¿Qué haces tú por mejorar el medio ambiente? Ellos comparten cuatro ideas para ser más sostenible en el día de día

Candela Montero Río
Candela Montero Río REDACCIÓN / LA VOZ

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Alba y Fabián, de Aventura Plástica.
Alba y Fabián, de Aventura Plástica. Beatriz Ciscar

Con pequeños gestos cotidianos podemos ayudar a cuidar el planeta. Apostar por el comercio local o reducir los plásticos de un solo uso son algunos cambios que nos harán ser más sostenibles

17 ene 2024 . Actualizado a las 15:21 h.

Alba y Fabián tienen claro qué es lo más importante para cambiar hábitos y ser más sostenibles: «Hay que querer hacerlo, de verdad». «Si realmente te implicas, esto se convierte en una forma de vida. Si lo haces por moda o por lavar tu imagen, acabarás abandonando y volviendo a la comodidad del plástico», dejan claro.

Además de transformar los residuos en productos de artesanía, ellos intentan transmitir precisamente este mensaje a través de Aventura Plástica, un proyecto que busca fomentar la concienciación colectiva.

Ellos mismos reconocen que ser más sostenible implica «estar dispuestos a sacrificar ciertas comodidades». Para empezar, destacan la importancia de «buscar productos que sean una alternativa, tanto el producto en sí como su envoltorio y sistema de distribución» y ofrecen ejemplos como «jabones sólidos y esponjas de luffa». Los lugares donde se adquieren estas opciones también son relevantes: «Existen tiendas donde venden productos de limpieza a granel y se puede rellenar siempre la misma botella», explican.

Insisten en que «lo más importante es reducir el uso». «Tenemos que buscar soluciones que eviten plásticos innecesarios, porque al no generar el residuo, no hay que gestionarlo de ninguna manera», aclaran.

Y si al final terminamos comprando plástico, ¿cómo podemos darle una nueva vida en lugar de tirarlo a la basura? Alba y Fabián proponen algunas ideas: «Desde el vaso de yogur y botellas convertidos en macetas, obras de arte, riegos para plantas...». Pero lo tienen claro, lo importante es la libertad creativa: «¡Aquí la imaginación al poder!».

Paula, 28 años: «Comprar en tiendas locales es un 3 en 1»

Para Paula, una de las mejores acciones para cuidar el medio ambiente en el día a día es comprar en el comercio local. Esta bióloga y creadora de contenido —conocida en redes como @blondiemuser—, asegura que optar por este tipo de consumo «es muchísimo más sostenible de lo que pensamos». «Comprando productos locales o de kilómetro 0 estás evitando que se produzca una enorme huella de carbono debido al transporte, que es lo que sucede en el resto de casos, cuando compras, por ejemplo, un producto a través de internet que viene desde la otra punta del mundo», argumenta.

Pero además de evitar transportes innecesarios, Paula explica cómo comprando en tiendas locales también se reducen residuos: «¿Cuántas veces nos pasó que al pedir cualquier cosa online hemos terminado con la casa llena de cajas para reciclar en menos de un minuto? Comprando de forma local eso no te pasará», pone como ejemplo. A mayores, ofrece un consejo para evitar generar todavía más residuos: «Vas con tu bolsa reutilizable y evitas que se use ese paquete totalmente innecesario». Por eso, dice que este consejo supone «tres tips en uno». «Favoreces el comercio local, reduces residuos y empleas bolsas reutilizables», concluye.

Eva, 27 años: «Intento que mi alimentación sea agroecológica»

Hace ya casi una década que Eva decidió llevar una «alimentación agroecológica». «Al estudiar el alcance de la emergencia climática sobre los ecosistemas presentes en nuestro planeta, tomé consciencia del impacto que tenía cada decisión que tomaba, en especial, en lo referente a mis hábitos de consumo», recuerda esta bióloga.

¿En qué consiste esta dieta? Eva tiene en cuenta tres criterios a la hora de escoger los alimentos que consume: por un lado, presta atención a «cómo se producen y el envasado, priorizando alimentos a granel». Por otro lado, atiende a «dónde se producen». «Intento mirar cuántos kilómetros ha recorrido un alimento antes de llegar a mis manos», explica. Por último, tiene en cuenta «la huella ecológica del alimento», es decir, «la cantidad de terreno y recursos necesarios para producirlo». También hace hincapié en «elegir los alimentos “más feos”», ya que son los que tienen «más papeletas de acabar formando parte del desperdicio alimentario».

Reconoce que no siempre es fácil seguir estos criterios, pero también defiende la existencia de «trucos muy buenos», como «apostar por mercados locales o informarse de los proyectos agrícolas y ganaderos que existen en nuestra zona».

Ana, 29 años: «Creo cosmética natural, vegana y sostenible»

Después de años lidiando con problemas dermatológicos por usar «productos que no eran respetuosos con la piel», Ana decidió empezar a elaborar su propia cosmética natural en casa.

Desde entonces, hace y produce sus propios productos siguiendo una filosofía en la que el cuidado del medio ambiente está muy presente: «Toda la cosmética que hago es 100 % natural, vegana e intento que sean lo más sostenible posible, por eso la mayoría de las veces opto por el formato sólido», explica. ¿Qué se consigue con esto? «Así, ahorramos plásticos de un solo uso y agua. En mis productos uso en torno a un 4 % de agua, frente al 90 % que usan, por ejemplo, en un champú convencional». Además, con sus producciones busca también ayudar a aquellas zonas que se están quedando sin habitantes: «Cada colección está inspirada en pueblos en peligro de despoblamiento, de los cuales uso la flora autóctona», relata.

Ana explica que este «pequeño cambio» en el cuidado personal tiene «un impacto increíble». «Una persona usa de media ocho productos al día, si logramos eliminar todos esos plásticos de un solo uso el resultado en ahorro de plásticos, agua y económico es increíble», concluye.