Santiago brilla en su noche mágica

Tamara Montero
Tamara Montero SANTIAGO/LA VOZ.

SOCIEDAD

Celebra, con el mayor espectáculo pirotécnico de la historia, un año santo que no se repetirá hasta el 2021

25 jul 2010 . Actualizado a las 02:44 h.

Desde el monte Pedroso hasta la Alameda, compostelanos y turistas se echaron ayer a la calle para disfrutar de la gran noche de los Fogos do Apóstolo en un año santo que no se repetirá hasta el 2021. Fueron 31 minutos de un espectáculo en el que las imágenes transportaron a los afortunados que consiguieron un hueco en la abarrotada plaza do Obradoiro a la Edad Media. El viaje, como no podía ser de otro modo, comenzó con la leyenda del Apóstol con apenas dos minutos de retraso.

La pirotecnia Caballer, en cargada de esta sesión, procuró enseñar a través de diferentes símbolos la historia del Camino de Santiago y sus misterios divinos, para después guiar por un mapa ancestral de Galicia a los improvisados peregrinos que mantenían la vista fija en la fachada barroca de la catedral, que ayer, como ya es tradición, se disfrazó de neogótica para luego ser pasto de las llamas unos cinco minutos después del inicio del espectáculo. Tres mil bengalas de cuatro colores intermitentes con cambio a blanco fueron las responsables de la tradicional quema. ¿La novedad? Despedían mucho menos humo que en otras ocasiones, lo que redundó en una mayor belleza del espectáculo y en una protección extra para el monumento patrimonio de la humanidad.

Luz, música e imágenes se unieron entonces para el momento más emocionante de la noche, muy aplaudido, y que después dejó paso a la visión del universo. Estrellas, constelaciones y la Vía Láctea pasearon sobre el Obradoiro, meta del Camino de Santiago, del camino de las estrellas, para dejar paso después, a través de los ejes verticales de la catedral, a las rutas terrenales. Comenzaron entonces a proyectarse diferentes nombres de las rutas, sus etapas y los núcleos de población por los que transcurren. El público pudo recorrer el Camino en unos minutos y agradeció esta parte de los fuegos con vítores y, de nuevo, aplausos.

El mito jacobeo

Faltaban menos de 15 minutos para el 25 de julio cuando, tras una gran traca de fuegos, el apóstol Santiago hizo su entrada en escena y se revivió su traslado en la barca de piedra tripulada por ángeles que surca las losas centenarias del casco histórico. Fue el inicio de una tradición que muchos consideran el germen de Europa, que también se proyectó sobre la basílica compostelana a través de imágenes alegóricas del Apóstol, de su tumba y del Camino que nació de su descubrimiento.

Llegó entonces la traca final. Galicia y los cuatro elementos se dieron cita en el Obradoiro, donde diez gaiteiros comenzaron a entonar su música desde los balcones de la fachada principal de la catedral, estampa que gustó mucho y que dio paso a más fuegos de artificio.

Susto

Las últimas -y más espectaculares- tracas generaron unas chispas que alcanzaron al público de las primeras finas. Protección Civil evacuó a un niño, aunque con daños leves.

El de ayer fue el gran espectáculo de estas fiestas, pero los montajes pirotécnicos se repetirán durante seis días consecutivos en el Obradoiro. El fin de fiesta, el 31 de julio, será en la escalitana del Campus Vida. La pirotecnia Caballer trabajará mano a mano con el artista francés Jean-Michel Jarre, que actuará al tiempo que Compostela volverá a arder en festejos.