Los científicos que investigan los ritos religiosos han descubierto algo que los practicantes ya sabían: mejoran nuestras vidas. Pero también han concluido algo que ignorábamos: son beneficiosos incluso si se llevan a cabo fuera de un contexto de fe. Hay quien prefiere formularlo con otras palabras: Dios actúa, con independencia de que creas o no en él.
Los bebés japoneses pasan por un sinfín de ceremonias sintoístas y las mamás están tan ocupadas con los preparativos que se 'olvidan' de la depresión posparto. A los cristianos que bendicen la mesa les embarga un sentimiento de gratitud que los hace más serviciales y generosos. Los judíos tapan los espejos de casa durante el luto y, de este modo, evitan regodearse en la autocompasión...
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