Alfonso López, Recetas de rechupete: «La freidora de aire es una moda, en mi casa duró una semana»
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Su pasión por la cocina y la enfermedad que hace años sufrió su mujer lo llevó a emprender. «En menos de 5 años, los jóvenes cocinarán con un asistente de ChatGPT», dice una las figuras en el mundo de las recetas, que acaba de publicar nuevo libro
07 ene 2025 . Actualizado a las 18:49 h.Quién no se ha pasado media tarde viendo las recetas que te aparecen en las redes sociales para luego atreverse a ponerlas en práctica con éxito. También puedes ser de esos que solo las ves con la esperanza de hacerlas algún día, aunque ese día nunca llega. Detrás de muchos de esos vídeos y recetas está Alfonso López, más conocido como Recetas de rechupete. Él ha sabido hacerse un hueco en el mundo de las lecciones gastronómicas desde Madrid, pero en casi todos sus platos hay un regustillo a Galicia que huele que alimenta. No es de extrañar, porque sus orígenes ourensanos lo delatan. Y así lo demuestra siempre que puede. Ahora acaba de publicar 200 recetas de la cocina española, un libro imprescindible para que tu casa haga chup, chup...
—Eres uno de los «influencers» gastronómicos más conocidos, ¿cómo empezaste?
—No me considero influencer, porque es un término que se utiliza ahora y está referido solamente a redes sociales. Nosotros somos muy abueletes. Yo diría que es un medio de comunicación referido a la gastronomía y que somos ya un equipo de 14 personas con millones de visitas. Ha evolucionado mucho, nos hemos ido adaptando un poco a los tiempos y nos metemos en cualquier red social. Todo empezó como un hobby. Yo tenía mi trabajo, pero hubo un momento que por un tema personal de mi mujer, que tuvo cáncer, me replanteé un poco la vida. Ella también, los dos. Entonces aún no teníamos hijos y dijimos: «Vamos a emprender». Vamos a tomarnos la vida de otra manera. Y hasta ahora nos está yendo bien. Y de eso ya hace 11 años.
—¿Y por qué 200 recetas y no 100 o 500?
—En principio eran 578, esas fueron las que elegí, pero cuando me propusieron hacer este último trabajo, me comentaron, desde Larousse, que el libro forma parte de la colección de 200 recetas veganas, 200 recetas fáciles, 200 recetas de pan... cosas así. Y claro, cuando les paso mis recetas, me dicen que ni de broma, que tenían que ser 200. Así que tuve que descartar 378. Hay muchas que me gustaría que estuvieran en el libro, pero no cabían. Y tal y como está planteada la estructura, si sigues la receta, te sale tal cual. Eso es muy importante.
—Se aprecia un regustillo a Galicia en el libro.
—Sí, pero menos del que yo querría. Para mí, el libro más bonito que he hecho es Cocina gallega de rechupete, porque casi la mitad de las recetas son de mi abuela Lucrecia y de mi madre Rosa, y ya no están ninguna de las dos. Para mí ese libro es como una joya. Y de él, he rescatado diez recetas gallegas, que son las que creo que tienen que estar, como el pulpo á feira, una empanada, un cocido gallego.... todo ese tipo de hits, que si viene un amigo de Murcia a tu casa, es lo que te gustaría prepararle. Esas son las recetas que están en el libro. Pero no solo de Galicia, sino de todas las comunidades. He preguntado incluso por redes sociales e hicimos un compendio entre lo que quería meter yo y las encuestas que fui haciendo. Así tenía en cuenta a la comunidad, porque son los que hacen que Recetas de rechupete sea algo grande. Y van a comprar el libro, claro.
«Es imposible que salga bien una receta viendo un ‘reel’ de 40 segundos»
—Entonces, ¿las recetas gallegas que ofreces en el libro son de tu madre y de tu abuela?
—Sí, son tal y como las hacían ellas. Ellas eran de la Ribeira Sacra, muy cerca de Os Peares, justo antes de llegar allí, en Viñoás, en Nogueira de Ramuín. Y hemos pasado ahí todos los veranos, desde los 6 o 7 años hasta los 15, con mis primos y mi hermana. Éramos unha recua deles. Y mi abuela Lucrecia lidiaba con seis niños y todos en la cocina ao seu carón cocinando, haciendo filloas.... Y ahí ni te quemabas ni nada. No como ahora que siempre tengo miedo a que mis hijos se quemen con la sartén.
—¿Entonces tú aprendiste a cocinar con ella?
—Sí, con mi abuela Lucrecia. A los 6 años. Lo primero que hice fue desgranar los guisantes. Íbamos a la huerta a por ellos. Nosotros hacíamos la matanza en el pueblo, y teníamos la panceta típica curada a humo. Y se hacían torreznos para cenar. También hacíamos las chulas, pero no las de calabaza, sino las de leche porque era muy fácil. No había ni batidora, se hacían a mano. Y se freían en aceite. Y luego le echabas bien de azúcar o de miel, de las colmenas que teníamos nosotros allí en el pueblo. Y a cenar. Te ibas con un chute de calorías a la cama, pero dormías en la gloria.
—¿La gente cocina tanto en casa para que haya este bum por las recetas?
—No, ni de broma. Pero hablamos de millones de visitas. Y el 88 % son de mujeres. No te va a sorprender, porque la que cocina en España todos los días sigue siendo la mujer. Es la que alimenta. El hombre cocina el fin de semana. Habrá alguno que también lo haga por la semana, pero es mínimo. Mucha gente cocina por obligación. Es lo más normal. Si tú tienes que alimentar a tus hijos, a tu marido o a tu mujer, quien sea, pero con los horarios que hay... en Galicia a lo mejor son menos desenfrenados, pero en Madrid lo normal es que llegues a casa a las 8 o 9 de la noche, abras la nevera y acabes comiendo embutido o lo que sea para irte pronto a la cama. No tienes tiempo para cocinar. Lo que hace mucha gente es organizar durante el fin de semana las comidas de toda la semana. Eso es fundamental para que la gente pueda comer de manera saludable y un poco decente. Por la semana se cocina muy poquito, no hay tiempo.
—¿Se puede aprender a cocinar viendo vídeos?
—Es imposible que con un reel de 40 segundos, aunque te lo montes muy bien, te salga una receta. Tienes que ir al blog o apoyarte por otro lado, porque, aunque te lo voy explicando y te doy consejos, es imposible hacer bien una receta. Yo lo he probado y no sale.
Tienes que ir al blog, a un libro digital o a uno de papel, o incluso apoyarte en un vídeo que sea más largo. Y luego está el chat GPT, que viene ya muy fuerte para la gente joven. Dentro de unos años van a cocinar de otra manera.
—¿Acabará cocinando con ChatGPT?
—Sí, en la cocina, con su altavoz. Hablando con su asistente virtual. Cuando estudiaba en Santiago, llamaba a mi madre con un Motorola, que era como un ladrillo, para hacer las recetas que no me acordaba que no tenía en papel. Le preguntaba: «¿Mamá, cómo se hace esto?» Y lo apuntaba todo. Pues en eso va a consistir tu asistente personal. Tú hablarás con él, le irás preguntando y te va a ir diciendo la receta tal como la tienes que hacer. Incluso te dará opciones. Si por ejemplo no tienes mantequilla, te dirá lo que puedes usar. Eso lo veremos rápido. Hablo de menos de 5 años.
—Hoy en día, si no tienes freidora de aire, ya no eres nadie en la cocina...
—Pues yo no soy nadie. Me compré una y la regalé. Duró una semana en mi casa. Yo tengo un horno y me sale mucho mejor. Nuestro SEO siempre está diciendo que publiquemos cosas de Thermomix y de freidora de aire, pero yo me niego por ahora. No sé, cuando lo necesite, pues a lo mejor tendré que caer y hacerlo. Creo que es un electrodoméstico que ayuda en casa, pero que sirve para una o dos personas. Nada más. Y tampoco cocina bien. Lo único que hace es ayudar a recalentar o a acabar los platos de una forma precisa, pero gastando un montón de luz. No soy superfán de la freidora de aire. Pero hay gente que la utiliza y le va bien.
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—Pero he visto que has publicado alguna receta para la freidora de aire como la de pimientos de Padrón y pescaditos fritos, ¿realmente queda igual?
—No sale bien. Yo las pongo porque me las han pedido Y ha sido una prueba que hice el año pasado, porque el SEO me dijo que tenía que publicar 20 recetas con freidora de aire. Tengo las 20, pero 15 están sin publicar. Hay una de una tarta de queso que tiene buena pinta y que sale bien. Pero, claro, es una tarta de queso para dos personas. Para eso, haz una buena tarta de queso en el horno que te va a salir más barata y te va a quedar muchísimo mejor y ya está. Esto es una moda. Dentro de unos años vendrá otro minielectrodoméstico, que también se pondrá de moda y habrá una campaña de márketing brutal, y se venderá como churros.