![Viña Mein](https://img.lavdg.com/sc/3pTWGSnmgwPY-ioXDA1xpon14Jk=/480x/2025/01/24/00121737738302200541788/Foto/j_20250117_145413000.jpg)
Un proyecto de familia que crece incorporando bodegas como Viña Meín o la de Emilio Rojo, el «vigneron» de O Ribeiro, y pone el mismo sentimiento en su restaurante Ambivium, con estrella Michelin
25 ene 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Es complicado poner adjetivos a la casa de un vino tan triunfador como Pago de Carraovejas, un proyecto que nació en 1987 en Peñafiel, en los terrenos de oro de la Ribera del Duero. Primero fue el empeño de un gran restaurante de Segovia, José María, para servir un buen vino. Casi cuatro décadas después, aquella etiqueta decorada con una águila es todo un universo que se llama Alma Carraovejas, cuyo logo se transforma en un ave con las alas desplegadas y emprendiendo el vuelo, buscando viñedos que son una joya. Una metáfora de la ruta de la siguiente generación, con Pedro Ruiz al frente, que ha querido crecer buscando talento y las vides más singulares: aunando proyectos tan únicos como Viña Meín y el de Emilio Rojo en O Ribeiro, el vigneron español que encandiló a Woody Allen.
![Pedro Ruiz, director de Alma de Carrovejas, y el viticultor Emilio Rojo](https://img.lavdg.com/sc/YEh9jzKWuuEFqifUBWx643d1zb0=/480x/2025/01/24/00121737738542423979319/Foto/o18j9085.jpg)
Hace unas semanas la familia de Alma Carraovejas convocó a prescriptores y amigos a una jornada para mostrar su bodega y sus planes. Dos episodios dan idea de cómo se respira en Alma Carraovejas: las lágrimas del director, Pedro Ruiz, agradeciendo el trabajo de su padre, José María, y la respuesta de su enóloga cuando, a pie de la parcela de El Anejón, un visitante preguntaba por el rendimiento en kilos de la finca. Instintivamente, ella replicó: «Aquí lo que importa es la calidad, no la cantidad». Desde esta filosofía se puede entender qué y cómo se mide la expansión de la casa. Cuando, en el 2019, Alma aterrizaba en Galicia para comprar dos emblemáticas bodegas del valle del Avia (Viña Meín y Emilio Rojo), no pocos lugareños miraron con recelo su llegada. El resultado es plausible: Emilio Rojo sigue reinando en las puntuaciones y la senda de Viña Meín es igual de exitosa. A la par, siguen llegando muchos éxitos para Alma Carraovejas: por ejemplo, de Cuesta de las liebres 2018, de El Anejón 2019 o Milsetentayseis y, por supuesto, del mítico Pago de Carraovejas. La bodega pudo conformarse con un trono cómodo, porque reina en su espacio de Ribera del Duero, pero desde el 2018 Alma Carraovejas quiere más. Ha plantado muy al norte, en una finca denominada Espantalobos. Y Milsetentayseis es su apuesta por la reinterpretación de la Ribera: tras años trabajando en la zona de Fuentenebro, comenzó este proyecto que vuelve sobre la tradición vitivinícola de unas fincas con suelos de arcilla roja, cuarzo, feldespato y mica. Un año antes, en el 2017, abrieron Ambivium, un restaurante que ha ido buscando la misma magia que los vinos y al que también llegó la codiciada estrella Michelin. En la mesa de Ambivium, como sucede en los depósitos, se crean armonías de otros territorios, al tiempo que se visita la cocina autóctona con nuevas elaboraciones.
![Alma de Carrovejas](https://img.lavdg.com/sc/bIhiDYtM6zOoeV9FdlFSGNZgObs=/480x/2025/01/24/00121737738243536402716/Foto/j_20250117_145346000.jpg)
Otro de los grandes sueños de Alma Carraovejas es Ossian Vides y Vinos. Alma Carraovejas llegó a esta tierra de pinares segoviana en el 2013, con el desafío de cultivar un terruño que es patrimonio vitivinícola y que alberga algunas de las viñas prefiloxéricas más antiguas de España, capaces de expresar con autenticidad al verdejo segoviano.
En gredos
Hace tres años Alma Carraovejas se acercaba a Gredos para acoger uno de los proyectos que consideraba más destacados de la región: Bodega Marañones. Los responsables de la expansión de esta empresa, que ha cuatriplicado personal en los últimos años (de los 60 empleados que mantenía a finales del 2015 a los 224) desvelan por qué se fijaron en esta casa: «Pese a su juventud, Bodega Marañones ha sido pionera en la zona elaborando vinos de calidad y es un referente». Y dejan patente su obsesión por incorporar el talento: la sabiduría de siempre e ideas nuevas de profesionales bien formados. Por eso, además de estar en grandes podios enológicos, pueden presumir del título Gran Lugar para Trabajar (el certificado Great Place To Work®).
![Pedro Ruiz explicando su expansión en en un encuentro en Peñafiel](https://img.lavdg.com/sc/QtmfRWS69B3yfempXHOSfthwNHs=/480x/2025/01/24/00121737738181590430482/Foto/j_20250117_145344000.jpg)
Pedro Ruiz explicando su expansión en un encuentro en Peñafiel.