En el paseo marítimo de Panxón, Nigrán, el restaurante Puntoecoma es un referente de la turística zona. Su jefa de cocina y fundadora tiene 80 años y cuenta con el apoyo de todos sus hijos y también los nietos y otros parientes
31 ago 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Todos los empleados se parecen. La que se encarga de los postres y la que se ocupa del comedor interior son igualitas a la jefa de cocina. La mayoría de camareros tienen rasgos de Estrella Lijó, la fundadora del restaurante Punto e coma, el más familiar de Galicia. Trabajan los cinco hijos de la cocinera (cuatro mujeres y un hombre). Por desgracia otra hija falleció. «Los de la tercera generación están estudiando, pero cuando llega el verano ayudan en el negocio y así también se sacan un dinerito que les viene muy bien para el curso», me cuentan. Puntoecoma (a veces figura escrito todo junto) nació en 1988 y el nombre fue el resultado de darle muchas vueltas a la cabeza. Buscaban algo que no estuviese registrado y que fuese original. «A una hermana se le ocurrió ‘para y come’, y de ahí resultó lo de punto e coma, más por lo gastronómico que por lo ortográfico», comenta Telli, una de las hijas de la fundadora. Pero al margen de la anécdota de la denominación, estamos ante un restaurante de referencia que en verano llena dos veces al mediodía, y otras tantas por la noche. Unas 140 personas por turno disfrutan de los calamares, el pulpo, los pimientos de Padrón y de sus famosos pescados, en especial el coruxo al horno. El marido de Estrella, ya fallecido, era marinero, y cuentan con una pescadería a unos metros del restaurante ubicado en el paseo marítimo de Panxón, Nigrán. No es un paseo cualquiera. Es una singular ruta de la literatura gallega. Un paseo que lleva el nombre de Carlos Casares y por el que tantas veces caminó Domingo Villar para inspirarse para escribir Praia dos Afogados. Ellos sabían mucho de puntos y comas.
UNA COCINERA DE 80 AÑOS
Se percibe la veneración que los hijos y los nietos tienen por Estrella. «Es la primera en bajar. A las 10 de la mañana ya está aquí», dice Beti, la hija encargada de los postres. El caso es que la fundadora y jefa de cocina tiene 80 años. «Hay que preparar la comida del personal, que somos 20 personas a comer, además de los clientes. A primera hora también se empieza con los sofritos y otras cosas que se pueden ir avanzando. Cuando empecé con mi marido hace casi 40 años era más un bar de tapas, y poco a poco fuimos aumentando», recuerda Estrella. Charlamos a las cinco y pico de la tarde. Viste con el uniforme de cocinera y tiene cara de cansada. «Estoy deseando que acabe el verano. Es demasiado. A veces estamos casi desbordados. Tengo la suerte de contar con la ayuda de mis hijas, que son maravillosas, mi yerno Fernando... Todos. Y los clientes son casi de la familia. Muchos vienen de Madrid y de otros lugares todos los veranos, y son lo mejor», analiza con el sonido del mar de Panxón de fondo. En noviembre se cogerá quince días de vacaciones y, después, esta cocinera de 80 años, que dice que le encanta preparar arroces y empanadas, seguirá trabajando. Es lo que ha hecho toda su vida, primero en casas particulares, y a continuación en el restaurante más familiar de Galicia. Telli, Beti, Ángeles, que se encarga de las freidoras, Sabela, Adrián, Anxo... Todos los de la foto son familia y todavía hay más que no pudieron estar en el momento que se hizo. Ahí los tienen, alrededor de la gran Estrella Lijó. Con esta mujer y su cocina, punto y aparte.