su primera etapa y de la actual, todas ellas regrabadas, forman parte de Antología 20 años, el disco con el que conmemora sus dos décadas de trayectoria. Un disco que ha llegado acompañado por una gira por seis ciudades españolas, diez años después de su última actuación en la Península.
—¿Cómo ha sido el reencuentro con el público español?
—Excelente. Estoy muy contenta de haber podido volver con mi público. Y además con este éxito. En todos los conciertos hemos hecho sold out y con la gente enloquecida. Me ha hecho mucha ilusión reencontrarme con mis fans y ver que muchos de ellos han ido siguiendo mis pasos todo este tiempo. Estoy muy feliz.
—¿Qué ha cambiado en Natalia Jiménez en estas dos décadas?
—Yo he cambiado mucho, pero en positivo. Ahora tengo una experiencia que no tenía cuando empezaba y eso me permite disfrutar mucho más de mi trabajo y de mí misma. Y ahora no doy nada por sentado y eso también me va muy bien. Cuando eres jovencilla, das por hecho el éxito y piensas que siempre va a ser así. ¡Pobres ilusas! Mira, si una moneda tuviera tres caras yo viví las tres: tener éxito, no tenerlo y luego volverlo a tener.
—¿Qué es lo que más te gusta de tu actual estatus profesional?
—Lo que más me gusta es poder disfrutarlo. Hace 20 años se me vino muy grande todo y no supe asimilar las cosas que me estaban pasando. Además, el ritmo de vida que llevaba era muy pesado. El mánager que teníamos nos puso a trabajar demasiado. Nos explotaba. A los 24 años yo ya estaba harta, estaba quemada. Ahora que tengo 40 yo soy mi jefa y es muy diferente. Ya no me meto aquellas palizas. Ya no hago tres conciertos seguidos. Hago dos y tengo un día libre. Llevo la vida con mucha más pausa y la disfruto mucho más. Siento que estoy viviendo los mejores años de mi vida.
—¿Echas algo de menos de la época de La Quinta Estación?
—La verdad es que no. Siento que ahora tengo la madurez que entonces me faltaba... Hasta físicamente me veo mejor y todo. Estoy muy contenta ahorita.
—¿Te sientes más querida en México que en España?
—No, para nada. Esta gira me ha venido a derrumbar muchas cosas porque yo me he pasado tantos años fuera que no sabía si me iban a aceptar. Yo venía con miedito, ¿sabes? Y ha sido una sorpresa enorme ver todos los conciertos llenos, que la gente enloquece cuando salgo con el mariachi... Estoy muy feliz y siento que en España se me quiere mucho a pesar de que lamentablemente no haya podido venir a actuar aquí por cuestiones ajenas a mí. Ahora que ya tengo yo el control de mi carrera ya me van a ver aquí muy seguido.
—Por ejemplo, ¿con la gira del regreso de La Quinta Estación?
—Sí, en 2024 vamos a estar haciendo una gira de Natalia Jiménez y La Quinta Estación por España, México, Latinoamérica y Estados Unidos. Estoy muy emocionada con eso.
—En los últimos meses se ha hablado mucho de La Quinta Estación, pero no por motivos muy agradables.
—Yo feliz, porque cuanto más se hable más me suben los streamings en Spotify (se ríe). El problema que surgió ya está todo solucionado. Yo sigo siendo dueña del nombre y nadie más puede usarlo. El grupo que quería usar nuestro repertorio ya no existe, así que todo quedó en nada. Al final casi resultó ser una buena campaña de publicidad para nosotros.
—Para «Antología 20 años» has regrabado tus canciones de más éxito. ¿Qué descubre una cuando revisita esos temas después de tanto tiempo?
—Es lindo porque cuando grabé esas canciones yo no tenía ninguna experiencia asociada a ellas. Sin embargo, ahora todos esos temas tienen alguna historia, algo que me trae recuerdos de algún lugar o de personas. Es como añadirles nuevas especias a una receta que ya conocías.
—Cuando tú te marchaste, a España nos llegaban muy pocas referencias de la música latinoamericana. Hoy en día esabrumadora la cantidad de productos que nos llegan desde allí.
—Eso me da mucho orgullo. Para mí, que he pasado 20 años viviendo en México, es lindo ver que en España se está consumiendo cada vez más la música regional latinoamerican. Porque al final es una música hermosa, una música que se adapta mucho a cómo somos también los españoles. Como dramáticos en el amor y muy arrebatados. Para mí todos somos hermanos.
—Y ¿qué tal te llevas con el reguetón, que es lo que más no llega aquí?
—Os ha llegado lo que más se consume. Yo siento que es una música que es fácil y rápida de hacer. Pero gracias a Dios tenemos Spotify y ahí puedes encontrar otras cosas.
—¿Queda algo en algún rinconcito de tu alma de aquella Natalia que cantaba en el Metro de Madrid?
—Claro, queda mucho. Básicamente, sigo siendo la misma. En 2018 hice el ejercicio de ir al Metro y sentarme a tocar allí de nuevo para ver cómo me sentía. Y me hizo mucha ilusión haberlo hecho. Dije: «Pues mira, siempre puedo volver aquí».
—Recientemente has participado de nuevo, esta vez como jurado invitado, en «Operación Triunfo». ¿Cómo ha sido la experiencia, porque tu paso por el jurado de «OT» en el 2020 no estuvo exento de polémicas?
—En el 2020 yo estaba pasando un momento muy difícil de mi vida, y eso se trasladó también a mi comportamiento. Al final, una solo puede asumir cierta carga. Llega un momento en el que se desborda el vaso. Y aquella reacción que yo tuve fue porque se me desbordó el vaso. Yo estaba en medio de un divorcio del que no podía hablar, estaba en medio de una pandemia, estaba en medio de muchas cosas que me estaban complicando mucho la existencia. Fue una época muy difícil, pero estoy muy contenta de poder haber vuelto a OT y hacer las paces. Y además, me lo pasé superbién. Me quedo con lo que dijo Chenoa en la gala, que cuando quiera puedo volver. Así que, seguramente, me volverán a ver.
—No solo has reconocido que sufres TDAH, sino que aseguras que desde que te lo diagnosticaron te encuentras mucho mejor. Me parece muy importante esa declaración de cara a otras personas que sufren ese trastorno, en tanto que encuentran en vosotros referentes de personas con éxito que han sabido sobreponerse al TDAH y que hablan de él con normalidad.
—El trastorno por déficit de atención e hiperactividad es algo que normalmente se asocia a los niños, pero somos muchos los adultos que lo seguimos padeciendo. De repente no sabemos qué es lo que está pasando con nuestras vidas. Dices: «Pero ¿por qué es todo tan raro?, ¿por qué yo no encajo en nada?, ¿soy tan diferente a los demás?». Hasta que te das cuenta de que procesamos el mundo de manera diferente por causa de esa neurodivergencia. Yo ahora que sé que lo tengo y me lo puedo tratar, puedo tomar medidas en mi vida diaria para tener una mejor calidad de vida y tener un mejor rendimiento en el trabajo y en todo. El diagnóstico del TDAH a mí me ha ayudado muchísimo y por eso me gusta hablar de ello. Y casi siempre lo hago en un tono como agradable y cómico, porque siento que el TDAH tiene también mucho de eso y presentarlo con humor es la manera más fácil de llegar a la gente.
—En el 2023 actuaste una vez en Galicia. ¿Tendremos ocasión de verte en el 2024? ¿Cómo es tu relación con esta tierra?
—Espero ir a Galicia, claro que sí. Mi relación con esa tierra es preciosa. Mi madre es del norte de Portugal, de Bragança, así que cuando yo era pequeñita íbamos mucho de vacaciones por ahí: a Vigo, a Pontevedra, a Santiago... Siempre me ha parecido una de las regiones más ricas de España. Por gastronomía, por cultura, por todo. Galicia me encanta.