Rocío García-Viso, la matrona «influencer» que se formó en Galicia: «Un parto se parece más a hacer el Camino de Santiago que a subir el Everest»
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Esta matrona que triunfa sacudiendo los muchos mitos que bañan la maternidad hizo su residencia en el Hospital Álvaro Cunqueiro, de Vigo, acaricia los 70.000 seguidores y vive, como paciente, su primer embarazo. «La famosa horiña corta no es un parto normal», afirma la autora de «El arte de crearte», que no solo siente morriña, la lleva tatuada en un pie
24 may 2024 . Actualizado a las 18:17 h.De Galicia no se despide nunca. Galicia la dejó enmadrada y hoy lleva la morriña tatuada en la piel, como en la memoria la experiencia de muchas mamás. Algunas le escriben para contarle cómo están o cómo crece el bebé que acompañó a la hora de nacer. Rocío García-Viso (Madrid, 1993), enfermera y matrona que acompaña «con pasión» a las mujeres en consulta en embarazo, posparto y lactancia y durante el proceso del parto en el hospital, se formó en Vigo como residente y desde el 2018 te acompaña en Instagram como Rocío Matrona, contándote, entre otras cosas, en qué consiste un parto respetado o que el famoso «que sea una horiña corta» no es lo que cabe esperar habitualmente cuando se va a dar a luz, sino una forma coloquial de referirse a un parto precipitado. «Los que duran una horiña corta son esos partos que comienzan directamente con un mar Atlántico, entre olas (contracciones) que casi no dan tregua», explica la autora de El arte de crearte. Desde el embarazo al parto, que compara las contracciones preparto con las olas del Mediterráneo y las del parto con el Atlántico que la hechizó y no quiere olvidar.
Rocío estudió Enfermería. Al terminar, decidió especializarse en el arte de acompañar a las mujeres en los que son los momentos más vulnerables de sus vidas. Superado el examen a nivel nacional para optar a la especialidad, eligió plaza en Vigo. Se mudó entonces de Madrid al sur de Galicia para formarse dos años en el Hospital Álvaro Cunqueiro. Eligió Vigo «por la playa», confiesa. Y luego descubrió «muchas más cosas» que la «enamoraron más», revela sin dar datos.
«Desde el principio me sentí a gusto. Galicia es muy acogedora. El Álvaro Cunqueiro es grande; sentí que podía aprender allí todo lo que necesitaba saber para ser matrona. Además, Vigo me parecía una ciudad agradable y con buen clima», comenta. A priori, cuesta incluir el tiempo entre los encantos de este recuncho de la Península. «Cuando llegué, todo el mundo me decía que me comprara unas botas de agua... ¡y yo no he estado más morena en mi vida que cuando viví en Vigo!», asegura esta deconstructora de falsas creencias en torno al embarazo, el parto, el posparto y la maternidad. Ni la forma de la barriga es un indicador del sexo ni las fases lunares influyen en el parto, afirma Rocío.
Vigo fue para ella el despegue de una carrera profesional que se afianza en Madrid. «De Galicia, aprendí un poquito de cada una de todas las matronas con las que trabajé y fue muy enriquecedor. Acompañé a muchas familias, primero de la mano de las matronas y después con más independencia. En el Álvaro Cunqueiro hay muchos nacimientos; después de trabajar allí del 2016 al 2018 nunca me pareció grande un hospital...», asegura.
Al acabar la residencia, Rocío se fue «con morriña» de Galicia, sin quererla dejar atrás. Antes de partir, quiso llevarse en la piel un recuerdo de la terriña. «Hice el Camino de Santiago y, yo, que no soy nada de tatuajes, me hice uno en el pie que pone ‘morriña’. Me fue difícil desprenderme», asegura.
¿Tenemos las gallegas una forma diferente de parir o de vivir el embarazo y la maternidad? «En comparación con Madrid, tuve la sensación de que en Galicia hay más tribu, más grupo. Las madres son especiales, están muy cerca de sus raíces, de la familia, de las tradiciones. Unas mujeres con otras mujeres. Eso es muy bonito, y yo lo echo mucho de menos de Galicia. En Madrid es todo bastante más individualista», dice.
Las abuelas gallegas que crecieron en la aldea decían que la fecha de parto se cuenta por lunas, como se hace con los animales. «Y es algo que aún se dice hoy —comenta la matrona—. Es un mito que los estudios que se han hecho sobre el tema desmienten, pero una creencia tan extendida que hasta yo, como matrona, he llegado a estar convencida de que, trabajando en noches de luna llena, iba a tener más partos de lo habitual. En este mundo de contaminación lumínica, la luna no mueve tanto nuestros ciclos. Seguramente, el resto de mamíferas, que viven de una manera más salvaje, estén más influenciadas por la luna, pero en el caso de las mujeres no hay estudio que lo demuestre».
Naces con los óvulos contados
Nacemos con los óvulos contados, subraya Rocío, y «el período más fértil de las mujeres abarca de los 16 a los 30 años, cuando tanto la cantidad como la calidad de los ovocitos es la óptima». A partir de los 30, la reserva ovárica cae. La edad juega un papel clave en el embarazo, como «el estrés, la obesidad, las infecciones pélvicas y la exposición a tóxicos». Y esto puede quedar expuesto de modo poco concreto, pero no es ningún mito...
«El ovocito que dio lugar a quien eres estuvo en el vientre de tu abuela cuando gestó a tu madre», señala Rocío Matrona, que también aclara que no es mito, sino una verdad sostenida por hormonas, el instinto materno. Existe, y su existencia se debe a la oxitocina, que no es una hormona exclusiva de las madres, sino que es «capaz de crecer en todas las personas que se vinculan estrechamente al bebé», haya o no parentesco biológico.
«En Vigo formé una segunda familia.
Las madres gallegas son especiales,
ahí hay más tribu”
¿Y los antojos, qué hay de cierto en la idea que los envuelve? Si la madre tiene muchas ganas de comer naranjas «es probable que estén bajos sus niveles de vitamina C», dice Rocío. Pero lo de que le salga una mancha al bebé por un antojo no satisfecho «lo puedes ir descartando, no es cierto».
Esta gallega de adopción y formación quiere poner el foco en la necesidad de acercarnos más al mundo de los cuidados, de estar menos en lo productivo si nos aleja de lo reproductivo. «Hace unas décadas, nuestras abuelas veían nacer a sus hermanos, parir a sus amigas, a sus tías, a sus vecinas... Ahora, hasta que parimos nosotras, no hemos visto nunca un parto. Y vamos a parir con miedo. Es un miedo a lo desconocido, por ese distanciamiento de quiénes somos y de esa parte natural», explica.
Si todo va bien, ¿por qué no dejar que lo natural siga su curso y marque el ritmo? ¿Por qué lo natural se vuelve difícil? «La medicalización del parto se abrió paso de una manera tan llamativa hace unos años que dejamos de confiar en la fisiología. Y en esa falta de confianza, es más difícil no hacer que hacer. Pero creo que ahora estamos en un momento de equilibrio de hacer cuando hace falta y no hacer cuando no hace falta», piensa Rocío.
Hay que acompañar como un gato
El cajón de los riesgos y las cosas que pueden salir mal parece abrirse a la primera y salirse del sitio en la gestación. «El parto se parece más al Camino de Santiago que a subir el Everest», dice. «Del mismo modo que para el Camino te prepararías conociendo bien las etapas y los albergues, la preparación del parto puede aportar información valiosa», recomienda la matrona.
¿Mejor parir sola que acompañada? «Las mujeres necesitamos intimidad al parir. Sin ayuda, las mujeres parirían. Un acompañamiento profesional aumenta la seguridad en el parto, también la confianza de las mujeres. Las mujeres paren acompañadas desde que existimos, pero hay que darle intimidad a este proceso, porque la hormona del amor [la oxitocina] se segrega mucho más cuando la mujer se siente en un ambiente confortable en su intimidad, en confianza, con ese olor rico y esa luz tenue. Nosotras, las matronas, tenemos que estar salvaguardando ahí la seguridad de la mamá y del bebé, sin violentar las barreras de la intimidad que tanto favorece al parto», explica. Y en eso deben ser «como los gatos», acompañantes sigilosos.
Hay mitos que encierran verdad, aclara Rocío, y otros que llevamos como un lastre del que hay que zafarse. ¿Engordar un kilo por mes es lo óptimo? Falso. «Tampoco es cierto que con la expulsión del tapón mucoso comience el parto. El tapón mucoso no inicia el parto, no indica que el bebé vaya a nacer en las próximas horas, ni en los próximos días. Que el parto se inicie depende de las contracciones o de cuando se rompe la bolsa. ¡No somos botellas de champán! Cuando cae el tapón, no se descorcha el proceso de parto», explica.
La matrescencia es un concepto aún desconocido, que ella recoge en El arte de crearte. «Me apoyo para definirla en unos estudios que han hecho unas españolas. Al frente está Susana Carmona [doctora en Neurociencias]. En distintos momentos de la vida, como el embarazo o la menopausia, tenemos cambios hormonales potentes. Este equipo de investigadoras dice que las neuronas, cuando vamos a ser madres, tienen una especie de poda sináptica, y así dejan crecer a otras neuronas que favorecen el comportamiento materno», manifiesta Rocío. Sucede algo parecido a cuando el cerebro se reconfigura en la adolescencia. «La maternidad también es un duelo. Una despedida de la persona que eras antes».
«Eres la mejor madre que puedes ser», asegura Rocío García-Viso, la matrona que comparó a la vacuna contra el covid con los Bridgerton. En la serie que se convierte en el diamante de cada temporada subyace el mismo mensaje que en el pensamiento de Rocío: «Cada mujer hace lo que puede con lo que tiene». Por su parte, los protocolos hospitalarios han de actualizarse cual valiosos pretendientes, «y poner a las madres y los bebés en el centro de los protocolos y los cuidados». Para que sea agradable el baile de la vida.
¿Sí o no durante el embarazo? Responde la autora de «El arte de crearte»
1. Tinte de pelo. Sí, pero mejor si es sin amoníaco. La absorción por el cuello cabelludo es mínima, según concluyen los estudios científicos.
2. Protección solar. Sí, pero mejor mineral que química.
3. Betadine. Mejor evita su eso durante el embarazo por su alta concentración de yodo, que puede pasar la barrera placentaria.
4. Retinol. No, puede ser perjudicial para el feto.
5. Kombucha. No, al no tratarse de un producto pasteurizado.
6. Radiografías. Solo en caso de que sea estrictamente necesario.
7. Depilación láser. Está desaconsejada durante el embarazo por la sensibilidad de la piel, pero no se ha demostrado que pueda afectar al desarrollo del bebé.
8. Baños de inmersión. Los spas no están recomendados durante el embarazo; sin embargo, puedes disfrutar sin problema de los baños de inmersión, porque «ek bebé está aislado dentro del útero», explica Rocío Matrona.