El gallego que está detrás del único estudio de vestuario de cine en Galicia: «El mayor anacronismo es ver costuras en una película de romanos»

YES

ANGEL MANSO

Diego Valeiras cambió el mundo del vino por su negocio de alquiler y venta de vestuario para películas, teatro y televisión. En su taller surge buena parte de la magia del cine

06 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Es posible que de un pequeño estudio de A Coruña salga uno de esos trajes que marcan la historia del cine. El vestido hiperseductor de Rita Hayworth en Gilda, el tantas veces copiado Givenchy de Audrey Hepburn en Desayuno con diamantes o el que dejó sin respiración a medio mundo cuando Sharon Stone jugó como nadie con sus piernas en Instinto básico. Y de todos ellos, Diego Valeiras le habría puesto su sello al traje del Christopher Reeve del Supermán, por el respeto que le tiene a Yvonne Blake, creadora del diseño, y porque considera que es único como icono. Uno de sus sueños es llegar a idear un traje «que sea recordado siempre», y esta meta, a tenor de lo que está consiguiendo, no tiene por qué estar muy lejos. Este artista de O Carballiño tiene en la ciudad herculina el único estudio de Galicia de diseño, alquiler y venta de vestuario para cine, teatro y televisión, y gracias a él, muchas productoras dejan de hacer 600 kilómetros hasta Madrid para encontrar piezas que ahora tienen a tiro de piedra de sus rodajes.

El taller de Diego ni está en una calle concurrida ni desprende ese glamur que muchas veces se le atribuye a todo lo relacionado con el mundo audiovisual. Es un estudio pensado por y para el trabajo y la distribución de prendas. Ahí el —spoiler— antes enólogo, confecciona faldas, pantalones e incluso trajes de monjes cistercienses. No hay límites para las peticiones que le llegan a Valeiras. Paseando entre los burros de ropa una se encuentra de repente en plena movida viguesa, en el Madrigal de las Altas Torres de Isabel la Católica o en el filme La gran ilusión, pues unos clientes le habían pedido replicar una de las chaquetas de la película de Jean Renoir.

CENTRADO EN EL «VINTAGE»

En la actualidad, Diego Valeiras está metido en infinidad de tareas, y una de las que ocupa buena parte de su tiempo es su labor como diseñador de vestuario y director artístico de Historias de aquí, el programa de documentales producido por Voz Audiovisual que se acaba de estrenar en AGalega.gal. Por eso, en las últimas semanas su vida ha estado centrada en encontrar piezas vintage de los noventa, porque como revela «los noventa ya son vintage», para reproducir de la manera más fiel el hundimiento del Mar Egeo, tragedia sobre la que gira uno de los capítulos.

Este menester se mezcla con una agenda de lo más apretada, precisamente por ser el único estudio de la comunidad que ofrece estos servicios a la industria del cine. El pasado martes, Diego entregó varios encargos «para una futura película», a unos clientes que, a continuación, se iban a Madrid para visitar Peris y Cornejo, «los grandes dioses del vestuario en España». Contra los que no compite, matiza Valeiras, porque él cuenta con —la cifra nada desdeñable de— unas 5.000 referencias de prendas «y solo Peris puede tener dos millones».

La historia de amor de este figurinista con el mundo de la escenografía viene de lejos. Pero no de tan lejos. De pequeño le picó el gusanillo de la costura, convirtiéndose en autodidacta y siguiendo los pasos de su abuela, y mataba el antojo confeccionando disfraces de carnaval o los trajes de las comparsas. Sin embargo, a la hora de estudiar escogió un camino tan distinto como, también, poco tradicional: estudió Enología. Y comenzó a trabajar de ello, hasta que no pudo evitar la llamada del séptimo arte.

El también responsable del vestuario de las obras de teatro Crisálida, Testosterona o Iribarne formó parte de la primera promoción de Escenografía de la Escola Superior de Arte Dramática de Galicia (ESADg), y ahí fue cuando definitivamente vislumbró su futuro. Aunque no tenía claro del todo que fuese concretamente el vestuario el que iba a pagar sus facturas, sí sabía que deseaba formar parte del equipo artístico de producciones teatrales o cine, sobre todo de carácter histórico.

LOS FACTORES AÑADIDOS

«Es lo que más me gusta, porque me encanta la parte de investigación y documentación, aunque también es más complejo. De todos modos, ya por naturaleza confeccionar diseños para cine o teatro es difícil por la cantidad de condicionantes que tienes». Continúa: «Después de hacer pruebas de cámara, para ver que todo encaje con estampados y tejidos, tienes que tener en cuenta dónde vas a meter el vestuario porque, por ejemplo, si tenemos prendas blancas sobre fondo blanco, se funde y el trabajo se pierde. Después, en el cine hay que tener en cuenta que hay un solo punto de visión, el de la cámara; por eso hay que jugar con las ópticas y con las texturas: una misma prenda en directo te gusta y en cámara te parece fea». Por otro lado, explica que la complicación aumenta a la hora de confeccionar este tipo de atuendos teniendo en cuenta que los actores llevan sonido, y que en el caso de los intérpretes de una obra de teatro, hay que facilitarles la tarea para que los cambios, si es necesario, puedan realizarse de la manera más rápida posible.

Por su meticulosidad a la hora de representar ciertos contextos históricos con sus trajes, para Diego Valeiras hay un anacronismo sin parangón que, quizás la mayoría de mortales pasa por alto: «Creo que el problema de mi trabajo es que solo se nota cuando lo haces muy mal, porque el resto se da por supuesto. Aun así, me suelen chirriar cosas que se pasan por alto, entiendo que para beneficiar el resultado final de la producción, pero es que no he visto una película de la antigua Grecia que reproduzca con exactitud cómo era el vestuario en aquella época. Me ocurre lo mismo con los filmes de romanos: normalmente se ven costuras, y es imposible. ¡Hasta bien entrada la Edad Media no existía la costura! ¡Como va a haber romanos con mangas!».

ADQUIRIR LOTES DE PRENDAS

Además de toda esa tarea de estudio y confección, hay otra parte fundamental del trabajo de Diego Valeiras, y es la compra de prendas que sabe que en algún momento venderá o alquilará para una película, serie u obra de teatro. «Suelo adquirir lotes de productoras o de compañías de teatro cuando veo un material que me interesa. Para eso tengo en cuenta, por ejemplo, qué se lleva en cada momento en el mundo del audiovisual. Y ahora están muy de moda los revivals tipo La Veneno, Camilo Sesto... Todo el vestuario de los setenta y ochenta que tengo sé que le voy a acabar dando salida, aunque ahora no sepa cuándo». Aunque Valeiras prefiere tener tiempo y poder confeccionar él su vestuario, esta es otra alternativa que ofrece para aquellos que necesiten, sobre todo, prendas para muchos personajes.

Y respecto a los personajes, los tiene más que fichados. Para no dejar nada al azar o la improvisación, cuenta con unas fichas donde registra todas las medidas —hasta el largo de las rodillas— y datos de valor que puedan ayudarle a la hora de empezar con la creación. «Por ejemplo, si un personaje se tiene que caer en una escena, no puedo ponerle un pantalón de Tergal, porque se le romperá, así que tendré que ir a por uno elástico que se le pueda parecer», concluye.