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La bomba de Santiago pudo causar muertes, según declara un perito ante la Audiencia

VIGO

05 nov 2008 . Actualizado a las 02:30 h.

El artefacto explosivo que el independentista Uxío Caamaño colocó en la oficina de Caixa Galicia de la plaza de Galicia de Santiago el 23 de julio del 2005 pudo causar muertes. Así lo expuso, con rotundidad, uno de los dos tédax que prestaron declaración ayer como peritos en la jornada final del juicio contra Caamaño y Xiana Rodríguez en la Audiencia Nacional, en Madrid.

-«¿Por las características que analizan del artefacto tenía una potencialidad grande?», preguntó la fiscala Blanca Rodríguez.

-«En vista de cómo han quedado los exteriores del edifico y el interior, sí», respondió el perito.

-«¿Podría calificarse de peligroso?», volvió a inquirir.

-«Sumamente peligroso».

-«¿Habría sido suficiente para causar la muerte de alguna persona que hubiese estado en los alrededores e incluso en los pisos superiores?».

-«Sí, sin lugar a dudas».

Las pruebas más polémicas presentadas y leídas en el juicio fueron dos cartas supuestamente escritas por Caamaño y Rodríguez y encontradas en los ordenadores de Antonio García Matos, declarado en rebeldía y que, según la fiscala, les habría dado las instrucciones para atentar. Estas dos «autocríticas» dirigidas a la Assembleia da Mocidade Independentista (AMI) probarían que son los autores del atentado y su pertenencia a esta organización. En la carta que se le atribuye, Caamaño se ofrece a fijar una reunión de su grupo con ETA para pedir su ayuda. «Aquí hay presos vascos de alto nivel, si queréis intento acordar una reunión para que nos echen una mano, sabéis que nunca nos han negado nada», dice textualmente.

La fiscala rebajó en un año su petición inicial de 21 años de cárcel para Caamaño y de 19 a Rodríguez. Mantuvo que los procesados cometieron un delito de estragos, por el que pidió 15 años para cada uno, pero ofreció al tribunal la alternativa de aplicar el de daños, por el que solicitó tres, al considerar la pena «excesiva». Además, pidió tres años para ambos por un delito de utilización de vehículo de motor sustraído con violencia y dos más a Caamaño por falsificación de documentos.

Consideró probado que los dos cometieron el atentado, pese a que Caamaño trató de exculpar a Rodríguez en su declaración del lunes, en la que admitió haber colocado la bomba. En su informe final, aseguró que ella llevó el artefacto, una olla con entre 5 y 7 kilos de explosivos, se lo pasó a su compañero y mientras este lo situaba en el cajero se dedicó a vigilar. La fiscala destacó la declaración del tédax de que podría haber habido muertos si no se hubieran desalojado las viviendas que hay encima del cajero y que Caamaño solo alertó de la colocación de la bomba al ser detenido.

También argumentó que los procesados no actuaron de forma individual sino como miembros de AMI, organización que persigue la independencia de Galicia, incluso utilizando medios violentos, aunque admitió que no ha quedado probado que sea una banda terrorista.