
Más horas de luz que en invierno y menos aglomeraciones que en verano hacen que muchos opten por esta estación para redescubrir la costa
16 mar 2025 . Actualizado a las 05:00 h.¿Quién dijo que la playa es solo para el verano? Con la vista puesta en la Semana Santa o simplemente en una escapada de fin de semana, toma nota de estos alojamientos si eres de los que disfruta de los arenales aunque sea con la chaqueta puesta.
Malates Slow Boutique Hotel
FOZ


















Con la desconexión por bandera y la idea de que aquí «el tiempo se detiene y la calma comienza», este hotel, que está a punto de cumplir los dos años abierto, es el lugar perfecto para tomarse un respiro en A Mariña antes de la masificación estival. En concreto, está situado en una antigua zona de astilleros y a unos escasos dos kilómetros de la playa de A Rapadoira. Por eso, si el tiempo acompaña, uno de los planes es dar paseos de media hora hasta el arenal e incluso, si acompaña mucho, darse un baño en su piscina de agua salada con vistas a la ría.
Mar de Preciosa
CAMARIÑAS

La intrahistoria familiar de este alojamiento hace que tenga un encanto especial. Lo de Preciosa en el nombre no es porque sea precioso —que también—, sino porque rinde homenaje a la propietaria original de esta casa marinera reformada. Preciosa era la abuela de uno de los socios que puso en marcha este íntimo hotel de solo seis habitaciones. Además de estar muy cerca de las playas de Area da Vila y Lingunde, aquí todo gira en torno al mar, ya que también ofrecen experiencias que van desde turismo marinero y gastronómico hasta deportes acuáticos.
Hotel do Banco Azul
FISTERRA

Cuatro casas han hecho falta para construir este hotel. Su rehabilitación terminó en marzo del 2015, conservando el banco que las rodea y da nombre al alojamiento, que tradicionalmente era lugar de reunión y espera de los barcos en esta zona marinera. Y el mar está presente en todo. Tanto en el interior del hotel, cuyas siete habitaciones están decoradas evocándolo, como en el exterior, ya que se encuentra literalmente a su lado, entre el puerto pesquero y la playa de Ribeira.
Mar do Ézaro
DUMBRÍA

Abrió las puertas en plena pandemia y se convirtió en el primer hotel situado en este enclave y, también, en este concello. Y será por cosas que ver y hacer en la zona. Este alojamiento está en la ladera del monte O Pindo, a tres metros de la playa y a 500 de la majestuosa cascada, lo que viene siendo al pie del puente. Y si lo que hay fuera es impresionante, el espectáculo se completa con todo lo que hay dentro: terraza con vistas, un jardín privado y, en cuanto a las habitaciones, la suite Timón es la joya de la corona, con 100 metros cuadrados y hasta una bañera de hidromasaje.
A Esmorga Posada del Mar
VILAGARCÍA

Que te puedas alojar en la habitación Cíes o en la Sálvora ya pinta bien. Y es que, de las siete que tiene, cinco cuentan con vistas al mar y todas están nombradas haciendo alusión a islas de la zona (de ahí que también te puedas quedar en la habitación Cortegada, en la Arousa, en la Ons,...). Además, no hay dos iguales, ya que cada cuarto tiene una cuidada decoración propia, con colores, mobiliario y estilos diferentes. Por no hablar de la ubicación del hotel, literalmente a pie de playa, y su restaurante, con terraza en pleno paseo marítimo de Carril.
Parador Costa da Morte
MUXÍA

Que este alojamiento abra justo con la llegada de la primavera algo querrá decir sobre lo idónea que es esta época para visitarlo. Permanece cerrado desde enero hasta fin de marzo y la nueva estación es perfecta para disfrutar de la naturaleza con la que se mimetiza este parador. Está excavado en una colina que asoma a la playa de Lourido y no hay habitación que no mire a la costa, así que todas tienen vistas al mar. Pero eso no es todo. La piscina de paredes de cristal en la que bañarse mirando el Atlántico es la atracción perfecta para completar la experiencia.