O Val, la parroquia de Narón donde preparan las fiestas desde Navidades: «Tengo 29 años y soy el mayor de la comisión»

MARTA REY / M.V.

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Los jóvenes son los encargados de poner en marcha toda la programación de sus fiestas y de recaudar el presupuesto para que los vecinos lo pasen bien. «No noto que el presupuesto de las orquestas aumentase para lo cara que está la vida», confiesa

19 ago 2024 . Actualizado a las 09:52 h.

En la parroquia de O Val, en Narón, los encargados de que todos los vecinos disfruten de sus fiestas son los más jóvenes. «Yo tengo 29 años, soy el mayor. El resto tienen entre 18 y 24», cuenta David Díaz, presidente de la comisión de fiestas. Pero las reuniones entre los vecinos y la recaudación de fondos, no solo se limitan a las fiestas patronales, sino que van más allá. «Vendemos lotería de Navidad y en diciembre hacemos alguna cena baile. Organizamos la Kings League y llevamos una orquesta a una discoteca cerca de aquí para recaudar el dinero de la entrada», explica. David resalta el trabajo que lleva ser parte de una comisión de fiestas. «Muchas veces se piensa que cobramos por esto, pero es algo que hacemos porque queremos», confiesa. Con cuatro celebraciones a lo largo del año —San Antonio, Santa Margarita, As Neves y Baltar— los vecinos disfrutan de orquestas y de sacar en procesión al santo.

Una cerveza bien fría

A pesar de todo lo que encareció la vida, la gente se porta bien. «Yo valoro tanto al que da 10 como al que da 100, porque no todos tenemos las mismas posibilidades. Aquí, en O Val, la media suele estar entre 100 y 150 euros por casa. Después sí que te encuentras casos excepcionales, estamos muy agradecidos». David no nota mucha diferencia en cuanto al precio de las orquestas. «Para lo caro que está todo, no noto que el caché subiera», confiesa. 

Una buena gestión que es valorada por parte de vecinos como Rebeca. «Lo hacen estupendamente, lo pasamos genial y yo siempre echo una mano si me necesitan», cuenta. Cuando ella formaba parte de la comisión, le sorprendía la cuantía que daban muchos hogares que apenas pisaban la fiesta. ¿Y cómo es un día de celebración allí? «El segundo día hacemos sesión vermú en casa con la familia mientras escuchamos las bombas. Después comemos, y por la noche nos vamos a la verbena. El tercer día los niños tienen juegos populares», afirma. Ella, que es madre de dos niños, aguanta la juerga como puede. «El sábado 3 de agosto vino la París de Noia y el domingo fue la fiesta para los niños... No te cuento lo que nos costó levantarnos», bromea. Pero tiene la solución a todos los males. «Esto se arregla tomando una cerveza bien fresquita a la sombra, para no deshidratarte. Aun así no te acostumbras, las resacas son siempre diferentes», explica.