Croquet, el ajedrez sobre hierba que ya es tendencia en Galicia: «Aquí ni se corre ni se suda, pero es un juego de guerra»

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No tiene edad ni forma física. Quizás por eso este deporte que combina estrategia y puntería, y que tiene mucho en común con el ajedrez y el billar, se está extendiendo cada vez más en los clubes sociales gallegos. Porque en los partidos también se socializa (y mucho)
06 jun 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Es pisar el campo de croquet de Golf Xaz (Dorneda, Oleiros, A Coruña) y nadie diría que ha llovido, a pesar de que acaban de caer chuzos de punta hace tan solo unos minutos. Su sistema de drenaje, con arena y varias capas subterráneas, el mismo que el de los green —la zona de césped donde se sitúa el hoyo en los campos de golf—, es una de las características técnicas que sorprenden y definen el espacio. Esto no va de golpear nada. No hay que ejercer la más mínima fuerza. Se trata de impulsar la bola con el mazo para introducirla a través de pequeños aros enterrados en el terreno de juego, que apenas tienen el ancho de la bola más dos milímetros. Se puede jugar de forma individual o por parejas, y cada equipo tiene dos bolas. Gana el partido el primero que pase por los aros necesarios para lograr la puntuación requerida.
El mazo con el que nos adentramos en este deporte «de sensaciones», como lo definen en la finca, ha de bascular como un péndulo en la dirección correcta hasta impactar en la bola para aproximarla lo máximo posible a cada aro —o, al menos, intentarlo— mientras estorbamos al contrincante alejándolo del aro en cuestión para impedir que lo atraviese antes que nosotros. Se parece a la modalidad de billar conocida como snooker que, según los ingleses, se inventó para poder jugar al croquet en invierno. La doble estrategia de ataque y defensa le aporta al juego un punto bélico que no requiere en ningún caso de una forma física determinada. Tampoco importa la edad. Cualquiera que tenga un mínimo de movilidad puede probar suerte en este deporte en el que no se corre ni se suda, pero en el que se socializa mucho. En definitiva, un chollo.

El campo requiere de unos cuidados específicos, por eso suelen ubicarse en clubes de golf y también ese es el motivo por el que muchos de sus competidores proceden de este deporte. También de un alto estatus social. Los jugadores van vestidos de blanco en las competiciones, una tradición procedente del All England Lawn Tennis and Croquet Club, el actual organizador del torneo de Wimbledon, que en realidad comenzó como club de croquet.
CADA VEZ MÁS CAMPOS
Este deporte nació hace medio milenio —Francia y el Reino Unido se disputan el origen—, y la federación española se fundó a mediados de los 90. Pero ha sido en los últimos años cuando ha experimentado un gran crecimiento en nuestro país, y decenas de clubes de golf han añadido campos de croquet a sus instalaciones. En España se introdujo principalmente por Andalucía, para luego continuar por Madrid y el norte peninsular. En Galicia hay cada vez más campos, destacando el de Xaz como uno de los mejores en cuanto a condiciones de juego. Su escuela, dirigida por Francisco Camiña, presta servicio de iniciación y perfeccionamiento a todos los socios del club, y da a conocer este deporte que está en auge. De hecho, Golf Xaz cuenta con un nutrido número de jugadores, que ya superan la treintena y que crece a diario —cuenta con un equipo que el año pasado quedó campeón de España TIER3 en la categoría Plata—. En las instalaciones también ofrecen un curso para aprender a jugar —de dos días a razón de cuatro horas cada uno para aprender la técnica, otros dos días de recuerdo y dos más para conseguir el hándicap— al que pueden apuntarse también no socios por un precio de 60 euros (45 para asociados). «Hemos tenido altas en el club solo por el croquet», confirman en la finca.
Federico Zamora, socio y jugador de croquet en Xaz, juega al golf desde que abrió el club hace tres años, y al croquet desde hace uno. Se adentró en él por su mujer, que le animó a probar. «A ella le encantó el curso y se encontró enseguida involucrada, tanto por el deporte como por el ambiente. Es más sociable que el golf», señala Zamora, que indica que al croquet puede jugar cualquiera, «de hecho, ves jugar incluso a un abuelo con su nieto».
Camiña, responsable y profesor de croquet en el club, dice que el campo de juego de Xaz es uno de los mejores de Galicia: «Hay cuatro en Vigo, uno en A Toxa, uno en Santiago, uno en Sigüeiro (donde están haciendo dos más) y dos en A Coruña: el de A Zapateira y el nuestro». Todos ellos se ubican en campos de golf, menos los del Club de Campo de Vigo. Precisamente la ciudad olívica es el lugar con más tradición de juego de Galicia.
La clave de este ajedrez sobre hierba es un cincuenta por ciento técnica y otro cincuenta por ciento táctica. «Pero es muy fácil jugar, que es la gran ventaja sobre el golf. Al principio, piensas que se trata de pasar los aros y ya está, pero no. Es un juego de guerra en el que puedes atacar o destruir, y en el que tienes que pensar», señala Camiña, que indica que la condición física no influye como en otros deportes: «Una persona menos fuerte puede pegarle con más fuerza que otra simplemente por la técnica que tiene».
«Eso fue lo que me atrajo a mí», incide Zamora, que se enganchó casi sin pretenderlo. «Te mantiene activo hasta el momento que tú quieras. Muchos piensan en hacerlo ya cuando se jubilen y no puedan seguir jugando al golf, pero yo quiero decir que ambos deportes son complementarios. Es más, yo mejoré en el green a raíz de practicar croquet», indica.
Entonces, ¿golf o croquet? «¿Tú que quieres más, a papá o a mamá?», responde Camiña, que señala que en el golf vas contra ti mismo y contra el campo, pero en el croquet juegas contra otra persona que tienes ante ti, «y eso hay gente que no lo aguanta».
Con lo que no tiene ninguna similitud, a pesar de que habitualmente se confunden, es con el criquet. «Solo que los jugadores se visten de blanco, como ocurre en casi todos los deportes. El criquet no tiene nada que ver, es más parecido al béisbol», explica Camiña que, cómo no, ha sido jugador. Hoy está presente en la Federación Española de Croquet y enseña en Xaz —con admirable paciencia— a novatos que han jugado al golf, pero también a muchos otros que nunca hemos visto de cerca un palo de verdad. Y sí, incluso así es posible jugar con dignidad. Ahí reside, sin duda, el secreto del éxito de este deporte que ya es tendencia en Galicia.