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Los celestes quieren recuperar Balaídos como un fortín

La Voz VIGO/LA VOZ.

VIGO

22 oct 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Jugar en Balaídos ya no es una pesadilla para el Celta. Los números de las tres temporadas anteriores han sido de película de terror: 22 victorias, 24 empates y 17 derrotas. Se escaparon demasiados puntos de Vigo y la asistencia de aficionados fue decreciendo. Las cosas parecen estar cambiando, la gente vuelve a Balaídos animada por un equipo que marcha colíder y que cuando juega en casa empieza a gustar. Son ya tres victorias consecutivas en el feudo vigués y el objetivo es conseguir ante el Granada la cuarta, algo que solo se ha repetido en tres ocasiones en la última década. La última vez fue en la recta final de la pasada temporada, cuando el equipo que dirigía Eusebio venció de forma consecutiva al Cádiz, Girona, Las Palmas y Nàstic de Tarragona. Hasta ese momento llevaban solo cuatro triunfos en toda la liga. Roberto Trashorras reconoce que algo ha cambiado a la hora de afrontar los partidos de casa: «Estos años han sido desastroso en casa y fuera. Ahora estamos mostrando un equilibrio y en casa nos hemos quitado esa presión de otros años de tener que jugar tan bien. Hemos ganado confianza y estar fuertes en casa es lo que nos da estar ahí arriba», asegura el centrocampista. Hubo un momento de dudas a principios de temporada, cuando se perdió ante el Barcelona el primer encuentro, aunque la imagen en ese partido no había sido mala. La reacción ante el Córdoba Si hubo un momento determinante para que jugar en Balaídos no se volviese a convertir en una losa, ese fue la remontada frente al Córdoba en la tercera jornada de liga, como reconoce el propio Trashorras. «Después de perder con el Barcelona y después el partido de Copa ha sido clave la reacción de Soria y remontar ante el Córdoba. Otro resultado diferente haría aparecer la desconfianza. Ahora vemos los partidos de casa como algo a favor», asegura. La cita ante los cordobeses no iba por buen camino, pero los minutos finales cambiaron totalmente las cosas y se pasó de poder perder dos partidos seguidos en casa a situarse con dos victorias en tres jornadas. Posteriormente contra el Nàstic hubo una mejoría, y sin hacer grandes alardes, el equipo supo mantener por fin la portería a cero en casa. El paso adelante definitivo se dio ante el Alcorcón, cita en la que el equipo jugó su mejor partido y sintonizó con la afición que acudió por primera vez en un número por encima de los diez mil seguidores. «Queremos que Balaídos sea un fortín y no vamos a dejar que se escapen muchos puntos de aquí», señalaba ayer David Rodríguez. El Granada de Fabri examinará esta convicción.