
En el Monti Bar de Culleredo tienen dos cartas, una para personas y otra para perros
13 ene 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Es algo más que una cafetería a la que puedes entrar con tu perro. La dueña del negocio decidió crear una carta específica para las mascotas guiada por su propia experiencia. «Yo tenía un perrito al que le estaba siempre cocinando y cuando iba por ahí no tenía nada que darle. En un viaje a la Costa Brava vi que en varios locales ofrecían este servicio y decidí montarlo aquí», explica Carla Castro González, propietaria del recién inaugurado Monti Bar de Culleredo. No se crean que esta emprendedora compró un montón de sacos de pienso de diferentes variedades y los tiene en un almacén para satisfacer a los clientes de cuatro patas. Eso sería un bar pet friendly de nivel bajo. Aquí hay una carta para los humanos y una parte dedicada a un menú canino. Lo mismo que otros establecimientos de hostelería preparan a primera hora la mañana los callos o la ensaladilla, ella cuece el pollo y el arroz sin sal. «Este es el plato estrella y el más demandado, porque les va fenomenal a los perros que puedan tener alguna intolerancia. Si es de raza pequeña sale a tres euros la ración y si es de tamaño grande (el can y el cuenco) a cinco», explica Carla, sorprendida por la gran repercusión que ha tenido esta iniciativa.
ESPECIALIDADES PARA TODOS
Los humanos pueden pedir una hamburguesa o un perrito caliente, paradojas de la vida. Y sus mascotas, como les decía, también tienen varias opciones. No solo de pollo cocido sin sal y arroz vive el can. «Ofrecemos latas gourmet de distintos sabores para los peludos. Y hay un menú snack con hueso prensado de cartílago de varios tamaños. Aquí no hay pienso, es un lugar para que tanto los dueños como las mascotas disfruten de comer o cenar fuera de casa», explica. Se les da a los perros lo mismo que buscamos cuando salimos a tomar algo a algún local de hostelería, que nos ofrezcan cosas que habitualmente no tomaríamos en casa. Algún caprichito. Aquí hay especialidades para todos, humanos y cánidos. Como les decía, es mucho más que pet friendly. Carla es una chica muy activa y original. Me cuenta que su padre tiene una empresa de transportes que se llama Monticar y ella le cambió la parte final. Ella y su inseparable compañero Jagger, un enorme dogo alemán que le acompaña a todas partes, inauguraron el pasado 23 de diciembre, casi como si fuese una fiesta de Navidad. Es tan friki de los animales que hasta su gigante mascota tiene perfil en Instagram, @dogojagger.
A todos los clientes de cuatro patas los agasaja con agua fresca y dice que cada poco rato les da alguna chuche, por gentileza de la casa, para que estén a gusto. «También vienen clientes sin perro. De lo que se trata es de que todos estemos cómodos», asegura la osada empresaria. Después de los excesos de estas semanas navideñas y teniendo en cuenta que el carnaval ya está a la vuelta de la esquina, creo que a todos nos vendría bien pedir el menú canino.
Nada de complicarse la vida ni de preparaciones grasosas, un plato de arroz y pollo cocido sin sal y nos quedamos tan bien como las mascotas que acuden a este original Monti Bar ubicado a las afueras de A Coruña. A lo mejor se nos pone cara o humor de perros, pero al menos el pantalón volverá a sentarnos igual que antes de las fiestas.