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Alberto Ribas, creador de contenidos: «Lo habitual es que salga de viaje cada quince días»

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Alberto Ribas, en la plaza de San José de Pontevedra
Alberto Ribas, en la plaza de San José de Pontevedra ADRIÁN BAÚLDE

«Pasé de recomendar viajes a mis amigos a vivir de recorrer el mundo», apunta este pontevedrés, que solo habla de aquellos destinos en los que ha estado. Eso sí, no tiene vacaciones

26 mar 2025 . Actualizado a las 13:25 h.

Alberto Ribas se presenta en su blog Alvientooo como un «tipo normal» al que le gusta viajar, hacer fotos y contar todo a su estilo. Es una buena síntesis de un proyecto que comenzó hace una década y que este año le ha llevado a estar entre los finalistas de los Premios Trotamundos, que otorga la Spain Travel Bloggers. No logró el galardón, pero haber estado entre los cinco mejores de España en el 2024 ya es un regalo que da visibilidad. A este pontevedrés el destino lo fue encaminando hacia su profesión. Fue haciendo poco a poco las maletas de su nueva vida. Es de esos privilegiados que fueron capaces de convertir su afición en su forma de vida. Y no tener casi nunca la sensación de estar trabajando. Aunque lo haga a destajo.

Su día a día no es un paseo, aunque se gane el sueldo a base de darlos. Le echa muchas horas para intentar ser competitivo en un mundo, el digital, que se mueve a una velocidad de vértigo. «Ya no vale que subas un texto con una foto, ahora hay que hacer también un reel en redes, vídeos, ... y todo con creatividad para huir de lo tradicional. Estoy aprendiendo continuamente, tienes que captar la atención de la gente en cuestión de segundos», explica Alberto. Acaba de llegar de la zona del Douro, una de sus preferidas, pero tiene ya muchas fechas marcadas en rojo en su agenda. Por delante tiene Viveiro, A Coruña, un proyecto que le llevará a recorrer los concellos de Ourense y un viaje a México después del verano. Ese es el calendario que más o menos está cerrado, pero sabe que, una vez superado el primer trimestre del año, la agenda se le quedará pequeña para fijar esas decenas de proyectos que surgen cuando empieza a lucir el sol. «Lo habitual es que salga de viaje más o menos cada quince días», señala Ribas.

A la vuelta de cada una de esas escapadas condensa todo lo que vio, vivió, comió, fotografió y descubrió para empaquetarlo de la mejor manera y convertirlo en una entrada en sus redes sociales y en su blog Alvientooo. «Ofrezco planes más cerrados y tranquilos en los que también hay mucha gastronomía. Medito mucho lo que hago porque a lo mejor tú estás organizando tus vacaciones en función de lo que has leído en uno de mis artículos», comenta. Sus recomendaciones están destinadas a un público mayor de 30 años que busca esos planes más tranquilos. «Intento fomentar ese tipo de viajes, no me verás haciendo parapente o puenting. Busco planes diferentes en los que la gente encuentre nuevos lugares», bromea. La idea de su blog es la de compartir experiencias personales. «Si a mí me interesa o me gusta un destino, seguro que hay más gente a la que le pasa lo mismo», recalca este pontevedrés.

Quizás ese fue el germen de Alvientooo. Y es que mucho antes de viajar por trabajo, su día a día pasaba entre las cuatro paredes de una asesoría. Los viajes no le daban de comer, pero sí le alimentaban el alma. Le fascinaba conocer nuevos destinos y de cada uno de ellos hacía una especie de libreta de viaje en la que apuntaba todo lo que le había sorprendido, dónde había comido o qué ver si algún día volvía. Eso que muchos hacen cuando viajan, Alberto lo convirtió en una especie de guía amateur para ayudar; era ese amigo al que siempre se llama para pedirle recomendaciones de un destino. Su entorno conocía bien lo que hacía, así que cada vez que algún conocido preparaba un viaje descolgaba el teléfono para que Ribas le diese esas cuatro claves de lo que no te puedes perder. «Les mandaba correos a mis amigos con mis ideas y vi que gustaban. Decidí hacer un blog para empezar a subir todas esas recomendaciones y a partir de ahí fue todo progresivo», apunta. Ese fue el arranque de Alvientooo, un blog que en esta década ha recibido varios premios y está entre los mejores del país para la Spain Travel Bloggers. «Lo que me gusta es que quien me lea, disfrute de la experiencia», recalca. Ese premio vale más que cualquier reconocimiento que reciba, aunque todos son bienvenidos.

Se pasa el día contando lo más bonito de los viajes, pero ¿qué es lo que más le ha sorprendido a él en estos diez años? Sentado delante de un café con leche, le cuesta quedarse con una imagen. En ese repaso por las fotografía que han ido componiendo su imaginario está una bastante reciente, la de los samis de Finlandia. «Impresiona ver cómo viven en el círculo polar, cómo se mueven, cómo son sus vidas», apunta Alberto, que así como guarda imágenes difíciles de reproducir con palabras por su belleza, también tiene esas que no cuenta en su blog, pero que sí dejan un poso doloroso en su memoria. «Impresiona lo triste, te queda la pena en el cuerpo de ver sobre todo a niños en algunas zonas de la India, por ejemplo. Esas son realidades que yo no transmito en mi blog porque es de viajes, pero la pena te queda en el cuerpo», comenta. Se limita a recomendar por dónde moverse o por dónde no hacerlo a determinadas horas.

Entre risas, asegura que él lo tiene más fácil. «Soy muy grande y no tengo una cara amigable, así que eso ayuda en algunos momentos», dice con humor. Más de una vez ha empezado a caminar y adentrarse en lugares en los que sabe que algo puede no ir bien: «Sigo para delante y a veces, entras en una cafetería para sentarte, ver el plano y saber por dónde puedo tirar». Pero al margen de esas malas experiencias, que son puntuales, Alberto Ribas tiene por filosofía de vida quedarse con lo bueno. Y para él casi todo lo es. No sabría decir cuál es su destino favorito, ese al que volvería una y otra vez de los centenares de destinos que ha conocido en esta década.

Quizás repetiría en cada uno de esos rincones que ya conoce, pero como buen gallego se perdería una y mil veces en Galicia. No en esos sitios que ya son más que populares y no necesitan que nadie hable bien de ellos, sino en esos otros rincones por descubrir o en los que hacer nuevos planes en cualquier época del año. En los últimos meses ha visitado las Salinas de Ulló, en Vilaboa; la Ruta da Pedra e da Auga, en Meis y Ribadumia; o realizó una viaje gastronómico por la provincia de A Coruña. Pero el creador de Alvientooo también pone la vista a miles de kilómetros: «Ahora tengo en mente China o Japón, busco algo totalmente opuesto. Las ciudades de Europa puedes tenerlas en tu imaginario, pero esos cambios de cultura rompen con lo que estamos acostumbrados».

VIAJAR SIN TRABAJAR

Alberto vive co la maleta a cuestas desde hace una década. La hace y la deshace con la destreza de un experto. Casi siempre es por trabajo. Pero, ¿es capaz de viajar por placer? «No creo», dice con seguridad. «Para viajar y no trabajar tendrían que sacarme todo, el móvil, el ordenador y la cámara», exclama entre risas. Despojado de todo y en una isla desierta podría dedicarse solo a descansar. Sin embargo, recalca una vez más que su pasión es su oficio. «Y eso que a veces estás pendiente de anotar todo, hacer fotos y escuchar al guía. De viaje, trabajo todo el día y luego duermo. Estaba en Playa del Carmen, en la Riviera Maya, en una villa preciosa con piscina, pero no te da tiempo a aprovecharla del todo», advierte. Este creador de contenidos se esfuerza por transmitir en sus redes todo lo que él siente, pero no siempre se tiene el día para escribir, así que cuando está en su casa de Pontevedra, aparca el ordenador y baja a su pequeño huerto. «Es una especie de terapia, rompo con lo que estaba haciendo y es una forma de volver a reconectarme. Busco hacer otras cosas hasta que me vuelva la inspiración porque lo que no quiero es contar lo vivido sin generar ilusión en el que lo ve», recalca. Y además, en la era de los influecers, Alberto insiste en que él solo habla de destinos en los que ha estado. Ha logrado vivir de viajar, algo que ni imaginaba en sus mejores sueños. A cambio, no existen las vacaciones para quien nos enseña a disfrutarlas.