Desde pequeña, su relación con los animales ha sido especial. Ahora, ayuda a los dueños de las mascotas a poder establecer una buena comunicación con ellas. «Para un niño es muy beneficioso crecer junto a una. Los hace mucho más conscientes y mejores personas» señala
26 jul 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Cuando Clara Martín era una niña notó que su relación con los animales era distinta que con las personas. Con el tiempo, decidió entrenar ese talento porque para ella esto no es un don , sino algo que todos las personas tenemos y que no desarrollamos porque no trabajamos en ello. Después de haber ayudado a más de 5.000 familias y publicar el libro Aprende a hablar con los animales, la terapeuta animal habla de los beneficios que tienen las mascotas en los mayores y en los niños.
¿Cuándo notaste que tenías esa relación especial con los animales?
Desde pequeña ya me comunicaba con ellos. Siempre he tenido mucha conexión. Para mí era muy fácil. Tú me puedes decir que no, pero para mí es algo obvio. Si el animal me está diciendo una cosa... tengo la certeza de que me estoy comunicando con él. Yo lo aparté un poco y solo lo hacía con mis animales. Pero con los años, después de estudiar Comunicación Audiovisual, adopté una yegua que tenía muchos problemas y con ella empece a activar otra vez eso de la comunicación. Hice un curso y a partir de ahí la vida me fue llevando. Hasta que di el salto hace tres años y ahora imparto cursos para que la gente pueda comunicarse y entender mejor a sus mascotas.
¿Por qué no somos capaces de comunicarnos con nuestra mascota?
La comunicación con un animal la intento explicar desde la perspectiva de la neurociencia. Comunicarse no es un don, es un talento que poseemos todos desde pequeños, pero no lo tenemos entrenado. Aquí hay dos vertientes: la gente que me pide consulta y nunca lo ha intentado por su cuenta y la gente que ha hecho cursos y le cuesta un poco más. Yo ayudo de dos formas: a la gente que quiere comunicarse con sus animales y a la gente que quiere comunicarse con los animales en general porque hay bloqueos de expectativa. Por eso muchas veces pregunto a los dueños por el vínculo que tienen con la mascota o sobre cómo loa trataban en su infancia para compararlo con cómo trata al animal, porque suele haber correlación. Es frecuente que al estar tan implicados emocionalmente nos cueste comunicarnos con ellos, pero se puede pedir ayuda.
¿Cómo se supera la muerte de nuestro animal?
Es algo complicado. Lo importante es que cada uno se permita hacer el duelo como necesite y que no deje que nadie le juzgue. Lo típico que te pueden decir es eso de «a ver cuándo se te pasa». Hay que saber que cada persona tiene sus tiempos y que al final tu mascota es una más de la familia. Eso hay gente que no lo entiende. Y no pasa nada, pero es importante que lo respeten. Si la persona lo precisa, puede hacerle una despedida bonita, escribirle una carta... Que lo eche de menos el tiempo que quiera.
¿Las mascotas identifican nuestras emociones?
Nosotros leemos solo la parte verbal y ellos nos leen a un nivel mucho más profundo. Si mis perras no se acercan a alguien o no se fían, seguramente sea por algo y tengan razón. Por ejemplo, el caballo es un animal mucho más sensible, no es un animal depredador, es un animal presa. Esa sensibilidad hacia el humano, que somos depredadores, es mucho más fina. Mis perras cuando miran a alguien desde lejos y hacen un gesto raro intento observar bien, porque sé que hay algo que se me está escapando.
¿Es beneficioso dormir con el perro?
Absolutamente. Hay estudios que dicen que a nivel energético no, porque la resonancia de ellos es diferente a la nuestra y se crean disrupciones en el sueño, pero dormir y convivir con un animal calma el sistema nervioso central. No hay más que verlo cuando llegamos a casa y tocamos a nuestra mascota, automáticamente todo nuestro sistema se calma y el cortisol baja, porque empezamos a generar dopamina. A nivel de química está demostrado que el simple contacto con ellos genera cosas beneficiosas. Sí que es cierto que luego depende de gustos. A mí me da mucha paz dormir con mis perras, sobre todo cuando siento su peso encima. Hay a otros que no les gusta por un tema de bacterias, pero si los perros están vacunados y limpios, es muy bueno a nivel emocional.
¿Somos «padres y madres» de nuestra mascota?
Es un término que me gusta dependiendo de cómo se use. Ni dueño, ni amo, ni guardián, aunque esta última me parezca bonita. Casi son ellos más guardianes de nosotros que nosotros de ellos. Prefiero la palabra responsable, porque al final eliges como responsabilidad vivir con un animal y aportarle todo lo que necesita a nivel físico, emocional y espiritual. Entonces es como una responsabilidad bonita, pero una responsabilidad. Las palabras padre y madre si se utilizan bien, de la manera en la que eres consciente de que tu animal es un ser que tiene capacidad de decidir sobre su vida, de escoger lo que le gusta o lo que no, podría ser una opción. Si somos conscientes de que tiene sus propias necesidades, preferencias y gustos sí que se puede utilizar.
¿Es bueno que un niño crezca junto a una mascota?
Para un niño es muy beneficioso crecer con ella a todos los niveles. A nivel de sistema inmune, de empatía, de responsabilidad... De conectar con otro ser vivo que también tiene emociones y necesidades. Les hace mucho más conscientes, e incluso te diría que mejores personas.
¿Y los niños con autismo?
Para mí es más fácil en general comunicarme con animales que con personas. El espectro autista es amplísimo, pero uno de los rasgos es la incapacidad de entender a la gente, porque no entiendes lo que te quieren decir. Con los animales eso no pasa. A nivel de comunicación, apoyo emocional... Conozco muchos casos de niños con espectro autista que no se comunican con sus padres, pero sí con su perro.
Se dice que los perros se parecen a sus dueños...
Sí que tienen ciertos parecidos, porque energéticamente a nuestra vida llega por resonancia lo que tiene que estar. Los animales viven en nuestro entorno y vienen a mostrarnos algo para trabajar nosotros. El vivir en el mismo entorno hace que te parezcas de alguna manera.
¿Qué hábitos debemos seguir para ser felices con nuestra mascota?
Escucharlos mucho. En lugar de intentar cambiarlos cuando hacen algo que no nos agrada, tenemos que entender el porqué lo hacen. Debemos darles permiso para hacer eso y así comprender qué me está queriendo mostrar y que los dejen ser animales. El perro tiene que ser perro, el gato tiene que ser gato... Luego puede dormir en la cama, tener la mejor comida y los mejores cuidados, pero no pueden desconectarse de su animalidad. Con la comprensión y la comunicación se llega mucho más lejos que con el castigo e intentando bloquearles lo que quieran hacer.