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La Bicicleta, el menú que te lleva por la vuelta a España

MARCO SORIANO DE TEJADA

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cedida

Eduardo Quintana, como buen cabeza de pelotón, ha marcado ritmos en los que ahora tienen mucho que ver sus horizontes sostenibles, ya que fue el primer cántabro en ser galardonado con una estrella verde Michelin

22 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Llegar a casa de Edu, como le gusta que le llamen, y su mujer Cris, es sumergirse en un íntimo prado de la montaña cántabra en el que se respira naturaleza por los cuatro costados. En la pequeña localidad de Hoznayo, antiguamente vertebrada por la carretera N-635, que como muchas otras poblaciones de este país de un día para otro cayeron en el olvido por culpa de una autovía, esta joven pareja le ha dado vida a una antigua y elegante casona solariega, que en el 2017 obtuvo la primera estrella Michelin.

Lo de la bicicleta al chef no le toca muy de lejos. Eduardo prácticamente comenzó a pedalear a la vez que a andar. Su afición por el ciclismo, pronto le convirtió en uno de los maillots amarillos de los velódromos del País Vasco, hasta que, por circunstancias familiares, tuvo que cambiar el manillar por el mango de una sartén y comenzar a sortear los puertos que se anteponen en una carrera hostelera, en la que todo se va fraguando de meta a meta. Pero las etapas de esta pareja, se han ido desarrollando con el esfuerzo y los reconocimientos. Tras el paso de Edu por la Escuela de Hostelería IES Fuente Fresnedo de Laredo, este enamorado del surf y de la costa cántabra, decidió actualizar el recetario tradicional consistente en bocadillos de rabas, tortillas rellenas de bonito o la sencilla Gilda de anchoa con aceituna y, por supuesto, la piparra, elaboraciones presentes en el recetario montañés desde hace años. Pero entrar en la casa de esta encantadora pareja, es más que atravesar la puerta de un restaurante al uso. Los jardines, con espacios camuflados de huerta, nos dan la bienvenida previo paso por la biblioteca, donde el aperitivo se hace imprescindible entre volúmenes que han ido dando ideas para fraguar esta aventura. El aperitivo en el jardín, con productos de temporada que el chef y su equipo cultivan, da paso a una barra en la que el comensal domina la cocina para estar al tanto de todas las elaboraciones de pequeños bocados que le van sirviendo, con la oportunidad de conocer más acerca de ellos de la mano de los cocineros, o incluso del chef, preocupado por que todo esté en su punto.

El paso al acogedor comedor es muy agradable. En La Bicicleta ya ha quedado claro que el menú va a estar basado en productos de temporada y con el protagonismo de los vegetales, ya que Eduardo junto a su mujer, aparte de cuidar el huerto que rodea al magnífico restaurante, se ocupan de un cultivo de cerca de dos hectáreas, de donde salen la mayoría de las materias primas que trabajan en el restaurante, incluidas razas de porcino autóctono que están recuperando. 

RECETAS DE SIEMPRE

Los platos principales son elaboraciones con técnicas actuales, pero con mucho respeto por la cocina popular y con las materias primas excelentes que ofrece la zona de Trasmiera. Carácter tradicional con respeto a las recetas de siempre y al medio ambiente en la que no faltan guiños a lo que podría ser una vuelta ciclista, prestando también especial atención a los productores, parte muy importante en este proyecto. Por cierto, tampoco hay que perderse la visión de Edu de las pizzas de toda la vida, esta vez convertidas en plato gourmet y llamadas de manera simpática por el chef, las pizzicletas.