Viernes, 16 de Agosto 2024, 09:45h
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Se indigna una lectora a propósito de la distinta aproximación de payos y gitanos a la procreación, y por tanto de payas y gitanas a la maternidad, y de la razón dada en estas páginas por un entrevistado para explicar esa diferencia. Frente al egoísmo que llevaría, según él, a que las familias sean cada vez más raras y de menos miembros entre los payos, mientras que entre los gitanos siguen siendo numerosas, aduce la lectora los escollos de toda índole que a una mujer común de hoy le ponen cuesta arriba acabar meciendo a un bebé propio en sus brazos. El debate, más allá de la consistencia de las razones enfrentadas, importa porque para una sociedad y una cultura no hay otra forma de continuidad que la que se sostiene en la biología de quienes la forman. Lo que no se reproduce, en fin, se acaba extinguiendo.
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