Ya sea por conciliar o simplemente por estar más a gusto trabajando con sus mascotas a pocos centímetros, lo cierto es que cada vez más los humanos y los animales conviven en un ambiente laboral
05 oct 2024 . Actualizado a las 05:00 h.En un mundo donde el equilibrio entre la vida personal y profesional cada vez cobra más importancia, las oficinas petfriendly se han convertido en una tendencia en auge. Permitir que los empleados lleven a sus mascotas al trabajo no solo mejora el ambiente laboral, sino que, según cuentan quienes han probado esta experiencia, también refuerza el sentido de comunidad, reduce el estrés y aumenta la productividad. Una de las empresas que ha adoptando esta iniciativa recientemente es Desarrolla, en A Coruña. Cuentan que hace casi un año decidieron poner la pegatina petfriendly en la entrada de sus oficinas porque «los clientes solían acudir a las reuniones acompañados de sus mascotas».
En principio, en esta compañía, no hay ningún requisito o condición para llegar acompañado al trabajo. «Todos son bienvenidos, siempre y cuando no supongan un peligro o alteración» de la convivencia. Tampoco es necesario avisar con antelación, son conscientes de que las necesidades pueden surgir sobre la marcha. Hasta ahora, advierten, las veces que humanos y animales han convivido han sido excepcionales. Pero las ha habido. «En mi caso, he llevado a mi gata Sía en varias ocasiones. La primera vez fue por probar la experiencia, y la siguiente fue por necesidad, ya que en ese momento necesitaba un cuidado especial», cuenta una de las empleadas.
Dice que la práctica ha sido buena, ya que Sía reaccionó positivamente cuando llegó a la oficina. «Estuvo muy tranquila, como si ya conociese el lugar. Es una gata muy sociable con los humanos, por lo que estuvo muy a gusto», dice su dueña, que explica que, como máximo, ha estado cinco horas seguidas en la oficina. Unas horas que aprovecha para pasearse entre los compañeros e inspeccionar los despachos, pero la mayor parte del tiempo, asegura, «está durmiendo en alguna mesa, le da igual de quien sea». «En una ocasión —apunta— un compañero estaba leyendo atentamente unos planos, y a Sía no se le ocurrió otro lugar donde sentarse que encima de ellos».
En Desarrolla, las mascotas tienen absoluta libertad, pueden andar sueltas por todas las instalaciones, cuentan con bebederos por toda la oficina, por si tienen sed, pero, normalmente, aseguran, no se mueven de la mesa de su dueño. Y es, precisamente, esto, sentir que tu mascota está a escasos centímetros y no sola en casa durante horas, lo que les hace sentir mejor a la mayoría de los trabajadores que recurren a esta medida. «Las pueden traer todos los días, si quieren y están cómodas y trabajando con ellas al lado. Por nosotros no hay problema. Algunas personas las traerán por conciliar y otras, simplemente, porque están más a gusto trabajando con sus mascotas cerca», indican desde la empresa. Y es que a veces se dan ambas circunstancias a la vez. «Por un lado, está bien poder atender a tu mascota estando en horario laboral, al final, creo que a ninguno de los que tenemos mascotas nos gusta dejarla tanto tiempo sola en casa, por lo que poder llevarla contigo al trabajo hace que estés más despreocupado. Y creo que también es bueno para ellas compartir más tiempo con sus dueños y no quedarse solas tantas horas», comenta la dueña de Sía, que, después de haber pasado varias jornadas, ya se ha ganado a toda la oficina. Incluso a los que no tienen mascota. «A mí, que no tengo animales, me parece bien la iniciativa. Creo que quienes tienen la última palabra son los dueños. Si a ellos les parece bien, a mí también. Mientras sean animales obedientes y domesticados, no le veo ningún problema», dice otro trabajador de Desarrolla que confirma que, hasta ahora, la experiencia está siendo positiva. «Los días que han venido, yo me he sentido muy tranquilo, la verdad es que se portaron tan bien que apenas notabas su presencia. Por suerte, no les hemos tenido que decir nada a sus dueños respecto a su comportamiento».
Pero al revés sí ha sucedido, porque asegura que los compañeros que, por cualquier circunstancia, han tenido que llevar a las mascotas al trabajo, antes de avisar a la empresa, preguntaron al resto de trabajadores por si hubiera algún problema. También la empresa, antes de poner en marcha la primera jornada abierta a mascotas, hizo la consulta a la plantilla. El entendimiento es mutuo, ya que si los dueños tienen que salir a la calle durante su jornada laboral para pasear a sus mascotas, no supone ningún problema. «Ninguno, ya que se entiende que las mascotas también tendrán sus necesidades, y la comodidad y el bienestar de estas es lo más importante también en esta iniciativa».
LA JORNADA MÁS LLEVADERA
De momento, parece que aquellos que lo han probado, tanto los dueños que los llevan como los trabajadores, que no teniendo animales trabajan con ellos, aseguran que la experiencia es buena. No solo como medida de conciliación, sino también de bienestar personal. «Trabajar con mi gata al lado baja considerablemente mis niveles de estrés, se hace más llevadera la jornada, y también es un punto de distracción entre horas. Estás trabajando, pero paras y la acaricias un poco», asegura la compañera de vida de Sía.
La vida perra, al final, no está tan mal.