Así es Pull&Bear desde dentro: «Para diseñar nos fijamos mucho en la calle»

YES

La revista YES vuelve a las instalaciones de la firma de Inditex, en Narón, diez años después de su primer ejemplar para descubrir cómo ha cambiado una de las marcas más veteranas de un imperio textil que no hace más que crecer

03 feb 2024 . Actualizado a las 17:14 h.

Sábado 8 de febrero del 2014. El primer número de YES veía la luz con Pull&Bear en su portada. Dentro, un despliegue de páginas para descubrir cómo funcionaba por dentro una de las firmas más veteranas del imperio Inditex. Diez años y 516 números después, todo ha cambiado. A mejor.

El edificio que desde sus inicios alberga la compañía en Narón se renovó por completo en el 2016. Hoy esa sede es doble, ya que en octubre del 2022 se erigió una segunda construcción completamente nueva en la misma parcela. En ella se ubican los platós de fotografía, y está unida por una pasarela a la anterior, donde trabajan los departamentos de diseño, venta online, logística y distribución a lo largo de una planta de seis mil metros cuadrados diáfana y sin pilares. Los despachos, directamente, no existen. Ese espíritu horizontal sí se ha mantenido intacto a lo largo de los años. El primer ejemplar de esta revista descubría una sede que ya entonces carecía de barreras físicas. Todo está orientado al trabajo en equipo, sin los tiempos muertos que derivan de las esperas entre unas y otras decisiones de la cadena de mando. Nadie aguarda por un correo o una llamada de teléfono. «Se lleva mucho eso en Pull; aunque te escribas por Teams, te acercas en persona al compañero y ves la prenda físicamente», dice una de sus empleadas.

Son las diez de la mañana de un soleado día de enero cuando regresamos tras una década a las instalaciones, que incorporan lo último en medidas de sostenibilidad y eficiencia energética. Lo primero que impacta es que están rodeadas de un espectacular espacio natural. Unos 30.000 metros cuadrados que reproducen un bosque autóctono gallego con espacios de descanso y esparcimiento. El entorno transmite una paz y una serenidad que contrastan con el frenetismo que se intuye dentro de la sede de una de las firmas gallegas más potentes del mercado textil internacional. La luz se filtra por los ventanales que envuelven este laboratorio de ideas y talento. La amplitud diáfana que caracteriza al sello Inditex.

NUEVO LOGO EN EL 2023

Una de las primeras cosas que se adivinan al acceder a las instalaciones es el nuevo logo que la compañía presentó en el 2023, coincidiendo con una serie de aperturas de tienda icónicas: la de Gran Vía en Madrid, la de Via Torino en Milán y la de Marineda City, en A Coruña. En ellas presentaron una imagen nueva y más evolucionada de la firma. Hay que recordar que Pull fue la primera cadena en introducir pantallas en sus tiendas, siempre a la vanguardia. «No nos gusta acomodarnos; si hay algo que sea tendencia entre los jóvenes, lo sumamos», dice Óscar de Castro, director de Comunicación. Porque si hay algo que define a la marca hoy, mantiene, es que paradójicamente es más joven que hace diez años: «Es una evolución, no tanto un cambio. Hemos creado dos líneas específicas para el público más joven, STWD para chico y Pacific Republic para chica. Eso ha hecho que también se incremente la colección».

Con los datos en la mano del tercer trimestre del 2023, las colecciones de Pull&Bear están disponibles en más de 200 mercados a través de 789 tiendas y plataformas online. Hace diez años, la firma operaba en 63 nacionalidades con un volumen de ventas que, al cierre del 2012, se tradujeron en un total de 1.086 millones. Hoy ascienden a 2.152 millones de euros.

La segunda gran transformación ha venido de la mano de la venta online, disparada por la pandemia. «Hubo un bum, y el reto era mantener a ese cliente. Lo hemos conseguido, y de hecho ya se habla del cliente omnicanal, el que va a la tienda y a la web indistintamente», señala Ana Luque, directora de E-commerce. Definitivamente, Pull ha pasado de tener una página web a un auténtico negocio online. En el 2014, el departamento estaba físicamente aislado del resto. A día de hoy, se encuentra completamente integrado con los equipos de tienda física. El perfil de ese cliente online está entre los veintitantos y los 34 años como máximo, dependiendo de los diferentes países. Hay regiones donde la marca se está haciendo más fuerte y es una firma emergente con compradores más jóvenes, como ocurre por ejemplo en el Reino Unido. Pero en España tiene una trayectoria, lo que se traduce en que por mucho peso que tenga ese cliente joven, no se olvidan de mantener a ese comprador histórico que la acompaña desde su nacimiento.

La primera tienda de Pull abrió sus puertas hace 33 años, un 21 de septiembre a las 19.04 en Vallecas (Madrid). La primera de Galicia lo hizo tan solo unos días después, el 4 de octubre, en el centro comercial de Cuatro Caminos (A Coruña).

Desde entonces, la firma ha acertado muchas veces, la última, con su apuesta por la generación Z. Especialmente a ella van dirigidas sus dos líneas jóvenes, que cuentan ya con gran aceptación y recorrido, STWD (Street Wear Department) para los chicos y Pacific Republic para ellas. «Queríamos hacer nuestra propia marca para los jóvenes. Y con la de chico pensamos: ‘¿Cómo la podemos llamar?’. Pull&Bear Teen, Teen Street...’. Y dijimos: ‘Street Wear Department’, un departamento de street (calle), perfecto. Lo lanzamos con una tirada de camisetas y de felpas con calidades un poquitín más prémium y con colorido, hace cuatro años. Pero cuando ha cogido peso ha sido hace año y medio», apunta Ángel Curiel, coordinador de Colección Chico. Referentes de la moda, la música y el cine empezaron a vestir sudaderas de STWD de forma espontánea en sus redes sociales. «Y eso es hacer marca. Haces marca cuando creas un deseo», indica.

El equipo de diseño de Pull bebe de varias fuentes, pero la principal es la calle. Se fijan en el cliente, no solo estilísticamente. También siguen sus gustos, aficiones, qué series ve o qué musica consume. De hecho, llevan varios años colaborando con el Primavera Sound y con distintos eventos de la cultura y el deporte más joven. No obvian lo que hace la competencia, pero no la toman como referencia. El objetivo es ser pioneros y que sean otros quienes les copien.

A medida que uno camina por el pasillo central de su cocina creativa, se va encontrando con los distintos departamentos, divididos en islas. Cada una de ellas se ocupa de un tipo de producto: Circular (camisetas, sudaderas y todas aquellas prendas fabricadas con tejidos elásticos o que dan de sí); Plana (que aglutina las diseñadas con tejidos que no ceden); Prenda exterior y Baño, Denim, Accesorios...

La forma de trabajar no ha cambiado en estos diez años, y el suelo de todo este espacio continúa inundado por las muestras de las prendas con las que están trabajando, dispuestas ahí a la espera de ser aprobadas definitivamente. Por supuesto, en un negocio multinacional como este no se olvidan de los países del otro hemisferio. La isla denominada Mundo se encarga de vestir a aquellas nacionalidades que, por climatología, necesitan un producto diferente al que se está ofreciendo en el resto del globo. Emiratos Árabes o los países latinos, por ejemplo, requieren prendas de verano cuando aquí es invierno, y viceversa, por lo que este departamento se encarga de estirar colecciones o de adaptarlas a la estación que están atravesando.

Lo que no se modifica, aseguran en la compañía, son las colecciones de las tiendas dentro de un mismo país. Pull ofrecerá lo mismo en el Gran Vía de Vigo que en la Gran Vía de Madrid. Sin embargo, sí diseñan productos exclusivos para su venta online. «Elegimos esas prendas de dos maneras: por una parte, pueden ser colores a mayores de los que se venden en tienda física, donde tenemos una limitación de espacio, y que suelen ser además un poco más arriesgados; y por otra, también seleccionamos prendas que en tienda no las vamos a poner porque son demasiado moda y no queremos asumir tanto riesgo. Eso sí, si vemos que funcionan bien online, las pasamos a tienda», explica Angelito, como llaman cariñosamente sus compañeros al coordinador de moda masculina, que entró en la empresa hace 22 años como trabajador de tienda. Incluso hacen pequeñas partidas de colecciones determinadas para vender online y en algunos mercados especiales, los que son «más moda», como Italia, Reino Unido, Holanda o Francia, «que aceptan las tendencias antes», asegura.

Para él, el paso más importante es el último. Y de él se encarga el departamento que supervisa que cada partida de prendas llegue físicamente a su destino por tierra, mar y aire. «Si el mensaje no llega al cliente, ningún trabajo previo habrá servido de nada», señala.

Sorprende la juventud de muchos de los empleados —que cuentan con veintipocos años y en su mayoría proceden del grado en Diseño de Moda— en una plantilla con trabajadores de 40 nacionalidades y con una edad media de 39 años. A diferencia del 2014, cuando costaba encontrar a alguien en este hervidero de tendencias que superara los 45, muchos trabajadores de entonces siguen en activo hoy como pilares y referentes de esa juventud que nutre los equipos de diseño y que plantea las prendas como si estuviesen destinadas a vestirlos a ellos mismos. Ese equilibrio entre vanguardia y experiencia son, sin duda, dos ingredientes de la fórmula del éxito de una empresa que tiene también entre sus puntos fuertes la apuesta firme por el bienestar de sus trabajadores. Al espectacular gimnasio del que pueden hacer uso desde hace poco más de un año, tanto al mediodía como a partir de su hora de salida y con clases dirigidas, se le suma el servicio médico, con dos facultativas y diversas consultas equipadas al máximo, muy valorado por los empleados. Casi tanto como el comedor, que cuenta con una línea de wok y pasta, una de clásicos, una de plancha y otra especial para flexitarianos, además de un espectacular bufet de ensaladas.

UNA COMUNIDAD DE CIUDAD

Son tres los valores que marcaban la identidad de Pull hace diez años: música, deporte y sostenibilidad. A lo largo de esta década se han esforzado en reforzarlos. También han sumado otros nuevos, como el espíritu urbano que envuelve hoy su identidad. «Ese estilo, que en una primera época era más californiano, incluso con tablas de surf en las tiendas, ahora es más urbano. La nuestra es una comunidad de ciudad, que va a festivales, visita museos, le gusta el arte y aprecia que colaboremos con pequeños artistas».

Cruzando al nuevo edificio a través de la pasarela que comunica ambas instalaciones, llegamos a una serie de platós fotográficos que son un ir y venir de modelos, burros repletos de ropa, y sesiones de maquillaje y peluquería. De ahí salen las fotos que visualizamos cuando compramos en la página web y en la app. Como si de una pasarela se tratase, asistimos a un espacio que nace del concepto de un estudio de fotografía múltiple, dividido entre chico y chica, con sets constantes a los que acuden a diario maniquíes de todas las partes del mundo. Un frenesí en constante ebullición que limita y contrasta con un nuevo espacio donde reina la paz y que se ha diseñado como un enorme ágora, donde la plantilla se sienta para discutir conceptos o ponerlos en común. Allí se sitúan los departamentos de Cásting, Producción, Diseño Digital y Retoque Fotográfico, «los afortunados que trabajan en silencio y en un espacio gigantesco», señalan los empleados.

Basta una visita para darse cuenta de que en Pull todos son afortunados.