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¿Cada cuánto hay que cambiar de champú?

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El clima, la edad... A veces al pelo le viene bien un cambio. Un peluquero y una tricóloga nos dan las claves para identificar si ha llegado el momento de utilizar otro

25 abr 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

No hay una respuesta única a la pregunta de cada cuánto tiempo hay que cambiar de champú, pero sí que hay varios factores que nos ponen sobre la pista para saber identificar cuándo es necesario. «No se puede establecer una regla fija, y me voy a referir siempre a recomendaciones, pero sí que es cierto que si siempre estás dándole el mismo principio activo al pelo, con el tiempo puede llegar a no ofrecer esa vitalidad que puede lucir con otro champú», indica Javier Mosteiro, propietario de las peluquerías Cavelicco en A Coruña, que pone un ejemplo concreto: «Si uno utiliza champús muy nutritivos, que en muchas ocasiones están basados en siliconas, hay veces que esa silicona se va acumulando en el cabello, y es cuando queda un exceso de peso y se nota como el pelo más sucio, porque necesita una fase de eliminar esa silicona y darle otra vitalidad». Incluso cuando el cambio es por otro champú con las mismas características que el nuestro, como por ejemplo otro anticaspa o bien otra fórmula para cabello graso, sustituirlo puede ser muy recomendable, apunta.

La dermatóloga y especialista en tricología Clara Lacasta indica que el pelo no se acostumbra a los champús, pero que sus necesidades pueden cambiar, «según la época del año, los cambios hormonales, el estrés...». Por eso, no es que sea necesario cambiar el champú cada cierto tiempo, sino observar esas necesidades y obrar en consecuencia. «Si tu champú habitual siempre ha funcionado y de repente tienes más descamación, o más seborrea, tendrás que cambiarlo por uno especial para dermatitis seborreica o pelo graso», indica Lacasta, que añade que «también con los años y la menopausia el pelo se vuelve más seco y encrespado, así que tu champú deberá ser más hidratante y acondicionador que antes».

El cambio de estación y el clima también influyen, y mucho. «El verano es una época de muchos más lavados y más frecuentes, por eso hay que utilizar un champú con menos detergente, más ligero. En invierno, entre la humedad y la acumulación de grasa, y que quizás se lava menos, necesitamos un champú con un nivel de lavado un poquito más acentuado», indica Mosteiro, que no obstante puntualiza que más que establecerlo como una norma, hay que tomárselo como una recomendación, teniendo en cuenta más condicionantes y excepciones, como el hecho de que a alguien le puede venir fenomenal su champú antigraso todo el año, o que el pelo teñido necesita una nutrición especial, más intensa que el natural.

Lacasta confirma que el cuero cabelludo y el pelo pueden sufrir cambios según la estación: «En invierno el frío, la humedad, los gorros y las bufandas contribuyen a que haya más nudos. Además, se lava menos, por lo que conviene utilizar champús más nutritivos o desenredantes». Sin embargo, en verano le afectan el sol, el cloro, la sal del mar y el sudor, circunstancias que provocan que haya más lavados, por lo que comparte con Mosteiro que lo más indicado es recurrir a champús suaves y reparadores, formulados para un uso frecuente.

La tricóloga añade que, incluso, hay casos en los que lo adecuado es combinar diferentes champús a lo largo de la semana. «Por ejemplo, en cabellos grasos aconsejo hacer un primer lavado con un champú más detergente, y el segundo lavado con otro más hidratante. También puedes aplicar dos días a la semana el champú más detergente para pelo graso, y el resto de días, un champú de uso frecuente. En pelos secos no sería necesario combinar», precisa la especialista.