
Ponen el despertador a las cuatro de la mañana. Nada más levantarse empiezan a preparar un cocido con el objetivo de tenerlo listo para las nueve de la mañana. A la hora del desayuno doce hombres vestidos con capa roja disfrutan del plato en un bar de Ordes
09 nov 2024 . Actualizado a las 10:18 h.Es una locura maravillosa. Desde hace cuatro años el grupo de amigos de la imagen se juntan para desayunar cocido. Son doce (en la imagen falta uno, que en ese momento estaba en la cocina) y por eso se hacen llamar los apóstoles del cocido. El año pasado les hablé de ellos y su madrugón culinario tuvo mucha repercusión. «Además del interés mediático hay personas que nos conocen que también quieren sumarse y que nos piden que les hagamos sitio en la mesa. Pero por ahora la decisión es seguir siendo doce y no ampliar el número de comensales», asegura Eduardo Sabajanes, uno de los apóstoles más activos del grupo. Lo dicho, lo de desayunar cocido puede que sea una locura, pero hay lista de espera. Las novedades de este año fueron la compra de un carro de vacas antiguo para transportar las viandas del lugar donde lo cocinan al bar donde lo comen y una capa para cada uno de los miembros. En principio puede parece un descanso del rodaje de La casa de papel, pero son los apóstoles del cocido con su singular indumentaria. «Se encargó de comprarlas, me imagino que por internet, la hija de Orencio. El color es muy llamativo y son de buena calidad», apunta Eduardo. Por cierto, Orencio es el propietario de la casa y del café-bar Uzal de Ordes, donde este grupo de amantes del cocido da rienda suelta a su pasión, aunque sea en un horario nada habitual.

ARRANQUE DE MADRUGADA
La temporada de cocidos todavía está arrancando, pero nuestros protagonistas no quisieron esperar más. «Nos levantamos a las cuatro y media de la mañana para empezar con todos los preparativos y a las nueve nos sentamos a comer. Salió riquísimo. No sé si es porque tomamos más vino durante la madrugada o porque teníamos más hambre, pero estaba muy sabroso. La materia prima la compramos en una carnicería de Ordes», recuerda Eduardo. Así fue la cuarta edición del cocido más tempranero que se conoce, y no por las fechas, sino por la hora de la ingesta. Los apóstoles llevan años juntándose en torno a una mesa repleta de lacón, cachola, grelos, costilla, chorizo, patata... El otro paisaje gallego. Como ellos, miles de amigos y familias de toda Galicia que año tras año fijan una fecha para la enchente. La cena de Nochebuena, la comida de Navidad, y el día del cocido son sagradas. «Nos pusimos a pensar en qué podíamos organizar para que fuese algo único, diferente a lo que hace el resto de la gente. Y de ahí surgió lo de prepararlo de madrugada y comerlo a la hora del desayuno», explican. Si el grupo ya llamaba la atención antes por estar tomando lacón a la hora del café con leche, imagínense ahora con el adorno de la capa roja. No pasaron inadvertidos en el bar. Algunos clientes hasta se fotografiaron con ellos. Como sucede con los partidos de rugbi, aquí también existe un tercer tiempo difícil de describir. En el primero se trata de cocer todos los ingredientes; en el segundo, comerlos, y en el tercero hay un poco de todo. Unos se van a dormir, los menos, otros continúan con copas, algunos repiten cocido a las tres de la tarde... Lo que es común es que todos ya están pensando en la próxima edición de este festival gastronómico al amanecer. La peña de amigos que desayuna cocido ya tiene lista de espera, pero por ahora los apóstoles no tienen pensado ampliar plazas en la mesa. Habrá que pensar en organizar otro paralelo.
Como somos ‘‘los apóstoles del cocido’’ no admitimos más de doce comensales en nuestra fiesta anual”