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¿Hijos o clones? Los expertos opinan: «El rol de un padre no es moldear»

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Donal Trump, presidente de los Estados Unidos, con su hijo Barron.
Donal Trump, presidente de los Estados Unidos, con su hijo Barron. CRISTOBAL HERRERA-ULASHKEVICH | EFE

Son la versión joven de sus progenitores. Y eso, dicen los expertos, puede ser distorsionante. Una psicóloga, una experta en protocolo y la presidenta de los asesores de imagen opinan cuánto de elección hay realmente por parte de los hijos... y no solo de padres famosos

21 mar 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

La genética es una lotería, pero el resto de aspectos que configuran la imagen y el estilo de vida de una persona, no. Los hijos de famosos que parecen clones de sus padres se reproducen cual fotocopias celebradas por un mundo que no siempre está en el star system. También es habitual en la esfera más cotidiana encontrarse con hijos que imitan a sus progenitores en busca de aprobación, desdibujándose ellos mismos, mientras que esos mismos progenitores los adoctrinan reforzando su propio ego y celebrando a sus mini-yos. «Es muy habitual que a ciertas edades los niños imiten a sus padres, especialmente en la primera infancia, ya que estos son su modelo a seguir, y eso facilita el aprendizaje por observación», indica la psicóloga María Gallego, que sin embargo apunta que el problema surge «cuando esa imitación proviene de una expectativa o de una presión». A medida que crecen, los hijos necesitan diferenciarse para formar su propia identidad, pero cuando los padres son figuras tan icónicas como Donald Trump, Cristiano o Beyoncé, esa diferenciación puede ser más difícil, o incluso percibida como una especie de rechazo al legado familiar, incide la psicóloga.

El ego del padre también importa en una ecuación en la que el hecho de que el hijo le imite puede ser una validación poderosa para él. «Pero el rol de un padre debe ser educar, guiar y apoyar, no moldear al hijo a su imagen y semejanza. Fomentar la individualidad permite que los hijos descubran su propio camino, incluso si eso significa desviarse del de sus padres», apunta Gallego, que afirma que el afán moldeador de algunos progenitores llega incluso al «activismo» ideológico hacia sus propios hijos: «Es natural que se hable de política en casa, pero una cosa es educarlos en sus mismos valores y otra obligarlos a adoptarlos sin dar espacio al cuestionamiento o a la duda. No es lo mismo adoctrinar que educar».

¿ABOCADOS O INCITADOS?

La presión aumenta potencialmente en el caso de hijos de personalidades mundialmente conocidas, y se amplía además a sus ecosistemas y entornos, equipos de mánagers, fans, marcas... «A mí lo que me provocan es más bien un sentimiento de compasión, porque es muy difícil su posición. Todos los niños admiramos a nuestras madres y padres, pero si además ves que esa admiración es pública, hay algo que te incita a continuar ese mismo camino. Sobre todo, cuando además se parecen físicamente, como es el caso de las hijas de Kate Moss o Cindy Crawford», señala la experta en protocolo y doctora en Comunicación Olga Casal. «No creo que se hayan planteado ser economistas, es decir, salir a la calle con un currículo debajo del brazo. Y en estos casos, es hasta inteligente», amplía la experta, a quien le llaman especialmente la atención la imagen de dos de los miniclones más famosos del mundo: Blue Ivy, la hija de Beyoncé, y Barron Trump. «Al hijo de Donald Trump es cierto que lo hemos visto más bien con motivo de algún acto formal, pero me pregunto hasta qué punto este chico, que hoy tiene 18 años, elige su propia ropa. Parece intencional la imagen que sus padres quieren que transmita, conscientes del impacto que tiene en la de su padre».

La presidenta de la Asociación Española de Asesores de Imagen y Personal Shopper (Asedai), Sara Largo, destaca que Barron Trump no solo quiere aparentar más edad, sino parecerse directamente a su padre. «Su estilo está bastante alejado de las tendencias juveniles», desliza Largo, que se muestra comprensiva con la hija de Beyoncé: «Aunque ha sido muy criticada por ir excesivamente maquillada y con looks más propios de mujeres adultas, el paso de niña a adolescente es siempre complicado desde el punto de vista estilístico. A sus 13 años recién cumplidos su físico es el de una mujer adulta, y aunque podría ir más natural, las adolescentes del show business suelen quemar etapas demasiado rápido. Sin embargo, creo que hay un esfuerzo por mantener el equilibrio entre la sofisticación y la juventud, y no enseña más piel de la debida».

Mucho más crítica se muestra Olga Casal, que si bien ve lícito el empeño de Cristiano por inculcarle a su hijo el sacrificio de la vida deportiva —«como un padre médico que lleva a su hijo a la consulta», apunta—, en el lenguaje no verbal de Barron Trump, al igual que en su imagen, ve una falta de espontaneidad absoluta: «No le hemos visto nunca hacer ni un solo gesto. Yo creo que es perfectamente consciente de cuál va a ser su futuro, y su futuro está empezando con el presente de su padre».

Con respecto a la hija de Beyoncé, la doctora en comunicación indica que «esos trajes de diva de Hollywood están completamente fuera de lugar. Los niños tienen que ejercer de niños, no llevarlos sistemáticamente a eventos de mayores vestidos de mayores». Casal considera que Beyoncé «ha decidido lanzar a su hija al estrellato para impulsar su propio relevo, y eso la lleva necesariamente a fabricar un clon, lo cual no me parece sano como conducta maternal. Estos niños están siendo una versión más joven de sus padres, por lo que llegará un momento en que crezcan y se paren a pensar, porque resulta distorsionante no ser uno mismo».

Sobre este aspecto se refiere la psicóloga María Gallego, que asegura que este comportamiento por parte de los padres es una mezcla de varios factores: «Su voluntad de dejar un legado y perpetuar su éxito a través de ellos; un sentimiento de orgullo exacerbado, la voluntad de guiarles en una profesión que para ellos resulta familiar; y la intención de proyectarse, reviviendo sus propios anhelos o corrigiendo sus errores del pasado a través de ellos». Miedos que se encuentran en Hollywood, pero también a la salida del colegio.

Famosos con hijos idénticos

Beyoncé con su hija Blue Ivy durante la presentación de la película «Mufasa: el rey león».
Beyoncé con su hija Blue Ivy durante la presentación de la película «Mufasa: el rey león». Mario Anzuoni | REUTERS

Beyoncé y Blue Ivy

No son pocas las voces que consideraron inapropiado el estilismo de la hija de Beyoncé, que acaba de cumplir 13 años y en esta imagen de la presentación de la película de «Mufasa: el rey león» aún tenía 12. «Esos trajes de diva de Hollywood en una niña están totalmente fuera de lugar», indica la experta en protocolo Olga Casal, que cree que la cantante «ha decidido lanzar a su hija al estrellato hurtándole la infancia». Y vistiéndola igual que ella, a juzgar por el parecido de sus «looks».

La actriz Reese Witherspoon se abraza a su hija Ava Phillipe.
La actriz Reese Witherspoon se abraza a su hija Ava Phillipe.

Reese Witherspoon y Ava Phillippe

La actriz y su hija son tan iguales que parecen la misma persona, aunque Ava acaba de demostrar que quiere diferenciarse de su madre a través de la imagen. «Ha decidido buscar un estilo propio y se ha teñido recientemente de morena», señala Sara Largo, presidenta de la Asociación Española de Asesores de Imagen y Personal Shopper (Asedai).

Cristiano Ronaldo posa con Cristiano Ronaldo Jr.
Cristiano Ronaldo posa con Cristiano Ronaldo Jr.

Cristiano Ronaldo y Cristiano Ronaldo Jr.

Desde bien pequeño, Cristiano Ronaldo Jr. ha sido una minicopia de su padre. Sus fotos sin camiseta, emulando a Cristiano y marcando músculo, son casi tradición. «El padre quiere inculcarle el deporte, quiere hacer un nuevo astro del fútbol», dice Olga Casal, experta en protocolo y doctora en Comunicación.

Cindy Crawford mira a su hija Kaia Gerber.
Cindy Crawford mira a su hija Kaia Gerber.

Cindy Crawford y Kaia Gerber

Aquí no acompaña solo la genética, porque Kaia intenta emular a su madre con looks inspirados en vestidos de los 90 que ya lució la supermodelo en su apogeo, o directamente incluso reutilizando algunos de ellos. «Los padres buscan un legado, mientras que la industria y el público a menudo celebran los «mini-yos», dice la psicóloga María Gallego.

Donal Trump, presidente de los Estados Unidos, con su hijo Barron.
Donal Trump, presidente de los Estados Unidos, con su hijo Barron. CRISTOBAL HERRERA-ULASHKEVICH | EFE

Donald y Barron Trump

Sus dos metros de altura no es lo que más destaca de Barron Trump, que a sus 18 años lleva los mismos trajes de hombrera amplia, corbata ancha e incluso el peinado de su padre. «Viste con trajes de sastrería propios de un alto ejecutivo. Este estilo le resta la frescura y la naturalidad propias de su edad. Quiere parecer mayor y parecerse a su padre», dice Largo.

Kate Moss y su hija Lila Grace.
Kate Moss y su hija Lila Grace.

Kate Moss y Lila Grace

Se parecen un poco menos, pero el envoltorio es similar. Se nota la mano de Kate Moss en el estilo de su hija Lila, y también su interés en hacer frecuentes campañas publicitarias y apariciones con ella para impulsar su carrera como modelo. «Pero la sombra de su madre es demasiado alargada», señala la experta en imagen personal Sara Largo.