
A los 5 años empecé a leer ciencia ficción; a los 9, un conductor borracho atropelló y mató a mi hermano mayor. Aquel trauma me hizo volcarme en la astronomía. Me mostraba un universo donde mi dolor solo era una historia más en el libro infinito del cosmos», cuenta el astrofísico estadounidense Adam Frank (62 años). Frank lidera el primer proyecto financiado por la NASA destinado al estudio de las tecnofirmas, señales tecnológicas de civilizaciones avanzadas en otros mundos. Pionero en la búsqueda (seria) de vida extraterrestre, también es muy crítico con los supuestos expertos que hablan sin rigor de los ovnis. «Soy de Nueva Jersey; si algo no me gusta es que me tomen por idiota», dice. Catedrático de la Universidad de Rochester (Nueva York), compagina sus investigaciones con la divulgación científica en medios de prestigio como The Atlantic y The New York Times. Acaba de publicar El pequeño libro de los aliens (Espasa), un compendio de todo lo que hay que saber antes de que la humanidad contacte con alienígenas. Un evento trascendental que, según Frank, puede ser inminente…