David Moreno, presentador de «La casa de los retos»: «Shakira fue la que me enseñó a bailar merengue»
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De joven imitaba a Jordi Cruz en su casa y las «Spice Girls» marcaron su vida. Ahora, el periodista continúa con su carrera en Boing. «Me emociona ver la complicidad entre padres e hijos», confiesa
08 oct 2024 . Actualizado a las 10:38 h.Periodista, bailarín, escritor... David Moreno es el claro ejemplo de ser un todoterreno, porque lo mismo compone una sintonía para un programa que se pone al frente del público infantil —el más exigente—. Ahora estrena la sexta temporada de La casa de los retos en Boing para mostrar el buen tándem que forman padres e hijos.
—¿Qué nos vamos a encontrar en la nueva temporada de «La casa de los retos»?
Vamos a tener 11 nuevos retos muy divertidos y un casting maravilloso al que se han presentado 10.000 familias a las que se les notaba la ilusión y que eran realmente seguidoras del programa. También hay como un rediseño de toda la línea gráfica del programa con un nuevo logotipo que mantiene la esencia, por supuesto, pero con cosas nuevas, mucho más moderno.
—Después de tantas temporadas, ¿te sigue sorprendiendo la complicidad entre padres e hijos?
Es que es lo más bonito del mundo. No me sorprende, me emociona, porque yo también tengo esa complicidad con mis padres. Me parece muy bonito ver esa complicidad entre padres e hijos y esa cosa tan de verdad. Los amigos y las parejas van y vienen, pero los padres están siempre, junto a los hermanos. También hay amigos que son familia, ¿no?, pero es que no hay nada como el amor de un padre o una madre.
—¿En qué reto crees que destacarías?
Yo en tumbing sofá, que no existe, pero tirarme en el sofá sin hacer nada se me daría de cine [risas]. Quizá en Tarta para dos, que es un reto de los míticos del programa en el que a un niño se le hacen unas preguntas con relación a su padre o madre, y el padre o madre se esconde detrás de un horno de cocina. Si aciertan la pregunta, pues le da un tartazo al padre y, si la falla, me lo da a mí. Se me daría bien porque conozco muy bien a mis padres en la intimidad.
—¿Crees que el público infantil es el más olvidado dentro de la televisión?
Hay canales temáticos como Boing, que ofrecen una programación muy buena y respetuosa. Si yo fuese padre, estaría muy tranquilo sabiendo que mi hijo o hija puede poner Boing y que va a tener siempre contenido de calidad y orientado para ese público y aprenderá valores. Olvidado, no creo. Si me dices que no hay programas infantiles en la televisión más generalizada, en las primeras cadenas, es porque tendemos siempre a especializarnos, ¿no? Cada grupo, cada conglomerado de cadenas de televisión tiene su cadena infantil. Unos más que otros, otros mejor que otros. Yo estoy muy orgulloso de formar parte de Boing y de la familia Mediaset, porque me encanta cómo trabaja todo el equipo de Warner Bros y Discovery aquí. Además, una vez emitidos los programas de La casa de los retos, se pueden disfrutar después en Max.
—Jordi Cruz es un presentador de una referencia para una generación y tú para las que vienen...
Jordi Cruz, el bueno [risas]. Que el otro también es bueno, pero cocinando. Ahora en serio, es muy fuerte. Ten en cuenta que Jordi es trece años mayor que yo. He crecido viendo a Jordi Cruz. Además de estudiar mi carrera, yo aprendí a presentar imitándole en mi casa. Ahora, poder tenerlo como compañero y que incluso me haya invitado a su pódcast para hablar de mi libro es un sueño hecho realidad. ¿Lo de ser yo un referente? Bueno, el tiempo lo dirá. Me encanta trabajar con las familias y los niños, e intento dar lo mejor de mí transmitiendo buen rollo y valores en cada cosa que hago. Y ser un poco consciente de las cosas buenas que he aprendido de referentes como Jordi Cruz, Tony Aguilar o Jesús Vázquez.
—Periodista, bailarín, escritor... ¡La Barbie no tiene nada que envidiarte!
Me falta ser bióloga, como Ana Obregón [risas]. Me encanta que me compares con Barbie porque me gusta mucho y de hecho las colecciono. Me encantan sus películas y hace poco me han regalado un teléfono móvil especial de Barbie. Ahora la muñeca ha evolucionado. Quizás es una pena no haber nacido en esta época, pero la mía tuvo otras cosas, como las Spice Girls, a las que tuve de referente.
—¿Qué «Spice Girl» serías?
Esto es como elegir entre papá o mamá o entre tu rey mago favorito. A mí todas me dan la vida. Sobre las Spice Girls te diré que todo lo que aprendí sobre feminismo, diversidad, respeto... lo hice a través de sus canciones. Por supuesto que también me los han enseñado mis padres, y especialmente mi madre, pero he aprendido mucho gracias a eso. Me gustaba mucho el girl power de Geri Halliwell, que además tiene sangre española porque su madre es de Huesca. Hace un año coincidí con ella, porque tambiés es autora de literatura infantil. Yo le di mi libro de Pichichán y ella me dio el suyo de Rosie Frost. Además le pedí que me escribiese con su letra girl power y ahora lo llevo tatuado. Gracias a ellas yo ahora colecciono Barbies. igual a mí de pequeño me hubiese gustado jugar más con muñecas. Con 5 o con 10 años, no me acuerdo, dejé las clases de baile porque era el único chico que en aquella época de los años 90 iba a clases de baile en Logroño. Eso actualmente no pasa, y me parece muy guay.
—¿Cómo terminaste bailando para Shakira?
La coreógrafa de Shakira fue la mía en High School Musical. Al darse cuenta de que soy un pato mareado, pero que con esfuerzo lo consigo todo, me propuso ir a Barcelona para hacer un casting para un videoclip sin saber de qué cantante era. Me pusieron musica de Jennifer López, la bailé con desparpajo y me contrataron. Al llegar al rodaje, me dijeron que iba a bailar un merengue con Shakira y como yo no sabía, fue ella misma la que me enseñó. Es maravillosa, muy simpática y sobre todo, profesional. Me iba a marchar sin despedirme porque soy muy discreto y ella me dijo: ‘¿Por qué te vas sin despedirte de mi?’ [risas]. Me muero por volver a trabajar con Shakira y su equipo.
—¿Cómo es posible que estés igual que siempre a tus 39 años?
¡Tengo 35! Nací en el 89, pero a veces digo que nací en el 92 [risas]. En Google también cambia, y además pone que mido 1,67 y yo mido 1,84. Después la gente me ve en persona y me dice: '¡Ay, qué alto eres!' Tampoco sé como cambiarlo. Internet es un misterio, tía. Si que es cierto que sigo siendo un niño y en el equipo de maquillaje de televisión me cuidan mucho la piel. Me desmaquillan, me hidratan todas las mañanas y me dan parches de cafeína para las ojeras. Me los pongo cuando me monto en el coche de producción de camino al programa [risas]. Pero también es importante hacer deporte, dormir lo necesario y llevar una dieta saludable. En mi caso, 8 horas son para dormir, las otras 8 para trabajar y las restantes para lo que sea que me apetezca. Vivo en paz y me veo tranquilo.
—Para terminar...¿Te gusta Galicia?
Me encanta Galicia, buena tierra y buena gente. Este año estuve en Esteiro viendo las carrilanas, pero también me escape a Santiago y A Coruña.