De las lagrimitas de Emilia al bigote de Camilo: así se crean los iconos pop

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Emilia con sus características lágrimas y Camilo con su bigote estilo Dalí.
Emilia con sus características lágrimas y Camilo con su bigote estilo Dalí. .

Igual que el guante blanco de Michael Jackson y el corsé cónico de Madonna, las estrellas actuales explotan esos pequeños detalles personales que los hacen únicos para sus fans

20 jun 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

No hay mejor logotipo para un artista pop que una imagen que lo identifique en milésimas de segundo. Ese objeto o rasgo que lo caracteriza frente a todos los demás como algo único. Igual que ocurrió en el pasado con los grandes mitos -de Michael Jackson a David Bowie, pasando por Prince o Madonna- los artistas actuales también buscan su manera de resultar especiales al instante de un modo tal que cuando los ves por primera vez quedan en tu memoria para siempre. Estos son algunos de ellos.   

EDUARDO PEREZ

CAMILO |  BIGOTE DALINIANO

Asegura Camilo que lo suyo con el bigote fue accidental. Por descuido y mucho trabajo, se dejó de afeitar en un momento de su vida y probó a peinárselo. Hizo unas fotos y las colgó en las redes sociales. Recibió muchas críticas. Pero en lugar de echarse atrás, se reafirmó. Vio que eso le daba notoriedad y lo exageró. Ese rasgo se convirtió en su gran aliado para obtener la fama que tiene hoy.

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BIZARRAP | GORRA Y GAFAS XXL

Más que buscar un icono, el productor y músico argentino lo que perseguía era una coraza para vender su timidez. Pero se convirtió en una de las imágenes definitivas del pop de esta década. Tanto, que ahora sirve casi como uniforme de trabajo: «Cuando voy por la calle sin esto, estoy más tranquilo. Puede pasar alguien fanático a mi lado y no darse cuenta», le confesaba a Ibai Llanos.

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EMILIA |  LAGRIMITAS BAJO EL OJO

Lo dijo en una entrevista en GQ: «Yo quería tener un sello, algo que fuera mío. Es una cosa pequeña, pero hace una diferencia». Lo logró. Convertida en una superestrella, Emilia conecta directamente con la fascinación pop con esas pequeñas piedras brillantes que se coloca en el párpado inferior. Las llama «brillitos» e incluso sacó una línea con tres modelos (Classic, Candy y Rainbow). Eso sí, a precios muy altos (de 2.300 a 4.500 dólares).

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TAYLOR SWIFT | LABIOS ROJÍSIMOS

«Yo tengo ese labial rojo que tanto te gusta», cantaba en la canción Style en el 2015. Desde entonces, buscar en Google qué barra usa para lucir ese acabado perfecto tan característico suyo es tan recurrente que existen todo tipo de informaciones contradictorias al respecto. Miles y miles de fans la replican. 

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ARIANA GRANDE |  OREJAS DE CONEJO

La máscara de látex negro con orejas de conejo de Ariana Grande surgió en la portada de Dangerous Woman (2016). Pronto se convirtieron en un símbolo de los fans de la cantante. Este tuvo un cambio de significado, ya que, tras el atentado yihadista de Manchester en el 2017 en uno de sus conciertos, los usuarios de las redes sociales difundieron la imagen de esa máscara como muestra de solidaridad y de rechazo a la violencia.

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LIL NAS X | REDEFINIR EL SOMBRERO

Estamos ante un artista que juega con su imagen constantemente. Pero en el 2019 tomó un elemento clásico de la cultura americana que coincidía con la llamada agenda Yee-haw, un fenómeno juvenil de internet, en su mayoría negros, hombres y mujeres, que celebran la cultura vaquera. Este es el resultado.

BILLIE EILISH | PELO VERDE NEÓN

¿Qué mejor manera para llamar la atención en el sobrepoblado mundo de la música que pintárselo del tono más estridente posible? Eso fue lo que hizo Billie Eilish cuando apareció en escena en el año 2019. De repente, se convirtió en la cantante del pelo verde, apropiándose del tono. Luego lo cambió, pero ese color - que se extendió a toda la iconografía de la artista- ya es parte de la historia del pop.

Xoán A. Soler

ROSALÍA |  UÑAS ETERNAS

Vaya si lo tenía claro Rosalía, que ya en la época de Los Ángeles (2017) lucía esas uñacas larguísimas con todo tipo de decoración. Cuando las puso en primer plano en el videoclip de Malamente las convirtió en el fetiche definitivo de la nueva oleada de música urbana en España. Ríos de tinta se han escrito al respecto de ellas. Hacerse unas son caras, pero más baratas que las de Rosalía. Cuestan alrededor de 80 euros.