Así te contamos las semifinales del Mundial de Catar: Francia 2-0 Marruecos

César Ramos indica el final del partido. La selección francesa se cuela en la final del Mundial. Está a tan solo una victoria de proclamarse campeona del mundo por segunda vez consecutiva. Marruecos cae con todos los honores.

Aunque Achraf lo intenta con más corazón que cabeza, su selección está desconsolada. Les toca resistir seis minutos más en el césped del campo y aguantar a un Mbappé insaciable y con mucha cuerda.

Quedan cinco minutos para el final y Marruecos ya ha tirado la toalla. Están cerca de dar por finalizado el mejor capítulo del fútbol africano en la historia de los Mundiales. A pesar de ir siempre por detrás en el marcador, en ningún momento se han dado (ni sentido) por vencidos. Caras de frustración... y muchísimo cansancio acumulado.

Primera que toca Kolo Muani, primera que convierte en gol. Controló muy bien el jugador del Eintracht tras una jugada de Mbappé, que cuajó una excelente maniobra entre una multitud de camisetas rojas. Zigzagueó dentro del área y su disparo se marchó algo torcido. Aspecto que aprovechó Muani para enviarla al fondo de la red.

Empieza a pesar el cansancio y la carga a los jugadores marroquíes. Revoluciona el partido Regragui dando entrada a Abde, el extremo cedido en el Osasuna. ¡A por todas Marruecos! 

Francia ha bajado las revoluciones del partido, pero no ha conseguido disminuir la buena imagen que está dejando Marruecos en esta semifinal. Los Bleus, que gestionan la presión del partido a la perfección, confían en los contragolpes y en la velocidad de Kylian Mbappé. Les falta un poco de acierto en los metros finales.

Regragui mueve banquillo. Se retiran Boufal y En Nesyri, entran Zakaria Aboukhal y Hamdallah. Por parte de Francia, se marcha con molestias Olivier Giroud. Accede al campo Marcus Thuram.

Ejercicio de resistencia, con y sin balón, de los pupilos de Didier Deschamps. Aguantan las incursiones de Marruecos y sacan los balones. Muy bien la línea defensiva francesa, sobre todo la pareja de centrales Varane-Konaté. Los marroquíes, por otro lado, está dominando el juego, combinando pases precisos y elaborando las jugadas con pausa y tranquilidad.

Insiste Marruecos a través de Hakimi, Ziyech y En Nesyri. Los dos últimos han fallado dos ocasiones importantes. Attiat Allah, desbordado por su banda, sirvió en bandeja el gol al delantero del Sevilla. Konaté al rescate. La más clara marroquí. Se le empieza a complicar el partido a Francia.

Deschamps sabe muy bien cómo hacer sufrir a Marruecos. Francia sigue con sus líneas retrasadas, a la espera de que los africanos dejen espacios entre la defensa y Bono en la salida para hacer mucho daño. Pases largos y muchas carreras de los galos.

Mazraoui, también tocado, deja su hueco en el lateral izquierdo a Attiat-Allah. Comienzan los últimos 45 minutos. Rueda el balón y aumenta la tensión. Francia manda por la mínima. Se juegan mucho esta noche.

Marruecos, pese a ir perdiendo, está dejando una imagen muy diferente a la que mostró ayer Croacia. No se han amedrentado y han luchado por las acciones que han tenido. No le ha perdido la cara. Han ido de menos a más. Muy vivos estos leones... 

Descanso en el Al Bayt. Vale el gol de Theo Hernández en el minuto cuatro de partido.

Madre mía lo que ha intentado El Yamiq para acariciar el empate. Ziyech ejecutó un saque de esquina. Remató de chilena el futbolista marroquí del Valladolid. Golpeó con la espinilla y, quizá por eso, no fue con demasiada potencia. Pero qué ejecución más difícil... Se topó con el palo de la portería defendida por Lloris.

Francia está obligando a los Leones del Atlas a jugar por el pasillo central. El centro de la zaga marroquí recurre a los balones en largo para no sacar jugando. Los de Regragui han retrasado líneas en esos últimos compases de la primera mitad.

Qué potente salida del futbolista del Real Madrid y qué buena conducción. Aceleró en el costado Mbappé, definió, y se topó con El Yamiq. El rechace le volvió a caer a Tchouaméni, que envió un gran pase a Giroud. El disparo dentro del área se marchó desviado por el poste izquierdo.

Los franceses no están presionando arriba, sino que está dando más movilidad a los marroquíes, que se acercan hasta el círculo central. Ahí les esperan los jugadores de Francia, ayudando en defensa. Los de Deschamps pueden aprovechar la rapidez de Mbappé y el olfato de Giroud. Si de algo puede presumir Francia es de sus rematadores.

El goleador francés se duele tras una fea entrada de Boufal en un balón dividido. El ex del Celta se ha ganado a pulso la tarjeta amarilla. Entran las asistencias, pero parece que podrá continuar.

Los de Deschamps, que no quieren arriesgar, le están dando a Marruecos un poco de su propia medicina. Les Bleus le han concedido la iniciativa a los africanos, algo a lo que no están nada acostumbrados sus jugadores. Han cometido fallos importantes en la salida desde atrás. 

Más problemas para Marruecos. Se marcha lesionado el capitán Saiss, que llegó muy justo al partido (había sentido molestias en los últimos enfrentamientos contra España y Portugal). Entra en su lugar Amallah. Recuperará Regragui la línea de cuatro en defensa.

Francia ya no presiona alto y le está dejando el balón a Marruecos. Los africanos dominan la posesión de forma muy clara, pero siguen dejando concesiones impropias para estas alturas de campeonato. La última, de Saiss, que se tragó el bote del esférico. Giroud, desmarcado, tomó nota y armó un disparo muy potente de primeras. Directo al palo. No se lo creía el jugador del Milan.

La selección africana se encuentra ante un escenario diferente. Es el segundo tanto que han recibido en este Mundial. Los de Regragui se han mostrado muy fuertes en defensa durante el torneo. No se pueden permitir una desconexión del partido.

Marruecos no ha bajado los brazos, y Ounahi a punto ha estado de empatar el partido. Con una rosca abajo intentó sorprender a Lloris, pero no es fácil encontrar el punto débil del veterano guardameta.

Acción por la derecha de Francia. La puso Griezmann dentro del área. No acertó Mbappé con su disparo mordido desde el punto de penalti. Taponaron muchos jugadores y el balón salió repelido. Aprovechó el rechace Theo Hernández, que entraba solo. Un remate muy complicado.

Primera posesión para Marruecos. Mueve la pelota el conjunto de Regragui. Arbitra César Ramos, de México.

Los 22 protagonistas ya pisan el verde. Tiempo para los himnos.

Grandísimo ambiente en las gradas del estadio. A punto de arrancar el partido. Tic, tac...

En Marruecos, regresan al once los defensas Naif Aguerd y Romain Saiss, que arrastraban problemas físicos, y que formarán parte de la defensa de cinco alineada por el seleccionador, Walid Regregui.

El resto del equipo es el habitual: Bono; Hakimi, El Yamiq, Aguerd, Saiss, Mazraoui; Hakim Ziyech, Azzedine Ounahi, Sofian Amrabat, Sofiane Boufal; Youssef En-Nesyri.

Francia buscará su cuarta final de un Mundial, la segunda consecutiva sin dos de los hombres titulares indiscutibles hasta el momento, Adrien Rabiot y Dayot Upamecano, víctimas de un proceso gripal causado por el aire acondicionado. En su lugar, el seleccionador francés, Didier Deschamps, alineará al jugador del Liverpool Ibrahima Konaté en el centro de la defensa junto a Raphael Varane.

El resto del equipo es el clásico con el que Francia ha alcanzado la semifinal por séptima vez en su historia: Lloris; Koundé, Varane, Konaté, Theo Hernández; Tchouaméni, Griezmann, Fofana; Dembélé, Giroud, Mbappé.

Al Mundial de Catar acudieron tres parejas de hermanos. Los Williams, con Nico defendiendo a España e Iñaki a Ghana; los Milinkovic-Savic, con Vanja, portero nacido en Ourense, y Sergej, centrocampista, que compitieron por Serbia, y los Hernández. A Lucas (Marsella, 1996) y Theo (Marsella, 1997) les va a costar olvidarlo. Al primero, que partía claramente como titular, porque apenas se sostuvo 9 minutos en el Mundial. Al segundo, porque fue precisamente esa grave lesión de su hermano la que le permitió jugar. Ambos competían por el lateral izquierdo. Lucas lo ocupa en el Bayern de Múnich. Theo, en el Milan.

El Mundial de Catar esconde historias maravillosas. Iguala a estrellas que ocupan portadas y derrochan contratos multimillonarios con futbolistas humildes, con infancias difíciles, que han tenido que trabajar muy duro para sobrevivir dentro y fuera del fútbol. Y en algunos casos ganan incluso estos últimos. Es lo que ocurre, por ejemplo, con Yahya Jabrane (Settat, 1991), veterano pivote del Wydad, que ha podido debutar en la Copa del Mundo de Catar con Marruecos sin haber jugado nunca en una liga competitiva. De hecho, trabajaba de albañil hasta no hace mucho, sin grandes esperanzas de que el balón sirviera para llevar dinero a casa.

En diciembre del 2019 Cristiano Ronaldo asombró al mundo con un salto de 2,56 metros para marcar un gol de cabeza al Sampdoria. «CR7 Air Jordan», bautizó al momento el entonces delantero del Juventus al compartir la imagen en las redes sociales. Desde el banquillo del estadio Al Thumama, el Bicho presenció cómo Youssef En-Nesyri pulverizaba su registro en la acción que acabó con su sueño y el de Portugal en el Mundial de Catar.

Hace tiempo que en Francia se habla del deseo de Zinedine Zidane de convertirse en el próximo seleccionador. Esa oportunidad podría alargarse más de lo esperado. Didier Deschamps, en el cargo desde el 2012, finaliza contrato tras el Mundial. Pero su papel en Catar le abre la puerta a su continuidad. El presidente de la Federación Francesa, Noël Le Graët, anunció antes del torneo que Deschamps podría decidir su futuro si alcanzaba las semifinales. Tras vencer a Inglaterra, Didier, de 54 años, tiene ya la posibilidad de seguir. Una continuidad que Le Parisien ya da por sellada hasta la Eurocopa del 2024, que se celebrará en Alemania.

Eduardo Domínguez (Vigo, 1968) y Juan Solla (Redondela, 1975) transmitían el pasado domingo desde Catar «una alegría inmensa» y un cansancio que no se quedaba atrás. Los preparadores físicos gallegos que forman parte del cuerpo técnico de la selección de Marruecos, flamante semifinalista del Mundial contra pronóstico, aseguran que para ellos no hay pausa. Al poco de terminar el cruce contra Portugal, ya estaban pensando en el duelo ante Francia. Y así, tras cada compromiso. Cinco semanas agotadoras que están teniendo como recompensa el éxito de su equipo.

En un Mundial organizado en una región donde las mujeres son tratadas como de segunda categoría, Marruecos celebra que son ellas las importantes. Mujeres que han hecho que Sofiane Boufal y sus compañeros estén viviendo un hito histórico: primer país africano clasificado para una semifinales de una Copa del Mundo. Porque si este torneo será recordado por la cuadrilla alemana tapándose la boca, el mutismo de los iraníes ante su himno, la burla de los argentinos tras eliminar a Países Bajos y las lágrimas de Cristiano Ronaldo, también lo será por el cariñoso beso de Achraf Hakimi a su progenitora al ganar a Bélgica y el baile que se marcó Boufal con la suya tras superar a Portugal.

Italia 1990. Una sorprendente Camerún se cita con Inglaterra en los cuartos de final del Mundial. En aquel equipo estaba una leyenda como Roger Milla (con 38 años ya), que ingresó como suplente en el descanso, para voltear el marcador y ponerse 2-1, con tantos de Emmanuel Kunde y Eugene Ekeke. Los leones indomables se quedaron a siete minutos de pasar a semifinales y agrandar su leyenda. Dos penaltis a favor de los británicos materializados por Gary Lineker, el segundo de ellos en la prórroga, terminaron con el sueño de Camerún. Aquel fue el mejor equipo africano de la historia. O lo era. Hasta que Marruecos irrumpió en Catar hasta la penúltima ronda. Esta tarde buscará agigantar su proeza en las semifinales ante Francia. Tras más de tres décadas anunciando que el futuro del fútbol estaba en África, en sus manos está que empiece a cumplirse esa eterna predicción.