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Compañía de las Indias Orientales

¿Matanzas? Nada personal. Solo negocios

La británica Compañía de las Indias Orientales, primero, comerció con la India; luego, la aplastó y exprimió hasta convertirse en su voraz propietaria. Nadie acotaba su poderío, ni siquiera la reina de Inglaterra. Un libro desvela los abusos y desmanes de esta corporación.

Por Rodrigo Padilla

Jueves, 15 de Julio 2021

Tiempo de lectura: 8 min

En el interior de una tienda levantada junto al fuerte recién tomado de Allahabad, los hombres de la Compañía colocaron una butaca sobre una mesa de comedor. A falta de nada mejor, extendieron por encima una colcha de seda. En ese precario trono hicieron sentarse a Shah Alam, emperador mogol de la India, descendiente del gran Tamerlán, criado en el lujo de Delhi y ahora obligado a humillarse ante unos comerciantes extranjeros y los mosquetes Brown Bess de sus mercenarios.

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