Guillermo Fernández, de la oenegé Ecodesarrollo Gaia: «Cuando venden mecheros y pulseras no hay mafias detrás»

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Lleva 60 años ayudando a la gente, este maestro jubilado nos cuenta la realidad de la migración según su experiencia: «Llegan con un proyecto de huida. No emigran, huyen de una situación»
21 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Con apenas 18 años comenzó Guillermo Fernández, Mito, en el mundo del voluntariado: «Fue mientras estudiaba en Madrid, cerca del Pozo del tío Raimundo». Y ahora, con 78, sigue al pie del cañón ayudando a simpapeles en todo lo que puede desde Ecodesarrollo Gaia. Los orientan para regularizar su situación, les ayudan a conseguir cursos de formación, atienden sus necesidades básicas como comida y alojamiento... pero, sobre todo, hacen una labor importantísima para que encuentren el equilibrio emocional y psicológico. Mito reconoce que en el 2023 llegaron más personas que nunca.
—En el último año se ha disparado la llegada en pateras. ¿Lo habéis notado?
—Sí, hay muchos chicos.
—¿Más que nunca?
—En el 2006 también hubo un récord importante, pero sí. Y siguen llegando. No hay oportunidades para la vida en África. La mayoría vienen en cayuco.
—¿Por qué acaban en A Coruña, por ejemplo?
—Llegan a Canarias y luego los reenvían a distintas provincias, según ellos tengan parientes en un sitio o en otro.
—Todos llegan en una situación irregular.
—La ley de extranjería contempla que tienen que estar tres años en situación de indocumentación. Y, a los tres años, si encuentran una oferta de trabajo por un año, pueden incorporarse en un procedimiento administrativo para que les den los permisos.
—¿Tres años sin poder trabajar?
—Yo no critico nada. Lo único que puedo hacer es ayudar a esta gente que no sabe dónde está ni lo que tiene que hacer y no tiene recursos.
—¿Llegarán desorientados?
—Sí, llegan con un proyecto de huida, no con un proyecto migratorio. No emigran, huyen de una situación en la que no pueden realizar su proyecto ni personal ni familiar. Aquí no hay ningún chico que venga para hacerse rico. Todos están por la madre, por su familia. Tienen un apego bestial a la familia, personalizado en la madre. Están pensando en ella, en sus hijos, en su mujer, en sus hermanos...
—¿Cuál es el perfil de los que llegan?
—Son jóvenes todos, entre 18 y 32 años.
—¿Y las mafias?
—Las mafias existen. Siempre hay en todas las comunidades algún listo que de una necesidad hace un negocio, pero la gente no viene por las mafias. Si pones una mafia en Almería para irse a Orán (Argelia), no se va nadie. Además, cuando llegan, lo primero que te dicen es que quieren trabajar. Son muy buena gente. Muy amables y muy correctos. Y es importante que la gente sepa que detrás de los mecheros y las pulseras que venden por la calle, no hay mafias detrás. Detrás está la alimentación de su hermanita, el que pueda ir al colegio, la ayuda a su mamá... Ese dinero no va a parar a ninguna mafia, sino a atender sus necesidades.